Y si el centro est¨¢ en otra parte...
Juan Cavestany y Antonio de la Torre ruedan lo extra?o del Madrid cotidiano
Lo cierto es que caminando por Madrid uno se cruza con gentes con bolsas de pl¨¢stico, con maletines, con corbata, sin ella, gentes anodinas que se diferencian entre s¨ª s¨®lo por los objetos que portan. A primera vista pueden parecer eso que se dice, "gente normal", pero qu¨¦ ocurrir¨ªa si un d¨ªa fu¨¦semos tras algunos de ellos.
Eso es un poco lo que ha hecho Juan Cavestany (Guerreros, Gente de mala calidad, El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo) junto al actor (y en este caso tambi¨¦n productor) Antonio de la Torre (Gordos, Balada triste de trompeta), en su ¨²ltima pel¨ªcula Dispongo de barcos, una historia coral que muestra el Madrid de esos personajes aparentemente intrascendentes.
El presupuesto ha sido cero y se ha rodado con una 'handycam'
Muestra una urbe de medianeras, patios interiores, metros y solares
El resultado es una ciudad de medianeras, de patios interiores l¨²gubres, de vagones y andenes de metro, de muros grafiteados, de edificios de viviendas sin encanto y de solares... Nada de extrarradios, es otro centro de la ciudad.
Cuatro soledades, cuatro descentrados, cuatro delirios, cuatro seres desconectados que se conectan entre s¨ª para vivir una ficci¨®n conjunta en una ciudad que les resulta extra?a: Antonio de la Torre (el de la camisa rosa), Roberto ?lamo (el de las gafas), Diego Paris (el del bigote) y Andr¨¦s Lima (el de las barbas).
La historia de la realizaci¨®n de esta pel¨ªcula es la historia de un antirodaje: Se ha filmado en un a?o y medio: "Cuando se pod¨ªa, cuando ten¨ªamos tiempo unos u otros, cuando Antonio pasaba por Madrid", cuenta Cavestany.
Con presupuesto cero. Con una handycam (una de esas c¨¢maras que se llevan de vacaciones). Sin pedir permisos para rodar (tampoco en el metro, donde habitualmente no se consiguen permisos a precios razonables)... "El caso es que esta historia empez¨® hace siete a?os siendo un sketch sobre un atraco absurdo pensado para la compa?¨ªa de teatro Animalario, luego se convirti¨® en un corto pero me segu¨ªan faltando cosas...", recuerda Cavestany.
Lo que le faltaba es todo cuanto convierte la carcajada de un corto o una pieza teatral c¨®mica en una mueca torcida. Y lo que inicialmente parece gracioso se vuelve progresivamente monstruoso, seg¨²n se descubren las miserias y las taras ps¨ªquicas que torturan a cada personaje en esa ciudad que puede ser el centro de la fiesta y, cinco pasos m¨¢s lejos, un lugar inh¨®spito lleno de zombis que vagan inconscientes.
"Al final se ha convertido en una especie de comedia existencialista rodada con un cine callejero que ha tenido tambi¨¦n sus ventajas porque nos ha permitido volver a rodar o cambiar cosas sin problemas, algo imposible en un rodaje normal", a?ade Cavestany.
Desde el pr¨®ximo viernes 28 se proyectar¨¢ la cinta durante en la nueva sala Berlanga (Andr¨¦s Mellado, 53), donde permanecer¨¢ en cartel a lo largo de una semana. Esa nueva pantalla se convierte en una ventana abierta a ese Madrid que vemos pero que no miramos.
Dispongo de barcos. Estreno viernes 28 de enero. Sala Berlanga. Andr¨¦s Mellado, 53.
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