?Como los Pactos de la Moncloa?
Hace un par de a?os me hicieron una pregunta semejante. Entonces y ahora, creo que sigue faltando esa sensaci¨®n de emergencia nacional, europea y global que tengo ante esta crisis, como parteaguas de la historia. Si esta sensaci¨®n fuera compartida, los acuerdos que se acaban de firmar ser¨ªan recibidos como parte de una necesidad ineludible para recuperar la posici¨®n de Espa?a en la nueva realidad global que aflor¨® con fuerza la crisis y sus consecuencias. No son como los de La Moncloa, pero necesitamos estos acuerdos y algunos otros, tanto como aquellos, si no m¨¢s.
Entonces nos jug¨¢bamos la supervivencia de la transici¨®n democr¨¢tica, amenazada pol¨ªticamente por la violencia del terror y por las tentaciones involucionistas. Los Pactos estabilizaron la econom¨ªa y nos permitieron combatir la inflaci¨®n desbocada, aunque quedara mucho para ver el inicio de la recuperaci¨®n. Pero, sobre todo, lo que se instal¨® entre los protagonistas pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos, fue la necesidad del di¨¢logo, la voluntad de acordar entre todos unas reglas de juego que se reflejaron m¨¢s tarde en la primera Constituci¨®n, desde la de 1812, que nos permiti¨® ordenar libre y pac¨ªficamente la convivencia. Sus frutos trascendieron la frontera de lo econ¨®mico y lo social.
Ahora, Espa?a tiene que cambiar, porque el mundo ha cambiado profundamente. De los cambios no depende la supervivencia de la democracia, aunque oigamos banalidades sobre la estructura del Estado Auton¨®mico.
Pero, ahora, necesitamos respuestas a nuestra demograf¨ªa, a nuestra p¨¦rdida de productividad y de competitividad para insertarnos en la econom¨ªa global. Necesitamos mejorar nuestro capital humano para ser capaces de a?adir valor. Necesitamos una pol¨ªtica energ¨¦tica coherente. Necesitamos reformar y reestructurar nuestro sistema financiero. Necesitamos una justicia que funcione.
Y necesitamos que esas reformas tengan el apoyo decidido de grandes mayor¨ªas sociales. Por tanto, desde las pensiones a la negociaci¨®n colectiva, pasando por la educaci¨®n, la formaci¨®n, una justicia eficiente y un sistema financiero reformado, Espa?a necesita consenso. Ya hemos perdido demasiado tiempo para enfrentar las reformas, ya no nos queda m¨¢s. As¨ª que bienvenidos los acuerdos, sin comparar con nada, sino con nuestras urgentes necesidades como pa¨ªs.
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