Sin anestesia para la pena de muerte
No deja de ser parad¨®jico que una sustancia anest¨¦sica como el Pentothal, siempre usada con car¨¢cter ben¨¦fico para la persona -hace d¨¦cadas para mitigar los dolores de parto y m¨¢s recientemente en cirug¨ªa para evitar el sufrimiento del paciente-, pero ya descartada por sus efectos secundarios, sirva tambi¨¦n como antesala de la muerte a los condenados en las c¨¢rceles estadounidenses. Ahora, los escr¨²pulos de Hospira, ¨²nico laboratorio proveedor de dicha sustancia, bloquean su suministro a diversos Estados por considerar que se le est¨¢ dando una utilidad perniciosa y no acorde con las finalidades de un producto sanitario.
Este posicionamiento se basa aparentemente en criterios ¨¦ticos de no maleficencia, evitando su uso en perjuicio de las personas, casi ejerciendo una "objeci¨®n de conciencia" corporativa neg¨¢ndose a colaborar al objetivo final, como es la muerte del reo. Ello nos plantea dos tipos de cuestiones: por un lado el conocido interrogante ¨¦tico de si el fin justifica los medios. ?Es leg¨ªtimo dar continuidad a ese suministro, a pesar de conocer su uso, en aras a conseguir evitar en la medida de lo posible el sufrimiento del reo? Por otro lado, el an¨¢lisis sobre las consecuencias de los actos: negar el suministro de pentotal a las c¨¢rceles puede suponer un mal a¨²n mayor porque se buscar¨¢n alternativas, practic¨¢ndose la cirug¨ªa con m¨¦todos anest¨¦sicos poco eficaces o bien se ejecutar¨¢ a los reos igualmente, volviendo a sistemas m¨¢s cruentos y agresivos.
No est¨¢ claro si Hospira ha hecho este tipo de reflexiones antes de tomar su decisi¨®n de cortar el suministro de pentotal, pero sorprende que esta actitud se manifieste ahora, alegando desconocimiento de ese uso. ?Es cre¨ªble que Hospira no conociese que en las c¨¢rceles de algunos Estados se usaba el pentotal no solo como anest¨¦sico quir¨²rgico sino tambi¨¦n como anest¨¦sico premuerte? Puede que dicho cambio haya sido propiciado por un nuevo responsable con m¨¢s escr¨²pulos que los anteriores, o que Hospira, apunt¨¢ndose a la nueva tendencia de responsabilidad social corporativa, ha elaborado un c¨®digo ¨¦tico que no le permite este tipo de colaboraciones. Sea como fuere, bienvenida sea la iniciativa si sirve para replantear la pena de muerte como medida extrema de castigo a los delincuentes, aunque mucho me temo que no surtir¨¢ ese efecto y algunos Estados mantendr¨¢n la pena capital anclados en un modelo penal del ojo por ojo y contrario a los Derechos Humanos.
N¨²ria Terribas es directora del Instituto Borja de Bio¨¦tica.
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