El ministro Isidre y el gas de la risa

Antes de labrarse fama internacional con El m¨¦todo Gr?nholm, Jordi Galceran hab¨ªa escrito algunas comedias de intriga entre las que sobresale Fuita (Fuga), cuyo protagonista, Isidre, conseller de la Generalitat obligado a dimitir al destaparse un esc¨¢ndalo inmobiliario, es ministro de Industria y Energ¨ªa dimisionario en la versi¨®n castellana que acaba de estrenarse, dirigida con pericia por Tamzin Townsend.

Fuga es un cruce entre dos tipos cl¨¢sicos de comedia: la del protagonista ingenuo que no se cosca de un enga?o may¨²sculo urdido a su alrededor y la comedia de enredo policiaco llena de volantazos inesperados. De obras as¨ª cabe esperar solo emociones y v¨¦rtigo. Se desmoronar¨ªan si el espectador analizase al final todos los datos que se le han ido dando y observase sus incongruencias: hay que olvidar la capacidad de reflexi¨®n en el guardarropa y seguirlas dej¨¢ndonos sacudir sin miedo a un lado y a otro en cada curva, como en la monta?a rusa. Como en los espect¨¢culos de magia, disfrutaremos m¨¢s cuanto menos intentemos ver el truco.

Hay que olvidar la capacidad de reflexi¨®n en el guardarropa

Galceran mantiene al espectador en constante enga?o: es un prestidigitador que en vez de cartas utiliza personajes trucados para sorprendernos con un culpable donde no lo hab¨ªa. Cuidado con ¨¦l: no da tiempo a pensar. Solo cuando fuerza la l¨®gica y se pasa de rosca (dos o tres veces) nos sentimos repentinamente cr¨ªticos y extra?ados. A saber: cuando la prostituta empu?a la pistola e intenta robar a los protagonistas, cuando la vendedora descubre que su marido se la pega (el instante peor resuelto emocionalmente de la funci¨®n), y tal vez tambi¨¦n cuando el asesino encaja sus cuernos reci¨¦n descubiertos como si tal cosa. Lo mejor son los momentos de disparate puro: el que protagoniza el ex ministro imagin¨¢ndose como heroico salvador de ni?os tras una explosi¨®n de gas devastadora, provoca un estallido de risa general en la medidamente expansiva interpretaci¨®n de Jos¨¦ Luis Gil.

Es interesante observar como Francesc Albiol interpreta al padre paral¨ªtico de cara al p¨²blico, sin cuarta pared: sus caras de estupefacci¨®n y sus aspavientos a espaldas de Isidre conforman un continuo aparte c¨®mplice, como los que establecen con el espectador los artistas de cabar¨¦ y los graciosos del Siglo de Oro. Quiz¨¢ porque m¨¢s que personajes, las criaturas de Galceran son mecanismos para mantener al respetable en jaque continuo, sus int¨¦rpretes no dejan en casi ning¨²n momento de ser ellos mismos haciendo un personaje.

Fuga es un puro juego brillantemente compuesto por su autor y orquestado estupendamente por Townsend: si observamos la comedia entera en perspectiva, resulta inveros¨ªmil que el asesino le siga el aire a Isidre cuando este finge que ambos est¨¢n siendo grabados, pero poco importa esa incongruencia descubierta a posteriori (con todos los datos ya sobre la mesa) cuando la escena funciona como un tiro en el t¨² a t¨² despepitante que mantienen Gil y Mauro Mu?iz-Urquiza. Amparo Larra?aga tiene el encanto y la labilidad que requiere el papel coprotagonista y Kira Mir¨® est¨¢ bastante m¨¢s convincente en el papel de hija que en el de puta: tiene estilo pero la voz no le acompa?a. La escenograf¨ªa de Ricardo S¨¢nchez imprime empaque a la producci¨®n.