R¨¦quiem multicultural
El 'premier' Cameron anuncia un Reino Unido m¨¢s vigilante con el integrismo
El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, ha seguido los pasos de Angela Merkel en Alemania al declarar fracasado el multiculturalismo en Reino Unido. Cameron enton¨® este r¨¦quiem en un discurso pronunciado en la Conferencia de Seguridad de M¨²nich, el primero sobre esta materia desde que lleg¨® a Downing Street. En el trasfondo de su intervenci¨®n se encontraba el hecho de que el refugiado iraqu¨ª que se inmol¨® recientemente en Estocolmo hab¨ªa residido en el barrio londinense de Luton, al igual que los cuatro terroristas suicidas que cometieron los atentados de 2005. Para el primer ministro, se trata de dejar atr¨¢s la "tolerancia pasiva" para adoptar un "liberalismo muscular activo".
La vaguedad de la f¨®rmula, apenas disimulada por su vistosidad propagand¨ªstica, podr¨ªa ser un indicio de que el discurso de Cameron buscaba sobre todo ocupar el espacio pol¨ªtico al que aspira la ultraderecha brit¨¢nica, una de cuyas marchas hab¨ªa sido convocada el mismo d¨ªa en que el primer ministro hablaba en M¨²nich. Por m¨¢s que Cameron pretendiese trazar una l¨ªnea entre las medidas adoptadas hasta ahora y las que ¨¦l podr¨ªa promover, es dif¨ªcil colocar bajo la r¨²brica de "tolerancia pasiva" la bater¨ªa de normas antiterroristas impulsada por los Gobiernos de Tony Blair, que suscit¨® dudas acerca de su compatibilidad con las garant¨ªas personales vigentes en Reino Unido. Tampoco el caso Menezes, el joven brasile?o muerto por disparos de la polic¨ªa en un momento de psicosis antiterrorista, parece avalar la idea de que haya existido un ingenuo desistimiento oficial hacia los problemas de seguridad.
La necesidad de reforzar la vigilancia en barrios como el de Luton nada tiene que ver con la aceptaci¨®n o el rechazo del multiculturalismo, un concepto acad¨¦mico que est¨¢ de m¨¢s en el debate pol¨ªtico; tiene que ver, sencillamente, con la eficacia en la persecuci¨®n y el desmantelamiento de las redes terroristas, una responsabilidad en materia de seguridad de la que debe rendir cuentas cualquier Ejecutivo, incluido el de Cameron. Trasladar esa rendici¨®n de cuentas al terreno de los conceptos quiz¨¢ sirva para escamotear la responsabilidad pol¨ªtica concreta, pero al precio de legitimar el discurso de la ultraderecha. Con esta maniobra, Cameron, como en su d¨ªa Merkel y tambi¨¦n otros dirigentes europeos, se condenan a competir en un terreno donde tienen poco que ganar y s¨ª mucho que perder. No solo ellos, sino la totalidad del sistema democr¨¢tico.
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