No sobran trabajadores en RTVV
Entr¨¦ en Radiotelevisi¨® Valenciana en 1989 con un doble cosquilleo de est¨®mago: por el inicio del nuevo trabajo tras la pesadilla de las oposiciones y porque me col¨¦ con el coche por el acceso principal, y no se pod¨ªa. "?Que por aqu¨ª s¨®lo entran los jefes, chicaaaa!", me gritaron desde Seguridad. As¨ª que aprend¨ª desde el primer momento que no entr¨¢bamos todos por el mismo lugar. A¨²n as¨ª, el primer cosquilleo me dur¨® muchos d¨ªas y all¨¢ donde iba contaba orgullosa que trabajaba en Canal 9. No era la ¨²nica, todos los trabajadores nos sent¨ªamos part¨ªcipes del proyecto televisivo; las ganas y la ilusi¨®n eran tan potentes que esas navidades nos dieron una gratificaci¨®n extra por el esfuerzo que hab¨ªamos hecho -de manera desinteresada en muchos casos-, para poner la "tele" en marcha.
Recuerdo el trabajo como un reto diario en el que est¨¢bamos completamente implicados: los que sal¨ªan en pantalla, los que montaban decorados, los operadores, los de limpieza, maquillaje, peluquer¨ªa, administraci¨®n. Todo resultaba prometedor comenzando por el edificio, tan majestuoso. Los plat¨®s, el teleprompter, las parrillas de programaci¨®n. En el vest¨ªbulo atronaba el bullicio de la gente de los pueblos de la Comunidad que ven¨ªan a los programas cargados de panquemaos, chorizos caseros o campanarios de chocolate. En la redacci¨®n era incesante el traj¨ªn de los equipos yendo y viniendo de conflictos internacionales para contarnos a los valencianos qu¨¦ pasaba en el mundo... ?Se han preguntado por qu¨¦ Canal 9 no se desplaza si no aparece un pol¨ªtico o un coche de Formula 1 en el plano?... Me dan ganas de llorar.
A los trabajadores que desde hace veinte a?os somos testigos de todo lo que ha pasado aqu¨ª nos cae el alma a los pies cuando escuchamos tanta informaci¨®n negativa sobre una empresa que a¨²n sentimos muy nuestra por mucho que se nos hayan roto dentro los sue?os profesionales. Con el tiempo hemos desarrollado un movimiento autom¨¢tico de coxis que nos hace saltar de la silla cuando aparece el tema de Canal 9 en las conversaciones. A las cr¨ªticas habituales se a?ade ahora el rumor creciente de que despedir¨¢n a unos cuantos porque somos demasiados. Demasiados trabajadores, dicen. Que no hay dinero, dicen. Pero de los directivos no dicen nada. De sus n¨®minas no se dice nada. Nada de nada.
?Saben una cosa? Puede que sobren empleados en RTVV pero trabajadores no. ?Por qu¨¦ no hacen un Expediente de Regulaci¨®n de Cargos? Hace a?os que los trabajadores asistimos preocupados al aumento del parque m¨®vil de directivos legislatura tras legislatura, y haciendo recuento de asesores y expertos acumulados en las especialidades audiovisuales m¨¢s peregrinas tampoco nos salen las cuentas. Que yo puedo entender que cada director general de una televisi¨®n auton¨®mica en este pa¨ªs quiera ejercer su poder rodeado de fieles (la BBC no funciona as¨ª), pero como dir¨ªa mi t¨ªa Amparito: "Una vegada has acabat de manar, xe, emporta-te'ls, cara de collons".
Tal vez ya no queden despachos libres en el edificio de Burjassot para colocar a m¨¢s directivos, que a su vez coloquen a m¨¢s asesores, que coloquen a m¨¢s expertos. Quiz¨¢s sea esa continua producci¨®n propia de cargos el motivo por el que la televisi¨®n auton¨®mica de los valencianos (que son los verdaderos propietarios porque la pagan de sus bolsillos), deba reubicarse ahora en la Feria de Muestras, donde no hay infraestructuras ni para emitir un NODO. A lo mejor necesitan m¨¢s despachos despu¨¦s de las elecciones. ?Y qui¨¦n los pagar¨¢?... ?Los valencianos otra vez?... ?A usted no le dan tambi¨¦n ganas de llorar?
Fani Grande es trabajadora de RTVV.
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