Jean Middleton, comunista sudafricana contra el 'apartheid'
"Me un¨ª al Partido Comunista a principios de los sesenta porque parec¨ªa la forma m¨¢s eficaz de protesta", explic¨® la sudafricana Jean Middleton en una vista de la Comisi¨®n para la Verdad y la Reconciliaci¨®n celebrada en Johannesburgo (Sud¨¢frica) el 21 de julio de 1997. Una protesta que, armada de panfletos, octavillas y pintadas, llev¨® a Middleton, profesora de ingl¨¦s nacida en Durban en el verano de 1928 en una familia blanca de clase media, a formar parte del proceso judicial Bram Fischer y otros 14. Fischer, blanco como el resto de los encausados, fue uno de los letrados de la infructuosa defensa de Nelson Mandela.
Middleton fue sentenciada en abril de 1965 a tres a?os de prisi¨®n por comunista y por difundir propaganda contra el Gobierno racista del apartheid. Tras la condena, se exili¨® en Reino Unido. Precisamente en Londres falleci¨® el 14 de diciembre, a los 82 a?os, de neumon¨ªa.
"No nos trataban como a mujeres, solo nos trataban mejor que a la mujeres negras", reconoci¨® durante la narraci¨®n de su estancia en la c¨¢rcel de Barbeton para presas pol¨ªticas blancas. Tres a?os antes, Mandela dio un paso firme para la reconciliaci¨®n del pa¨ªs. En abril de 1994, el l¨ªder del Congreso Nacional Africano (CNA) gan¨® las primeras elecciones multirraciales de Sud¨¢frica. Y all¨ª estaba ya la "camarada Middelton", como la llam¨® el CNA en su despedida, de vuelta para verle. No era la primera vez que coincid¨ªa con el ya Premio Nobel de la Paz.
Tras estudiar en Durban y graduarse en la Universidad de Natal, y divorciada tras un corto matrimonio, se uni¨® en Johannesburgo al Congreso de Dem¨®cratas, formaci¨®n hermana peque?a blanca del CNA y heredera del prohibido Partido Comunista Sudafricano. En aquellos convulsos a?os sesenta prest¨® su casa al l¨ªder sudafricano para verse en secreto con su mujer, Winnie, y sus hijas.
Tres meses de que Mandela fuera condenado a cadena perpetua, en julio de 1964, la polic¨ªa lleg¨® a casa de Middleton, pero antes ella corri¨® a triturar un documento y arrojarlo al retrete. "Estaba preparada para comerme el papel", revel¨® en las memorias Convicciones: recuerdos de una presa pol¨ªtica (1998). A su salida de Barbeton, tuvo que marchar a Londres para poder ser profesora. All¨ª form¨® parte del sindicato de la ense?anza, el Partido Comunista, el movimiento contra el apartheid y colabor¨® con Radio Freedom, The Morning Star y la publicaci¨®n del CNA Sechaba. El periodismo, a trav¨¦s del diario sudafricano Umsebenzi, y su compromiso volvieron con ella a Sud¨¢frica en 1991.
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