'Ley Sinde' y calidad

Yo no s¨¦ si la ley Sinde es buena, mala o regular. Lo que s¨ª deber¨ªa quedar claro a todos, industrias audiovisuales y musicales, editoriales e internautas, es que se acabaron las vacas gordas y muchas de las profesiones que a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas han surgido alrededor de esos negocios. Indefectiblemente, los avances tecnol¨®gicos, que han permitido la aparici¨®n de otras muchas profesiones, posibilitan acceder a contenidos sin pasar por taquilla.

Todo esto significa, en primer lugar, que los m¨²sicos tendr¨¢n una vida profesional m¨¢s corta, puesto que deber¨¢n subirse mucho m¨¢s a los escenarios, vender¨¢n muchos menos discos y, en general, la calidad de las composiciones, ya de por s¨ª bastante baja en el mundo de la m¨²sica comercial, mermar¨¢. Al final, como era antes de la aparici¨®n del vinilo, sin mecenas no habr¨¢ quien pueda dedicarse a eso.

Las producciones cinematogr¨¢ficas ir¨¢n tambi¨¦n disminuyendo hasta quedar en algunas superproducciones que s¨ª tendr¨¢n asegurada su taquilla por mucho que la gente las descargue ilegalmente (Avatar es al mismo tiempo la m¨¢s taquillera y la m¨¢s descargada de la historia). La producci¨®n literaria corre menos peligro, quiz¨¢s porque siempre merecer¨¢ m¨¢s la pena el esfuerzo de pagar 15 o 20 euros por un libro que por un disco y porque los soportes y los formatos descargables son limitados en relaci¨®n con las hojas de papel.

Creo que las industrias audiovisuales y musicales ir¨¢n quedando concentradas en manos de los gigantes de las telecomunicaciones, lo cual, obviamente, ocasionar¨¢ la pr¨¢ctica abolici¨®n de la calidad.