Oda a Ciudad
Historia e historias suelen entretejerse en las obras biogr¨¢ficas basadas en reminiscencias familiares. Lo que tenga que contar un hombre sobre su propia vida, si est¨¢ contado con verdad, es raro que no interese a sus semejantes. Quiz¨¢ sucede porque, en el fondo, las pasiones y obsesiones esenciales no han cambiado desde la antig¨¹edad. Por tanto, este tipo de relatos terminan resultando en general muy apasionantes y, de un modo u otro, siempre sirven para entender el tiempo propio del espectador.
Podemos comprobarlo una vez m¨¢s en el documental catal¨¢n de Mireia Ros Abans que el temps ho esborri (Antes que el tiempo lo borre). Se trata de una cr¨®nica familiar, narrada en primera persona por su ¨²ltimo v¨¢stago, del discurrir por el siglo veinte de una familia de la alta burgues¨ªa barcelonesa. El documental pasa de puntillas por la Semana Tr¨¢gica y la Guerra Civil, como si fuera un sarampi¨®n que les pas¨® a otros. Puede parecer error del documental pero es, sin embargo, no defecto sino designio de sus autores. Saben que esa fue la actitud mayoritaria de la burgues¨ªa barcelonesa: huir o encerrarse en s¨ª misma antes que admitir que habitaba un mundo que se desmoronaba. Lo marca en el filme una escena que funciona como giro de bisagra en el centro del metraje. En ella, sobre im¨¢genes de la ciudad se escucha el tema Si mires enrere (Si miras atr¨¢s), un rap hecho por Gato-el-Qiman que empieza con los primeros versos de la nueva oda a Barcelona, escrita por el poeta Joan Maragall a principios del siglo veinte.
Maragall escribi¨® ese poema durante los hechos de la Semana Tr¨¢gica de 1909 que pillaron a la burgues¨ªa barcelonesa con el paso cambiado por un agudo ataque de miop¨ªa social. La guerra en Marruecos hab¨ªa empezado en julio y se hab¨ªa establecido una leva forzosa del pueblo llano. Las condiciones sanitarias y t¨¦cnicas del ej¨¦rcito eran tan lamentables que iban a una muerte segura. Por ello, las clases populares se revolvieron contra todo: Gobierno, patrones, instituciones y autoridades en un ataque de violencia ciega e indiscriminada. ?C¨®mo pudieron pensar las clases dirigentes que eso no iba a suceder? Maragall, que hab¨ªa empezado su oda como puesta al d¨ªa de la antigua oda de Verdaguer, cambi¨® su tono a mitad de la redacci¨®n y la convirti¨® en algo mucho m¨¢s agrio. Reprochaba a la ciudad su farise¨ªsmo y sectarismo ("manto de monja y traje de se?ora") y su conclusi¨®n era clara: debe ser la propia burgues¨ªa la que se convenza a s¨ª misma de que los ricos tambi¨¦n sirven para algo. Si ella no se convence, dif¨ªcilmente podr¨¢ convencer a los dem¨¢s. La burgues¨ªa de entonces pretend¨ªa ignorar plenamente c¨®mo viv¨ªan sus conciudadanos, sin darse cuenta de que solo las sociedades desestructuradas necesitan banderas y emociones fuertes para unirse m¨¢s o menos endeblemente en torno a algo. Ahora que Samuel D. Abrams ha publicado el minucioso estudio titulado Leer a Maragall ahora es un buen momento para seguir mirando c¨®mo vive el conciudadano y comprobar si las palabras del poeta siguen vigentes o si el ejercicio de Gato-el-Qiman es, como su t¨ªtulo podr¨ªa dar a entender, una simple mirada atr¨¢s a una lecci¨®n tristemente aprendida.
Abans que el temps ho esborri (Barcelona, antes de que el tiempo lo borre). Direcci¨®n: Mireia Ros. Promarfi Futuro Producciones 2010. Si mires enrere (Si miras atr¨¢s). Basado en la Oda a Barcelona de Joan Maragall. Autor e int¨¦rprete: Gato-el-Qiman. Llegir Maragall, ara. Sam Abrams. Proa. Barcelona, 2010. 480 p¨¢ginas. 24,50 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.