?A qu¨¦ se juega?
No cabe la menor duda de que el PP es un partido de gobierno, independientemente de que en estos momentos est¨¦ en la oposici¨®n. Todos los estudios de opini¨®n indican que tiene una expectativa de voto muy alta y que, si ahora mismo se celebraran elecciones, dispondr¨ªa de una mayor¨ªa clara para formar gobierno.
Justamente por eso, resulta sorprendente y preocupante que se est¨¦n produciendo contradicciones flagrantes entre lo que el PP hace y lo que despu¨¦s sus m¨¢ximos dirigentes dicen que ha hecho. En cuanto surge la m¨¢s m¨ªnima dificultad ante la decisi¨®n que han adoptado, reniegan de la misma.
Voy a poner dos ejemplos, que tienen adem¨¢s una gran incidencia en un tema tan central como es el de la estructura del Estado. Me refiero a la ley antitabaco, por un lado, y al uso "de las dem¨¢s lenguas espa?olas" (art. 3.2 CE) en el Senado. En el caso de la primera, porque la aplicaci¨®n de la ley corresponde a las comunidades aut¨®nomas y en el segundo por razones obvias.
Respecto de la ley antitabaco, tal como refleja el Diario de sesiones del Congreso de los Diputados, no cabe duda de que se aprob¨® con el voto favorable del PP, cuyo portavoz en el debate, Santiago Cervera, tuvo una intervenci¨®n particularmente entusiasta: "Estamos ante el principal problema de salud p¨²blica en Espa?a". "Estamos ante una intervenci¨®n legislativa plenamente justificada". "Estamos defendiendo la libertad del no fumador". La ley de 2005 "se quedaba corta". "Somos tambi¨¦n nosotros quienes auspiciamos para la poblaci¨®n espa?ola un futuro libre de enfermedades generadas por el tabaco".
?Por qu¨¦, entonces, Mariano Rajoy dijo el lunes pasado en entrevista en Radio Nacional que "nosotros no hemos votado esa ley", a?adiendo a continuaci¨®n: "Creo que nuestra posici¨®n final fue la abstenci¨®n"? ?Es posible que el presidente del PP no recuerde la posici¨®n del PP en una ley que se vot¨® hace menos de un mes? ?O es que, en cuanto han aparecido las primeras protestas de hosteleros y ciudadanos, el presidente del PP se arruga?
Algo similar ha ocurrido con la decisi¨®n de posibilitar el uso de "las dem¨¢s lenguas espa?olas" en el Senado. En 2005 V¨¢zquez Portome?e, senador y ex consejero con Manuel Fraga, defendi¨® la posici¨®n del PP en el pleno de la C¨¢mara a favor del uso de dichas lenguas: "Desde la ¨®ptica de la cooficialidad..., nos parece que no ser¨ªa cohonestable con una interpretaci¨®n correcta de la Constituci¨®n espa?ola y del Estado de las Autonom¨ªas el excluir del Senado a estas lenguas que llamamos cooficiales". Ha bastado, sin embargo, que se iniciara una cr¨ªtica feroz de la medida por parte de los medios de comunicaci¨®n de la derecha espa?ola, para que Mariano Rajoy y otros dirigentes del PP se hayan olvidado de su posici¨®n anterior. "Esto en un pa¨ªs normal no se produce" ha dicho el presidente del PP. "Hay otras formas mejores de gastarse el dinero y el sentido com¨²n fija que en instituciones comunes se hable la lengua com¨²n", ha a?adido la portavoz del grupo parlamentario, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. ?Se les ha olvidado a los dirigentes del PP que la Constituci¨®n define al Senado como la C¨¢mara de representaci¨®n territorial (art. 69.1 CE)?
?A qu¨¦ se est¨¢ jugando? La sociedad espa?ola se encuentra en una situaci¨®n muy dif¨ªcil, en la que sus ¨®rganos de gobierno en todos los niveles territoriales van a tener que tomar decisiones que van a tener un coste para quienes las adoptan. Las decisiones tienen que ser adoptadas y de manera inaplazable y el coste de su adopci¨®n hay que soportarlo. Esto vale cuando se est¨¢ en el gobierno, pero tambi¨¦n cuando se est¨¢ en la oposici¨®n.
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