El PSPV se ha despabilado
Entrevistada por Adolf Beltran, la secretaria provincial del PSPV-PSOE, Carmen Mart¨ªnez, afirmaba el mi¨¦rcoles pasado en estas p¨¢ginas: "A fuerza de golpes [los socialistas] hemos dejado de ser ingenuos". Lo que, a la vista de los tres lustros que el partido lleva amodorrado en la oposici¨®n, invita a pensar si no hubiera sido m¨¢s pertinente hablar de torpeza o de ineptitud sin paliativos, antes que de ingenuidad. En todo caso, celebremos que, como los clientes de ciertos grandes almacenes, puedan proclamar que no son tontos. No es una garant¨ªa, pero este alarde resulta confortante trat¨¢ndose del ¨²nico partido que puede ser o articular una alternativa al imperio de la derecha aut¨®ctona, siempre y cuando el electorado se haya restregado las lega?as, claro.
La declaraci¨®n ven¨ªa a cuento de la presunta intriga que propici¨® la candidatura del ex ministro Antoni Asunci¨®n a las elecciones primarias de los socialistas valencianos en setiembre pasado, compitiendo nada menos que con su secretario general, Jorge Alarte, due?o y se?or del aparato del partido. Sin ambig¨¹edades, la mencionada dirigente denuncia un conchabamiento entre el ins¨®lito -por inesperado- candidato y "una parte de los estrategas del PP", al menos en lo referente a la orquestaci¨®n medi¨¢tica de la campa?a. Una acusaci¨®n de gran calibre que ¨²nicamente tiene el fundamento de la presunci¨®n. Tambi¨¦n es verdad que los aludidos estrategas de la derecha af¨ªn a Francisco Camps est¨¢n curtidos en toda clase de marruller¨ªas electorales, como han denotado reiteradamente con el alumbramiento de siglas partidarias ficticias para dividir o desorientar el voto de sus adversarios, o con el aprovechamiento intensivo y exclusivo de los medios de comunicaci¨®n de titularidad p¨²blica. Un partido, en fin, que acoge e incluso ampara el m¨¢s escandaloso rosario de corrupciones desgranado en nuestra historia auton¨®mica es muy capaz de esas y otras malicias. Pero aun as¨ª, son indicios, no pruebas, aunque ser¨ªa prodigioso que pudiera haberlas del mencionado trapicheo.
En su momento, cuando fue noticia, registramos el estupor provocado por el regreso del curtido veterano a la pol¨ªtica activa, despu¨¦s de a?os de silencio y pregonado ¨¦xito econ¨®mico sin necesidad de acumular prebendas oficiales. No obstante, aunque extempor¨¢nea y hasta extravagante, a nuestro juicio, esta iniciativa era leg¨ªtima y el no tan viejo rockero ten¨ªa derecho a postularse sin discriminaci¨®n alguna. Otra cosa es que no conozcamos toda la informaci¨®n de este episodio y los otrora ingenuos socialistas, oli¨¦ndose la tostada o sabedores de la rara maniobra que se urd¨ªa, segaron por su ra¨ªz el intento. Algo perfectamente factible sin forzar la honorabilidad de la comisi¨®n de garant¨ªas electorales u otras honorabilidades. Basta con controlar el d¨®cil, eficaz y democr¨¢ticamente hablando nefasto aparato.
Lo que no se entiende tanto son las sugeridas maquinaciones del PP siendo as¨ª que, de no producirse un prodigio, el partido conservador gana las pr¨®ximas elecciones aunque presente una lista de delincuentes, decimos a modo de aleccionador ejemplo, habida cuenta de la irrelevancia de su principal contrincante socialista, ya sea a la Generalitat o al Ayuntamiento de Valencia. Dos peras en dulce. Para qu¨¦, pues, enredarse con nadie, y m¨¢s con el amortizado ex ministro que, comparado con los adversarios en liza, se nos antoja, como poco, un ¨¦mulo huertano de Winston Churchill.
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