EE UU cree que la oposici¨®n siria es incapaz de traer el cambio
La Embajada en Damasco conf¨ªa m¨¢s en los empresarios del pa¨ªs, ahogado por los problemas econ¨®micos
Los diplom¨¢ticos estadounidenses descubrieron en 2008 un nuevo fen¨®meno en las zonas comerciales m¨¢s exclusivas de Damasco. Los ni?os mendigos llegados de zonas rurales, antes espor¨¢dicos, eran ya cotidianos. Y en los puestos callejeros de los barrios m¨¢s humildes los tenderos vend¨ªan cartillas de racionamiento de gasolina. As¨ª de evidentes eran las consecuencias del hachazo que el r¨¦gimen de Bachar el Asad acababa de dar a los subsidios del combustible que desangraban el presupuesto, seg¨²n cuenta un telegrama secreto enviado por la Embajada de EE UU en Siria en agosto de aquel a?o.
Los cables retratan un pa¨ªs con grav¨ªsimos problemas econ¨®micos y un r¨¦gimen implacable con cualquier disidencia. Asad, un oftalm¨®logo que hered¨® el cargo de su padre en 2000, ha implantado en los ¨²ltimos a?os reformas que han abierto la econom¨ªa siria al sector privado. Esa podr¨ªa ser la v¨ªa para el cambio, seg¨²n una nota confidencial de 2009: "A corto plazo, el cambio interno en Siria no vendr¨¢ de la oposici¨®n. Las ¨¦lites empresariales prooccidentales son la ¨²nica esperanza para el cambio".
"No se tolera que se discrepe del r¨¦gimen", dicen los diplom¨¢ticos
Las miserias econ¨®micas son graves. "El sirio de a pie gasta el 42% de sus ingresos en comprar comida, seg¨²n el viceprimer ministro de Asuntos Econ¨®micos, Abdal¨¢ al Dardari", relata un telegrama secreto escrito para el enviado de la Casa Blanca a Oriente Pr¨®ximo, George Mitchell, en v¨ªsperas de una visita a Damasco en 2009. El telegrama a?ade que el desempleo ronda el 25%-30%, m¨¢s de un tercio de la poblaci¨®n activa son funcionarios, la inflaci¨®n es rampante e "incluso los sirios de clase media-alta tienen problemas para poner comida sobre la mesa y pagar las cada vez m¨¢s caras facturas de los servicios b¨¢sicos y el combustible".
La renta per c¨¢pita de Siria, que tiene 22 millones de habitantes, es de 4.620 d¨®lares (por debajo de los 5.680 de Egipto y por encima de los 4.400 de Marruecos), seg¨²n los datos del Banco Mundial de diciembre pasado.
El presidente Asad est¨¢ "desesperado por aumentar la inversi¨®n directa extranjera, un objetivo dificultado por la estigmati-zaci¨®n que acompa?a a la pol¨ªtica de sanciones de EE UU", escrib¨ªa en 2009 la encargada de negocios en Damasco, Maura Connelly, la diplom¨¢tica de m¨¢s alto nivel entonces en Siria. EE UU acaba de enviar a la capital siria un embajador, que retir¨® en 2005 tras el asesinato del primer ministro liban¨¦s, Rafic Hariri. Asad ha roto el aislamiento pol¨ªtico, pero no el econ¨®mico, pues las sanciones siguen vigentes.
Las penurias sirias obedecen a un amplio abanico de factores, seg¨²n la legaci¨®n: los ingresos del petr¨®leo menguan, el gasto p¨²blico crece, los multimillonarios subsidios (que, sumados a las p¨¦rdidas de las empresas p¨²blicas, se tragaron el 69% del presupuesto de 2007), la llegada masiva de refugiados desde Irak (1,2 millones, seg¨²n las autoridades sirias; la mitad seg¨²n "fuentes diplom¨¢ticas y de espionaje" de la Embajada norteamericana), etc¨¦tera. Y la infraestructura es tan anticuada que el racionamiento de agua es permanente y el de electricidad, estacional.
Los diplom¨¢ticos exculpan a las sanciones impuestas por EE UU a Siria de las miserias cotidianas de la poblaci¨®n, aunque al tiempo admiten sus efectos perniciosos: "Han da?ado la econom¨ªa siria pero no la calidad de vida del sirio de a pie". La diplom¨¢tica Connelly explica en otra nota que los cambios econ¨®micos expusieron "las fisuras pol¨ªticas entre el sector privado, generalmente prooccidental y prorreforma, y el partido Baaz, que teme que las reformas amenacen el sistema de clientelismo y corrupci¨®n que ha sustentado su dominio socioecon¨®mico y podr¨ªa derivar en libertades pol¨ªticas irreversibles que podr¨ªa derrocar el r¨¦gimen". Dicen los seguidores del presidente Asad que este simplemente aspira al denominado "modelo chino, desarrollo econ¨®mico con un firme control pol¨ªtico".
Asad ha prohibido las marchas de apoyo de las revueltas prodemocracia. Ya dec¨ªa una nota de 2009 que para Siria "es intolerable cualquier discrepancia sobre la legitimidad del r¨¦gimen, incluidos los llamamientos a las reformas". Las decenas de activistas que han intentado manifestarse han sido dispersados sin contemplaciones, inform¨® Human Rights Watch. Y el presidente se ha apresurado a anunciar reformas pol¨ªticas para este a?o.
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