Respuestas al enigma de Marta
Comienza el juicio al menor implicado en la desaparici¨®n de la joven sevillana
Hoy se cumple el segundo aniversario de la desaparici¨®n de la joven Marta del Castillo. Y hoy comienza el juicio al menor implicado, Javier G. El Cuco, acusado de asesinato, violaci¨®n y profanaci¨®n de cad¨¢ver -por evitar dar sepultura al cuerpo de la adolescente sevillana, que muri¨® con 17 a?os-. Se trata de una oportunidad clave para hallar respuestas ocultas durante dos a?os. El juez de menores Alejandro Vian intentar¨¢ arrojar luz sobre un oscuro crimen enredado por medias verdades y medias mentiras de cinco inculpados. Un caso que sigue lastrado por un cuerpo del delito, desaparecido para simpre en el Guadalquivir.
Tras una investigaci¨®n policial y una instrucci¨®n judicial repletas de sobresaltos, comienza el juicio a El Cuco, que el d¨ªa del crimen contaba con 15 a?os. El suceso devino en una movilizaci¨®n nacional de voluntarios y 220 agentes que rastrearon el r¨ªo, un vertedero y 40 zanjas, 150 muestras de ADN y 3.000 llamadas analizadas, reuniones de la familia de Marta con el presidente del Gobierno y el l¨ªder de la oposici¨®n para reforzar la b¨²squeda del cad¨¢ver. Todo result¨® in¨²til.
Miguel Carca?o, principal acusado, declarar¨¢ como testigo el mi¨¦rcoles
La pol¨¦mica a¨²n acompa?a al caso. Los jueces consideran que Miguel Carca?o, de 19 a?os y ex novio de Marta, y El Cuco violaron y asfixiaron juntos a la joven. La fiscal¨ªa pide para el primero 52 a?os de c¨¢rcel y para el segundo seis a?os de internamiento en un centro y tres a?os de libertad vigilada. Adem¨¢s, pide que El Cuco indemnice al Gobierno con 616.319 euros, importe de la b¨²squeda del cuerpo de Marta.
Durante la investigaci¨®n, El Cuco ha cambiado de versi¨®n. Al principio dijo que colabor¨® para trasladar el cuerpo de Marta y arrojarlo al r¨ªo. Luego afirm¨® que confes¨® atemorizado por "presiones" de la polic¨ªa. Su ¨²ltimo relato rechaz¨® cualquier implicaci¨®n y dijo que hab¨ªa estado de botell¨®n con unos amigos. Pero las declaraciones de los chicos que supuestamente compartieron esa cita no coinciden en los horarios de sus movimientos ese d¨ªa.
Al comienzo de la investigaci¨®n, su papel parec¨ªa el de un simple encubridor. En cambio, la ¨²ltima declaraci¨®n de Carca?o que le implicaba en el asesinato y la violaci¨®n le defin¨ªa como un adolescente cruel y calculador. "Los hechos implican un conocimiento de la v¨ªctima que revela una profunda crueldad de los chicos. Ella formaba parte del 'nosotros' y le da un car¨¢cter m¨¢s terrible al caso", se?ala Vicente Garrido, profesor de Criminolog¨ªa de la Universidad de Valencia.
El juez instructor sostiene que la noche del crimen, el adolescente estaba en el piso de Carca?o junto a Marta, que compartieron drogas y alcohol y que Carca?o agredi¨® a Marta "despechado y encolerizado", tras rechazar Marta un beso. A continuaci¨®n, ambos amigos agredieron a la menor antes de violarla por separado. Tras finalizar las agresiones sexuales, ambos maniataron a Marta con cinta aislante y la asfixiaron con un cable el¨¦ctrico, siempre seg¨²n el auto judicial. Al salir de la casa, El Cuco arroj¨® una navaja tipo mariposa que usaron para amenazar a Marta, y que semanas despu¨¦s la polic¨ªa encontr¨® en una alcantarilla junto a la vivienda. Tras el crimen, con la ayuda de su amigo Samuel Ben¨ªtez, los j¨®venes trasladaron el cuerpo de la joven hasta un lugar desconocido con el coche de la madre del menor. El juez considera que antes los tres amigos hab¨ªan coincidido en el sal¨®n de la casa con el hermano de Carca?o, Javier Delgado, y su novia, Mar¨ªa Garc¨ªa, que presenciaron el cad¨¢ver de Marta envuelto en una manta.
Los cuatro adultos acusados, entre ellos Carca?o, est¨¢n llamados el pr¨®ximo mi¨¦rcoles a declarar como testigos y, por tanto, est¨¢n obligados a decir la verdad, pero son imputados en un proceso paralelo. El juez decidir¨¢ c¨®mo responder¨¢n a las preguntas que podr¨ªan alumbrar el crimen o enmara?arlo a¨²n m¨¢s.
"El Cuco ahora es otra persona. Se ha desarrollado, est¨¢ fuerte y hace deporte", relata su abogado Fernando de Pablo sobre el cambio experimentado por Javier G., de 17 a?os. En dos a?os, ha dado el estir¨®n, ha estudiado un m¨®dulo de FP para ayudar a mayores enfermos y, recientemente, ha realizado las pr¨¢cticas de dicho curso. Desde el pasado noviembre, el adolescente vive en un piso tutelado con otros j¨®venes supervisados por monitores.
Un caso; dos procesos
El caso Marta est¨¢ envuelto en una batalla jur¨ªdica por dos procesos diferentes, uno para el menor y otro para los cuatro adultos acusados, que pueden provocar dos sentencias distintas sobre unos mismos hechos. Ocurre a diario en hurtos y delitos menores donde hay adolescentes involucrados. Pero el caso Marta multiplica como un altavoz esta duplicaci¨®n del juicio que impone la Ley del Menor.
Los juristas no se ponen de acuerdo. La Fiscal¨ªa de Sevilla inst¨® a la Fiscal¨ªa General del Estado a que promoviera que el sistema enjuicie a menores y adultos de manera conjunta "cuando se trate de casos de extrema o m¨¢xima gravedad".
Borja Mapelli, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad de Sevilla, discrepa: "Si nos tomamos en serio la justicia del menor, esta logra ¨¦xitos porque hay profesionales sensibilizados. La dualidad de los procesos resulta extra?a, pero hay mecanismos jur¨ªdicos para darle una buena soluci¨®n". Juan Luis G¨®mez Colomer, catedr¨¢tico de Derecho Procesal, coincide: "La Ley del Menor no es represiva y se preocupa m¨¢s de su recuperaci¨®n para la sociedad".
La defensa de la familia de Marta intentar¨¢ ma?ana frenar el juicio al plantear una cuesti¨®n de inconstitucionalidad, asegura el abogado Jos¨¦ Mar¨ªa Calero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.