Dem¨®cratas de pacotilla

Jos¨¦ Ignacio Pastor es vicepresidente y representante del PSPV en el Consejo de Administraci¨®n de RTVV. Como tal, y avalado por su experiencia, ha presentado en dicho ¨®rgano un repertorio de propuestas orientadas a la conquista de la credibilidad y la recuperaci¨®n de la audiencia con el fin de situarse entre la vanguardia de los medios informativos m¨¢s acreditados, como anota. Al tiempo que recuerda los muchos incumplimientos de la normativa por parte del referido ente televisivo y su dependencia de las ¨®rdenes que se imparten desde el Consell, se?ala las elecciones municipales y auton¨®micas del pr¨®ximo mes de mayo como la oportunidad para cambiar la "din¨¢mica" y convertirlo en "un verdadero servicio p¨²blico de informaci¨®n". El documento contiene numerosas f¨®rmulas period¨ªsticas -debates, entrevistas con los candidatos, foros, etc¨¦tera- que los ejecutivos del medio podr¨ªan llevar a cabo para ilustrar y sensibilizar al electorado.

El mentado consejero, por lo que nos consta, no es un visionario o est¨¢ desquiciado. Cumple coherentemente su papel, aunque no me arriesgar¨ªa a decir que haya contado con la venia de su partido, como pudiera deducirse por el cargo que ocupa y la ambici¨®n de tal iniciativa. Los cuadros dirigentes socialistas, que recordemos, siempre han sido una calamidad en punto a su relaci¨®n con los medios informativos. O bien no han sabido qu¨¦ hacerse con ellos, los han malogrado, despreciado, o han incurrido en el vulgar intervencionismo. Pero en este caso cabe imaginar que Jorge Alarte y su muchachada se hayan sentido aleccionados por el ejemplo de Jos¨¦ Rodr¨ªguez Zapatero, a quien debe reconoc¨¦rsele (?o tambi¨¦n se lo negamos?) la emancipaci¨®n de TVE, libre y plural como nunca y a?adir¨ªamos que como ninguna otra, sin merma de su calidad ni de su audiencia.

La propuesta que glosamos es tan plausible y de sentido com¨²n como l¨®gica la renuencia del PP a tomarla en consideraci¨®n. M¨¢s a¨²n, intuimos que se ha formulado aviesa y h¨¢bilmente para poner de relieve una vez m¨¢s y con grueso trazo las dos grandes servidumbres del partido conservador que nos ha ca¨ªdo en suerte: nos referimos a su condicionada voluntad pol¨ªtica y al d¨¦ficit de convicciones democr¨¢ticas. Lo primero porque, aun queriendo quitarle el dogal a la TV p¨²blica, algo que ni se le ocurre, el PP pueda exponerse a la informaci¨®n libre puesto que es reh¨¦n de sus trapisondas y prevaricaciones, un partido acribillado por las corrupciones, con el esc¨¢ndalo pegado a sus talones y un l¨ªder en permanente fuga a la espera vergonzante de que Madrid solemnice su candidatura y le blinde frente a la justicia. Cuesta creer en qu¨¦ ha devenido el Molt Honorable, aquel chico tan austero, y el mismo pa¨ªs, que un d¨ªa no tan lejano fue casi transparente.

En cuanto a las credenciales democr¨¢ticas basta atenerse a los hechos conocidos y a las cr¨®nicas de tribunales y parlamentarias, reveladoras de una grey sospechosa y unos dem¨®cratas de pacotilla y a menudo arrogantes. La mera circunstancia de que se les pueda describir de tal guisa sin violentar la verdad es un exponente de la degradaci¨®n pol¨ªtica a la que nos han abocado estos liberales que se convirtieron en aut¨®cratas apenas pisaron la moqueta. Con ellos al pescante del Gobierno ser¨¢ prodigioso, por no decir impensable, que un d¨ªa gocemos de una televisi¨®n p¨²blica plural y respetable. Claro que eso, a la mayor¨ªa de los valencianos parece importarle muy poco.