Cajas en la encrucijada
La admisi¨®n de la insuficiencia de las reformas alienta al optimismo; pero ahora hay que actuar
La imprescindible reforma del sistema financiero espa?ol se ha gestionado hasta ahora, desde las instituciones p¨²blicas y desde las corporaciones de las entidades financieras, con poco acierto y una lentitud exasperante. En estos momentos, el estado de situaci¨®n de la reforma, que afecta principalmente a las cajas de ahorros, indica que se han cerrado con ¨¦xito un conjunto de fusiones formales de entidades, pero no se ha avanzado apenas en el ajuste de la oferta impl¨ªcito en las operaciones y menos en la cada vez m¨¢s urgente recapitalizaci¨®n del sistema.
Con las nuevas exigencias europeas de solvencia, la banca espa?ola necesitar¨¢ al menos 12.000 millones de capital fresco, adem¨¢s de la recapitalizaci¨®n que cada entidad requiera para cubrir el deterioro de sus activos. Gran parte del dinero debe inyectarse en las cajas para acabar con m¨¢s de dos a?os de esterilidad crediticia.
A efectos pedag¨®gicos, hay que distinguir entre dos graves problemas que tienen las cajas sobre el terreno. El primero y m¨¢s urgente es corregir la situaci¨®n creada por las fusiones realizadas entre marcas de la misma autonom¨ªa (casos de Galicia, Catalu?a y Castilla-Le¨®n), cuyo resultado final es frustrante. Las resultantes de esas fusiones apenas cumplen con los requisitos de solvencia y existe una probabilidad alta de que tales operaciones tengan que corregirse de una manera u otra. Estamos ante un conflicto financiero creado por la pertinacia de algunos Gobiernos aut¨®nomos en mantener un poder financiero propio manejado desde instancias regionales.
El otro problema est¨¢ en las dificultades de las entidades fusionadas para encontrar capital estable en el mercado con el cual reforzar su solvencia. Los mercados est¨¢n cerrados a cualquier tipo de iniciativa inversora. La f¨®rmula de que las cajas separen el negocio financiero en un banco puede ayudar a que los inversores no extra?en las peculiaridades accionariales de las cajas. Pero pasar¨¢ alg¨²n tiempo antes de que desaparezca el rechazo a invertir en entidades financieras.
A estas dos dificultades de fondo se suma otra complicaci¨®n m¨¢s: la pol¨ªtica titubeante de las autoridades, seg¨²n evidencian las aparentes discrepancias entre Econom¨ªa y el Banco de Espa?a sobre la pertinencia de reformar de nuevo la ley para acelerar la recapitalizaci¨®n. El banco, principal impulsor de la propuesta, debe sopesar las consecuencias de un nuevo cambio legislativo y los efectos secundarios de inyectar capital p¨²blico en las entidades que no consigan recapitalizarse en el mercado.
La primera fase de la reforma se ha quedado corta y en algunos casos resulta irritante (por ejemplo, por la presencia abusiva de ex pol¨ªticos en los gobiernos corporativos). El reconocimiento de esta insuficiencia y la voluntad pol¨ªtica de corregirla invita al optimismo, y as¨ª lo han entendido los mercados. Ahora es necesario no titubear.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.