Gente feliz con y sin diastema
De repente el mundo (es decir: la tele) se ha poblado de mujeres con diastema y de varones que lucen esa incipiente barba rasposa -una sombra, en realidad- que los angl¨®fonos designan con el marbete de the shadow of five o'clock, haciendo referencia a ese momento de la tarde en que el rasurado de primera hora ya ha perdido su eficacia. Lo del diastema merece nota adicional: ese es el nombre odontol¨®gico del peque?o hueco entre los incisivos que antes se consideraba leve defecto mejorable y hoy colmo de distinci¨®n. Una dentadura con diastema es, al parecer, todo lo que se necesita para abrirse camino en los medios o, incluso, en la pol¨ªtica. Lejos queda el antiguo prejuicio antifemenino -alentado por el mism¨ªsimo Chaucer en su maravillosa historia de la mujer de Bath, en los Cuentos de Canterbury- seg¨²n el cual el diastema (gat toothed, llama el poeta a su personaje en ingl¨¦s medio) reflejar¨ªa la desbocada lujuria de su poseedora. Ahora no s¨®lo nadie (ni siquiera Ronaldo) acude al dentista a arregl¨¢rselo, sino que hay damas que se hacen colocar cu?as para aumentar el hueco y estar m¨¢s sexys o, seg¨²n prescribe la RAE, sexis. Brigitte Bardot y Madonna fueron precursoras, cada una a su modo. Pero la nueva moda viene, como casi toda la fashion, de ese fen¨®meno medi¨¢tico que se llama Mad Men. No s¨®lo vuelven a llevarse las mujeres, digamos, rellenitas (como la secretaria encarnada por la incre¨ªble Christina Hendricks), sino que tanto el personaje de Elisabeth Moss (Peggy Olson), como el de Jon Hamm (Don Draper) no cesan de crear estilo. Una con su diastema y el otro con su sombra viril de las cinco de la tarde. Si desean saber todo (y el resto) acerca de la serie m¨¢s influyente desde Los Soprano no se pierdan Mad Men, los reyes de la avenida Madison, una recopilaci¨®n de ensayos muy sugerentes que ha publicado Capit¨¢n Swing.
Potra
El que la sigue la consigue. Ah¨ª tienen por ejemplo a mi admirado petrarquista Francesco Rico (al que, por cierto, tampoco recuerdo haber visto jam¨¢s bebiendo): al final ha conseguido colocar en la Academia (con a little help de La Caixa) esos 111 libros que, como cult¨ªsimo buhonero, ha estado transportando de un sitio a otro durante m¨¢s de d¨¦cada y media. Ignoro si en la biograf¨ªa del singular acad¨¦mico hay que contar esa haza?a como una especie de particular ascenso al monte Ventoux (o Ventoso o Ventor o Ventour), que tanto represent¨® para el autor del m¨¢s c¨¦lebre Canzoniere (y para el alpinismo), pero los que segu¨ªamos a trompicones y sobresaltos la edici¨®n de esos cl¨¢sicos nos hemos quedado tranquilos con tan s¨®lidos paraguas protectores. Los 111 existir¨¢n, m¨¢s tarde que temprano, como refulgente canon hisp¨¢nico al alcance de pocos (en papel) y de muchos (on line). Ejemplo muy distinto de tenacidad y constancia nos lo ofrece una ciudadana que tambi¨¦n ha hecho de los libros su negocio (en la acepci¨®n m¨¢s cl¨¢sica del t¨¦rmino): do?a Carmen Balcells no es precisamente una Laura posposmoderna, pero conozco a m¨¢s de uno (y no me refiero a sus representados -que tendr¨ªan motivos-, sino tambi¨¦n a periodistas e, incluso, ?a editores!) a los que tiene tan (intelectualmente) abducidos como aquella joven renacentista al poeta de Arezzo. Quiz¨¢s algunos de mis improbables lectores no hayan olvidado que 2010 no empez¨® precisamente como el mejor a?o de la dama. Recuerdo una entrevista de tres p¨¢ginas (Balcells se las pinta sola para conseguir espacio en los medios) en el m¨¢s importante peri¨®dico catal¨¢n en la que afirmaba que "aceptar¨ªa una joint venture para