El deterioro de la pol¨ªtica
No creo que nadie discuta que estamos asistiendo desde hace tiempo a un intenso deterioro y a un peligroso desprestigio de la pol¨ªtica. Desde luego, son diversos los factores que provocan esta indeseable situaci¨®n. Entre ellas citar¨¦ tres bien conocidos. El primero consiste en que se est¨¢ produciendo un importante crecimiento de los procesos de concentraci¨®n financiera, que promueven poderes econ¨®micos de car¨¢cter global y origen no democr¨¢tico que desbordan los l¨ªmites del Estado-Naci¨®n, escapan a su regulaci¨®n y control, imponen su ley y gobiernan el proceso mundial sin que existan poderes democr¨¢ticos capaces de subordinarlos al inter¨¦s general. El resultado de todo ello es la marginaci¨®n de la pol¨ªtica y una crisis profunda de la democracia. Nadie mejor que El Roto ha descrito tan lamentable situaci¨®n cuando afirmaba en una vi?eta publicada en este diario: "Si gobiernan los mercados, para qu¨¦ queremos los Gobiernos".
El PP andaluz se opone a la pol¨ªtica farmac¨¦utica con los mismos argumentos que usa aqu¨ª el PSOE
El segundo factor que golpea con fuerza la credibilidad de la pol¨ªtica es la corrupci¨®n. Siempre se ha sostenido que este fen¨®meno afecta solamente a una minor¨ªa y que la mayor¨ªa de los servidores p¨²blicos son gente honesta. Es posible -y muy deseable- que as¨ª sea. Pero reconocer¨¢n ustedes que los fen¨®menos de corrupci¨®n destapados en los ¨²ltimos tiempos tales como los bien conocidos de la Costa del Sol, lo sucedido en las islas Baleares, el famoso 3% denunciado desde la solemnidad parlamentaria en Catalu?a, la repetici¨®n de las elecciones en Madrid debido a la felon¨ªa de dos diputados convenientemente incentivados por las tramas inmobiliarias, la situaci¨®n insostenible en las Diputaciones de Castell¨®n y Alicante o la trama G¨¹rtel, que pone en cuesti¨®n la limpieza de las finanzas del principal partido de la oposici¨®n, son algo m¨¢s que datos anecd¨®ticos o marginales. Por el contrario, son hechos de enorme gravedad que asfixian la democracia.
Pero a todo ello es conveniente destacar otro factor que afecta muy seriamente a la credibilidad de la pol¨ªtica. Se trata de la incoherencia de las fuerzas pol¨ªticas y de su irrefrenable tendencia, cada vez mas acusada, a defender una cosa y la contraria dependiendo de la posici¨®n que ocupen -Gobierno u oposici¨®n- y a asumir el todo vale, incluido el descr¨¦dito del sistema democr¨¢tico, con tal de lograr la destrucci¨®n pol¨ªtica y moral del adversario.
Un ejemplo paradigm¨¢tico que ilustra perfectamente lo que acabo de decir lo constituye la llamada guerra de los medicamentos que enfrenta estos d¨ªas a la Xunta y al Gobierno central. Como es bien conocido, la Xunta, con el fin de limitar el excesivo gasto farmac¨¦utico, ha aprobado un cat¨¢logo de medicamentos en el que se decanta, dentro del recetario p¨²blico, por las presentaciones m¨¢s baratas de los mismos principios activos, lo que, como es obvio, no afecta a la eficacia terap¨¦utica. La reacci¨®n del Gobierno central ante esta iniciativa ha consistido en un recurso ante el Tribunal Constitucional por considerar que la medida de la Xunta invade las competencias del Ministerio de Sanidad, discrimina a los gallegos entre s¨ª y con respecto al resto de los espa?oles y limita la capacidad de prescripci¨®n de los m¨¦dicos. Simult¨¢neamente, la Junta de Andaluc¨ªa, gobernada por el PSOE, anuncia una medida similar a la adoptada por la Xunta, consistente en subastar mediante concurso p¨²blico el suministro de f¨¢rmacos a los laboratorios que ofrezcan el producto m¨¢s barato con el objetivo de reducir el insostenible gasto en farmacia. Pues bien, el Grupo Parlamentario Popular a trav¨¦s de su portavoz, Ana Mar¨ªa Corredera, solicit¨® la comparecencia de la consejera de Salud de la Junta, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, por considerar que tal medida invade las competencias del Ministerio, discrimina a los ciudadanos andaluces y limita la capacidad de prescripci¨®n de los facultativos. Y, aunque reconoce que la iniciativa de la Junta conlleva un gran ahorro en el gasto, advierte que semejante medida quiebra la equidad del Sistema Nacional de Salud.
As¨ª pues, nos encontramos con que el Gobierno y el Partido Socialista critican con dureza en Galicia lo que ellos mismos realizan en Andaluc¨ªa. Y el Partido Popular descalifica sin paliativos en Andaluc¨ªa lo que defiende con entusiasmo en Galicia. Y, por si esto fuera poco, ambos utilizan en cada sitio contra el adversario exactamente los mismos argumentos. ?Ver para creer! Lo que esto demuestra es que en nuestro pa¨ªs no existe ya un verdadero debate. El simplismo sectario ha sustituido al discurso pol¨ªtico, los intereses de partido prevalecen siempre sobre el inter¨¦s general, se han difuminado todos los l¨ªmites morales, otrora infranqueables, y de las viejas reglas solo subsisten las de la selva. As¨ª nos va.
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