Qui¨¦n se ocupa del salm¨®n
Cuando Davos se despereza, Washington se halla todav¨ªa en la digesti¨®n de las palabras presidenciales. Casi todos los a?os el discurso del estado de la Uni¨®n resuena en las monta?as alpinas justo en el momento en que empieza el Foro Econ¨®mico Mundial. El eco suele ser m¨¢s intenso cuando el presidente de la primera superpotencia se ocupa de los asuntos mundiales: la concentraci¨®n de estadistas, ministros, economistas y polit¨®logos que se da en la localidad suiza solo tiene parang¨®n con la que hay normalmente en Washington, incluidos los americanos. Pero este a?o Obama ha dirigido su mirada hacia casa, para cerrar el paso al Partido Republicano despu¨¦s de su victoria de noviembre y de su agresivo despliegue de cara a las presidenciales de 2012, con un discurso m¨¢s centrado, una oferta bipartidista y subrayando los acentos patri¨®ticos que presentan a Estados Unidos como una naci¨®n especial, excepcional y destinada a conseguir metas inigualadas en la historia.
Obama mira hacia casa, pero su reto es exterior: competir y liderar en el mundo global
Muy poca pol¨ªtica internacional, por tanto. Apenas para rendir homenaje a sus soldados, que siguen sacrific¨¢ndose en las aventuras de Irak y Afganist¨¢n iniciadas por el anterior presidente, y para recordar que EE UU sigue siendo el pa¨ªs l¨ªder y responsable de la seguridad mundial. Esta no es una cuesti¨®n marginal. China es ya un gran jugador reconocido en la escena global, que participa siguiendo las reglas de juego internacionales (lo contrario de lo que hace en casa, donde no hay m¨¢s regla que la del poder del partido), pero no se responsabiliza de la marcha del mundo ni quiere cargar sobre sus espaldas protagonismo alguno. Europa es peor: no aspira a nada, ni a jugar en la escena mundial ni por supuesto a tomar responsabilidades o protagonismo.
Obama habl¨® de T¨²nez, con claridad y contundencia suficiente como para que los europeos sigamos sonroj¨¢ndonos. Pero no supo decir nada de la ira contra los dictadores que va extendi¨¦ndose en la calle ¨¢rabe, en Argelia y Egipto sobre todo, y lo que es m¨¢s grave, no dedic¨® ni una menci¨®n, aunque fuera tangencial, a una de sus cuentas pendientes: la prometida paz entre los dos Estados reconocidos internacionalmente con fronteras seguras que varios presidentes estadounidenses han prometido a israel¨ªes y palestinos. Oriente Pr¨®ximo no est¨¢ entre las preocupaciones de sus electores. El presidente que consiga la paz entre israel¨ªes y palestinos, como se propuso Obama quiz¨¢s imprudentemente, pasar¨¢ a la historia, pero no es seguro que obtenga gracias a ello un reconocimiento en votos.
El eco global del estado de la Uni¨®n no se percibe ¨²nicamente cuando el presidente se refiere a los grandes cap¨ªtulos conflictivos de la pol¨ªtica internacional. Ya no existe la pol¨ªtica interior para ninguno de los pa¨ªses que cuentan. La creaci¨®n de empleo no es un reto interior para nadie, sino parte de la carrera de la competitividad en el mercado global. Obama invit¨® ayer a sus conciudadanos a competir en el escenario global con los nuevos agentes que retan el poder de EE UU en numerosos cap¨ªtulos, desde la educaci¨®n y la banda ancha (Corea del Sur) hasta los transportes (Europa, Rusia, China). Su receta, en cinco puntos, vale para EE UU y vale para Europa. 1. Ganar el futuro mediante la innovaci¨®n, en biomedicina, en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y en energ¨ªas limpias. ?No vale para Espa?a, al igual que su mix energ¨¦tico que incluye las centrales nucleares? 2. Invertir en educaci¨®n y sobre todo en educadores, "constructores de la naci¨®n" seg¨²n los surcoreanos. 3. Mejorar las infraestructuras: transportes y telecomunicaciones sobre todo. 4. Atacar dr¨¢sticamente el d¨¦ficit p¨²blico, para no quedar "enterrados en una monta?a de deuda": ah¨ª el eco de Davos le devolvi¨® la cr¨ªtica de Nouriel Roubini por la modestia de su propuesta; deber¨ªa cortar m¨¢s todav¨ªa. 5. Reformar el Gobierno; la aver¨ªa generalizada de la gobernanza queda muy bien ejemplificada por un gag de su discurso: el Departamento de Interior se ocupa de los salmones cuando viven en agua dulce, pero es el de Comercio quien lo hace cuando llegan al mar, y no se sabe qui¨¦n est¨¢ al cargo cuando ya est¨¢n ahumados.
Las duplicaciones, el solapamiento de competencias y la ausencia de responsabilidades claras es algo que afecta a todos los Gobiernos, desde el nivel m¨¢s local hasta el nivel global, el G-20, donde no hay manera de que cada uno asuma sus responsabilidades, pasando por el nivel europeo, donde hace falta una crisis de la deuda soberana para que los Gobiernos empiecen a hacer sus deberes. Obama fue muy preciso y sutil en su an¨¢lisis: "Por supuesto, hay pa¨ªses que no tienen este problema. Si el Gobierno central quiere un tren, tiene un tren, no importa cu¨¢ntas viviendas sean destruidas. Si no quieren una historia negativa en el peri¨®dico, tambi¨¦n lo consiguen".
El emblema del mundo desgobernado es este salm¨®n que se nos escapa de las manos y que solo el capitalismo chino, u otros reg¨ªmenes autoritarios, pueden criar y pescar a placer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.