compartir la responsabilidad y crecer". Luego consigui¨® cobertura parecida en Madrid, donde tambi¨¦n obtuvo sobrevenidas oleadas de cari?o medi¨¢tico, sobre todo cuando solt¨® aquello de que no le vendr¨ªan mal 500.000 eurillos. Pero a esta mujer le ha bendecido Dios, que la vino a ver en su avatar de Vargas Llosa, mientras la noticia del Nobel se amplificaba desde los terminales de la Feria de Fr¨¢ncfort. Y m¨¢s tarde recibi¨® la visita de, si no otro dios, al menos de su chambel¨¢n leon¨¦s (en su avatar de Director General del Libro) con la providencial compra del archivo de la Agencia, que la dama decidi¨® ceder por la frusler¨ªa de tres millones de euros (aunque, porrrrr favorrrrr, vale much¨ªiiiisimo m¨¢s). De modo que el a?o espantoso se convirti¨® en edad de oro, y la meritoria agente de Santa Fe de Segarra, en una especie de reina Midas, con su local de la Diagonal convertido en el Pa¨ªs de Jauja. Y ah¨ª no para la cosa. Si la memoria no me falla, desde octubre hasta la fecha, al menos cinco de sus representados han obtenido otros tantos galardones bien dotados, de los que corresponde a la agencia porcentaje. En castellano, la palabra "potra", adem¨¢s de otras acepciones (entre ellas: hernia en el escroto), designa la buena suerte. La se?ora Balcells es la reina de la potra (en ingl¨¦s podr¨ªa ser llamada Serendipity's Queen), y de mayor quiero ser como ella (la envergadura ya la tengo). Y es que, a su lado, Wylie parece un simple aficionado.
Libreros
Aprovechando que los Gobiernos de ambos pa¨ªses se han puesto de acuerdo para que 2011 sea el A?o de Espa?a en Rusia y de Rusia en Espa?a, la Feria del Libro de Madrid estar¨¢ dedicada a la literatura alemana. Menos mal. Si los organizadores del evento no tuvieran estas salidas dada¨ªstas, el mundo ser¨ªa mucho m¨¢s aburrido. Y eso que esta vez los libreros han accedido a que en la comisi¨®n organizadora se sienten tres representantes de los editores, lo que ha sido toda una (agradable) sorpresa. El a?o pasado, mientras se conmemoraba a ambos lados del charco la Independencia de Am¨¦rica Latina, el protagonista de la feria del Retiro fue la literatura n¨®rdica. En todo caso, el negocio no fue del todo mal: la larga sombra de Larsson alivi¨® el agobiante bochorno contable de muchas librer¨ªas, permiti¨¦ndoles un respiro. Este a?o las cosas no andan mucho mejor en el sector librero, que, por cierto, celebrar¨¢ en marzo su XXII Congreso. En primer lugar porque la gente se lo piensa mucho a la hora de desembolsar los m¨¢s de veinte euros que cuesta cualquiera de los cinco superventas (novelas de Mendoza, Follett, Eco, Vargas Llosa y la incombustible Mar¨ªa Due?as). Seg¨²n la consultora Ipsos, en Francia ha aumentado sintom¨¢ticamente la compra de libros de ocasi¨®n y de segunda mano, y no me extra?ar¨ªa que aqu¨ª estuviera ocurriendo lo mismo. Entre los libreros independientes hay quien incluso habla de tormenta perfecta a cuenta de la acumulaci¨®n de problemas: en 2011 adelgazar¨¢ ostensiblemente el presupuesto que las autonom¨ªas destinaban a las compras de libros por parte de las bibliotecas, y tambi¨¦n las ayudas a los padres para adquirir textos escolares, lo que podr¨ªa da?ar a numerosas peque?as librer¨ªas generalistas. A corto plazo, las esperanzas del sector est¨¢n puestas en el D¨ªa del Libro, que este a?o, al coincidir con el S¨¢bado Santo, se celebrar¨¢ en Madrid el 27 de abril, igual que la "noche de los libros". Los catalanes seguir¨¢n celebr¨¢ndolo en Sant Jordi. Por lo menos los que no se hayan ido de vacaciones, que esa es otra.
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