Experimentar con animales para curar a personas
La experimentaci¨®n con animales puede curarte? ?Es leg¨ªtima esa investigaci¨®n? ?Justifica la ciencia cualquier pr¨¢ctica en el uso de animales? ?La regulaci¨®n legal es adecuada? El tema es mucho m¨¢s complejo, delicado y matizable de lo que apenas se puede esbozar en estas l¨ªneas.
Coincido con Peter Singer en denunciar aberraciones cometidas en el pasado contra los animales al amparo de la ciencia. Son abusos impropios de la condici¨®n humana. En un encuentro personal en Nueva York le agradec¨ª que, con sus libros, me abriera los ojos y la mente en un asunto desconocido para m¨ª durante a?os. Tan es as¨ª que he cambiado de opini¨®n, por el sencillo motivo de que yo desconoc¨ªa una verdad. La ignorancia estrangulaba mi sensibilidad sobre el respeto que merecen esos seres vivos. En la conversaci¨®n con el profesor de Princeton comprob¨¦ c¨®mo estimulan los di¨¢logos enriquecedores cuando buscamos honestamente la verdad. Constat¨¦ muchos puntos en com¨²n. Tambi¨¦n alguna diferencia sustancial porque trato de entender su postura, pero no alcanzo a asimilar su equiparaci¨®n entre animales y seres humanos.
Estos ensayos han salvado a millones de personas. Pero la UE hace bien en regularlos
Comprendo a Laura Cowell cuando afirma: "Para controlar mi fibrosis qu¨ªstica y diabetes tomo diariamente entre 50 y 70 comprimidos, dos inyecciones de insulina y dos nebulizadores. Esas medicinas se han probado antes en animales, por lo que estoy muy agradecida a las personas y a los animales. Sin ellos, estar¨ªa muerta".
Propongo armonizar datos y emociones. Animo a un esfuerzo divulgativo de los investigadores para enriquecer la cultura cient¨ªfica, con lo que implica de fortalecimiento democr¨¢tico. La gente de la calle debe saber que sigue siendo v¨¢lido el criterio de las tres R: reemplazar los animales por otros m¨¦todos eficaces de verificaci¨®n siempre que sea posible; reducir al m¨ªnimo imprescindible el n¨²mero de los utilizados, y refinar el trato y las condiciones de animales de laboratorio. Tan importante como saberlo es practicarlo.
Celebro la nueva directiva europea sobre experimentaci¨®n con animales, adoptada el 8 de septiembre del pasado a?o y que podr¨ªa entrar en vigor en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea dentro de dos o tres a?os. Apoyo el estricto control legal para proteger a los animales. Pero reclamo con mayor empe?o, si cabe, una protecci¨®n superior para los seres humanos. No me parece congruente defender a los animales y promover la pena de muerte, las guerras o el aborto. El grado de coherencia entre lo ret¨®rico y lo real facilita un diagn¨®stico social determinante hoy.
Dudo que todo sean beneficios en la investigaci¨®n con animales. Un icono de error del sistema fue la tragedia de la talidomida. Este f¨¢rmaco se comercializ¨® en 1956 como sedante y calmante durante los primeros meses de embarazo. Pronto se registraron miles de beb¨¦s nacidos con malformaciones: sin brazos, sin piernas y, en los casos m¨¢s graves, sin ninguna de las cuatro extremidades. La talidomida se ensay¨® en animales y, despu¨¦s, se aprob¨® para humanos. Estados Unidos no la autoriz¨®, gracias al persistente escepticismo de Frances Kelsey, funcionaria de la Food and Drug Administration (FDA), empe?ada en conseguir pruebas de que el nuevo f¨¢rmaco era seguro, en particular para los embriones. Solo despu¨¦s de las consecuencias devastadoras en m¨¢s de 10.000 beb¨¦s de 46 pa¨ªses, nuevas pruebas en primates constataron ese potencial patol¨®gico. Quiz¨¢ esta tragedia se habr¨ªa evitado o minimizado con m¨¢s o mejores ensayos previos en animales. El f¨¢rmaco se prohibi¨® en 1962, si bien a?os despu¨¦s se descubrieron efectos terap¨¦uticos contra la lepra (1964) o el SIDA (1991).
Subrayo igualmente avances hoy cotidianos -solo para parte de la humanidad- alcanzados gracias a experimentos con animales: vacunas, transfusiones, trasplantes, analg¨¦sicos, anestesias, etc¨¦tera. Por ejemplo, en 1921 se descubri¨® la hormona insulina, gracias a las investigaciones de Frederick Banting y Charles Best en el p¨¢ncreas del perro. Por ser una enfermedad incurable, los tratamientos conseguidos han supuesto un alivio para millones de enfermos en todo el mundo que han pasado de tener que morir por diabetes a poder vivir con diabetes.
Comparto la idea de Kant: "En el reino de los fines todo tiene un precio o una dignidad. Aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo equivalente; en cambio, lo que se halla por encima de todo precio y, por tanto, no admite nada equivalente, eso tiene una dignidad". Singer y yo tambi¨¦n hablamos de dignidad. En este punto discrepamos, pero seguimos buscando nuevas verdades y, por tanto, estamos abiertos a cambiar de opini¨®n.
El progreso cient¨ªfico precisa investigar con animales para curar a pacientes. Tal desarrollo requiere control responsable, ¨¦tico y legal. Una mejor comunicaci¨®n de los avances ayuda a que la sociedad entienda el uso de animales. La ciudadan¨ªa necesita datos y contexto para comprender el poli¨¦drico mundo de la investigaci¨®n m¨¦dica. Parece razonable encontrar un punto medio entre las reacciones que priman lo emocional y los argumentos que omiten lo afectivo. Podemos conciliar respeto hacia los animales y dignidad para las personas.
Enrique Sueiro, doctor en Comunicaci¨®n de la Universidad de Navarra, ha publicado Comunicaci¨®n y ciencia m¨¦dica: investigar con animales para curar a personas (CSIC).
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