Meter la pata en twitter
"Nunca se han visto las pir¨¢mides de Egipto tan poco transitadas, ojal¨¢ que pronto se acabe la revuelta". Son 102 caracteres, 901 menos que la letra ¨ªntegra de Ave Mar¨ªa. Pero durante dos semanas han tenido m¨¢s resonancia que cualquier canci¨®n de David Bisbal. Tanto que resulta redundante contar ahora c¨®mo el cantante almeriense public¨® esa frase en su Twitter el 31 de enero, para borrarla en cuanto se convirti¨®, junto a las incontables gracietas que propici¨® ("Nunca se ha visto la luna tan poco transitada, a ver cu¨¢ndo acaba la guerra de las galaxias", "Qu¨¦ pena que no puedo ir a Londres porque solo aceptan libras y yo soy acuario"), en trending topic nacional, y c¨®mo m¨¢s tarde dijo de su p¨²blico que "el insulto es lo ¨²nico que os queda; bueno, y tambi¨¦n mucho tiempo libre", lo que tambi¨¦n borr¨® al poco. Pero hay m¨¢s que una an¨¦cdota en la historia. Hay una lecci¨®n magistral sobre la integraci¨®n de Twitter en Espa?a.
"Tu Twitter es una democracia: no mandas t¨², manda la gente que lo lee"
En los tres ¨²ltimos meses, las pol¨¦micas ocasionadas por los tweets del famoseo espa?ol se han convertido en un fen¨®meno de creciente repercusi¨®n. Mientras en EE UU y Latinoam¨¦rica el uso de redes sociales ha puesto en el mapa a celebridades de segunda, en Espa?a ha servido para que Alejandro Sanz comparara los derechos de autor a los de los ni?os africanos con sida o para que Alex de la Iglesia dejara la Academia del Cine.
"No creo que sea una conducta t¨ªpicamente espa?ola", opina Mar Chicharro, profesora de sociolog¨ªa y medios de comunicaci¨®n de la Universidad Complutense; "en todas partes, estos personajes est¨¢n sujetos a constantes procesos de evaluaci¨®n por parte del p¨²blico. La Red ha convertido las conversaciones informales con otros miembros del p¨²blico en un medio de presi¨®n del espectador".
El nuevo fen¨®meno carga, pues, en los hombros de los propios famosos y en c¨®mo lidian con esta nueva realidad. Y cada uno reacciona de forma diferente a su repentina notoriedad. ?Ser¨¢ por eso que cada caso da que hablar?
Arturo P¨¦rez-Reverte, que en octubre se vio en el ojo del hurac¨¢n por decir que Moratinos "ni para irse tuvo huevos", sali¨® bien parado bromeando sobre s¨ª mismo hasta un extremo tan absurdo que la cosa perdi¨® fuelle. En el caso de Bisbal, en cambio, su reacci¨®n fue una lecci¨®n de desconocimiento del medio: "Bisbal se carg¨® un par de cosas de la cultura 2.0", explica ?ngel ?lvarez, de una de las principales agencias de social media espa?olas, Territorio Creativo. "Primero, se neg¨® a reconocer lo desafortunado de su comentario. En un medio tan inmediato como las redes sociales est¨¢ permitido el derecho a equivocarse. Pero conlleva la obligaci¨®n de reconocerlo. Y Bisbal lo ¨²nico que hizo fue borrar el tweet. Despu¨¦s de que se hicieran miles de capturas de pantalla y de que lo vieran docenas de miles de personas. Y segundo, decidi¨® atacar a la audiencia. Peor todav¨ªa".
Pero la reacci¨®n viene a posteriori, cuando la pol¨¦mica ya est¨¢ en marcha. Lo cual obliga a retraerse al origen de los comentarios. La desaparici¨®n de un intermediario —que tercie entre un ¨ªdolo y el p¨²blico— ha dejado al descubierto a una ¨¦lite que, cual realeza, siempre ha hecho de la inaccesibilidad su bandera y se empe?a en seguir as¨ª en un medio que va justamente de lo contrario.
"Sorprende la de gente famosa que tiene Twitter no porque le guste, sino por hacerse el entendido. Reina el 'No lo entiendo, pero s¨¦ que funciona y est¨¢ de moda", alerta Gaby Castellanos, consejera delegada de la agencia de social media Sra. Burns. "Les dan un medio de comunicaci¨®n creado para conversar. ?Y qu¨¦ hacen? Cuando no es 'Que lo haga un becario' —que termina resultando en publicar noticias del departamento de prensa—, es un 'Ya lo relleno con lo que se me ocurra'. Y as¨ª pasa lo que pasa. Esto no es vender una imagen de marca, t¨ªo: ?es ense?ar tu imagen personal! No se trata de decir que eres guay, se trata de hablar de t¨² a t¨² con el p¨²blico. Los que te dan de comer. Pero no hay cultura de eso en los famosos espa?oles".
Desde luego, nadie dijo que dialogar directamente con tu p¨²blico sea f¨¢cil. Andr¨¦s Calamaro, que manejaba su propio Twitter hasta el pasado 21 de agosto, lo abandon¨® porque sus usuarios "no tienen categor¨ªa moral".
"Lo bueno que tienen las redes sociales es que nos ponen a todos al mismo nivel, famosos o no", prosigue Castellanos. "Tu cuenta de Twitter es una democracia: no mandas t¨², manda la gente que la lee. Y eso cambia las cosas a quienes no est¨¢n acostumbrados a escuchar a sus fans. Me sorprende que en Espa?a haya tanto famoso sordo".
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