Cabalgar o morir
M¨¢s de 8.000 empleados. 174 a?os de historia. Una facturaci¨®n r¨¦cord de 2.400 millones de euros y un crecimiento en las ventas del 25% durante 2010. Estas son las cifras de Herm¨¨s. Baluarte de un concepto de lujo que reivindica el valor del tiempo: tiempo para elaborar productos de calidad y tiempo para disfrutarlos. Una filosof¨ªa en las ant¨ªpodas de la cultura de la gratificaci¨®n inmediata. Slow fashion, si es que el concepto de slow food pudiese aplicarse a lo textil. Y al frente de esta forma hacer y pensar, Pierre-Alexis Dumas: director creativo de la casa, responsable ¨²ltimo de sus 14 metiers o divisiones y presidente de la fundaci¨®n de empresa Herm¨¨s. El encargado de guiar art¨ªsticamente a la firma hacia el futuro sin perder de vista su patrimonio hist¨®rico, su herencia artesanal y de manufactura.
"La mejor manera de mantener el equilibrio entre tradici¨®n y futuro es pedalear. Como en la bici: si te paras, te caes"
"Somos una peque?a empresa con una gran reputaci¨®n. Todav¨ªa somos independientes, no un gran grupo industrial"
Puro funambulismo sobre una cuerda tensada por los determinantes acontecimientos que afronta la marca en estos momentos: la presentaci¨®n de un nuevo y casi desconocido dise?ador para la l¨ªnea de pr¨ºt-¨¤-porter femenino, y la adquisici¨®n en los ¨²ltimos meses del 20% de la empresa por parte del conglomerado M?et Hennessy Louis Vuitton (LVMH).
En marzo, Christophe Lemaire, hasta ahora dise?ad?or de Lacoste, presentar¨¢ su primera colecci¨®n para la casa. Atr¨¢s quedan siete a?os de bocetos firmados por Jean Paul Gaultier. "Fue un placer hasta el final trabajar con ¨¦l. No hubo ning¨²n problema, en contra de lo que le¨ª en un peri¨®dico espa?ol, que no s¨¦ de d¨®nde sac¨® tal informaci¨®n. Gaultier nos dio todo de lo que fue capaz. Fue un gran ciclo, pero ahora estamos cambiando de historia", sentencia Dumas.
Sentado en una barroca sala de la Casa de la Moneda de Par¨ªs, con un pa?uelo Carr¨¦ de seda al cuello, nada crispa su discurso. Que ?por qu¨¦ han elegido a un creador pr¨¢cticamente desconocido para sustituir al medi¨¢tico Gaultier? "Estoy muy seguro de esta decisi¨®n. Lo que he visto a trav¨¦s de su trabajo es que tiene una aproximaci¨®n muy pragm¨¢tica a la moda, y eso me parece muy interesante. Tiene mucho talento y aplicar¨¢ toda su capacidad visionaria a la l¨ªnea pr¨ºt-¨¤-porter femenina".
Se trata de reinventarse sin cambiar, asegura Dumas. Permanecer fiel a su herencia, a esos cl¨¢sicos como los bolsos Birkin y Kelly que tan famosa y rentable han hecho a la casa, "pero sin repetir siempre lo mismo". Eso ser¨ªa su muerte, dice. "La ¨²nica forma de mantener el equilibrio entre tradici¨®n y futuro es moverse, crear, hacer nuevos proyectos. No aburrirnos nunca. Me gusta la met¨¢fora de la bicicleta. La mejor manera de mantener el equilibrio es pedalear continuamente, porque si te paras, te caes", argumenta.
Sobre su cabeza penden maravillosos pa?uelos colgados como colada en una ventana. Se trata de una edici¨®n limitada realizada en colaboraci¨®n con el artista franc¨¦s Daniel Buren. Por primera vez, han logrado imprimir fotograf¨ªas en seda. Es 19 de octubre. Dumas define Herm¨¨s como una peque?a empresa con una gran reputaci¨®n. "No somos una gran compa?¨ªa industrial, todav¨ªa somos independientes", asegura con orgullo. Menos de una semana despu¨¦s, el grupo M?et Hennessy Louis Vuitton (LVMH), uno de los m¨¢s grandes del sector del lujo, anunciaba que hab¨ªa adquirido el 17,1% de la casa. Patrick Thomas y Bertrand Puech, presidentes de Herm¨¨s, calificaban la acci¨®n de "poco amistosa" y ped¨ªan a Bernard Arnault, presidente de LVMH, que se retirara a trav¨¦s de una entrevista publicada por el diario franc¨¦s Le Figaro.
En diciembre, el conglomerado aument¨® su inversi¨®n hasta el 20%. Sus portavoces aseguraron en todo momento que no pretend¨ªan hacerse con el control de la firma. Pero la familia Herm¨¨s, propietaria de dos tercios de la sociedad, tom¨® medidas para defenderse y consigui¨® que el regulador burs¨¢til galo les permitiera agrupar parte de sus acciones en un holding sin tener que lanzar una opa sobre la totalidad de los t¨ªtulos. Un holding evitar¨ªa que si alg¨²n miembro quisiese vender parte de sus acciones, lo hiciese en favor de LVMH. Aunque desde la casa de Dumas se asegura que "toda la familia est¨¢ unida alrededor de una visi¨®n com¨²n del negocio" y que no se prev¨¦ "ninguna venta significativa de valores".
Sea cual sea el futuro de LVMH en Herm¨¨s, Thomas y Puech aseguran que no cambiar¨¢ "la cultura de trabajo de la casa". Esa que, seg¨²n Dumas, es piedra angular y responsable de que la firma haya transitado por tres siglos en perfecto estado de salud. Una cultura basada en "una relaci¨®n lujosa con el tiempo", que defiende su importancia en la elaboraci¨®n de cada objeto. Tiempo para encontrar el material, para dise?arlo, para fabricarlo.
"Vivimos en una sociedad dominada por la cultura de la gratificaci¨®n inmediata. T¨² quieres algo y lo tienes ahora mismo. ?Qu¨¦ tipo de mundo estamos produciendo en el que todo est¨¢ disponible ya?". Desde luego, ese no es el mundo de Herm¨¨s. Famosas son ya sus listas de espera de 18 meses para conseguir un Kelly. O piezas como el Constance, el bolso de m¨¢s compleja realizaci¨®n, que requiere 14 horas solo para ser cosido (manualmente, claro). O los tres a?os de formaci¨®n que deben recibir todos sus artesanos antes de incorporarse al proceso productivo.
En Herm¨¨s se toman su tiempo. "Est¨¢ en nuestro ADN y tenemos que tratar de resistir, de recordarle a todo el mundo que existe otra forma de disfrutar de la vida y de mirar los objetos". Un leitmotiv dif¨ªcil, incluso a contracorriente, en un mundo como el de la moda, erigido sobre el concepto de fugacidad. Uno de los grandes retos que afronta el sector es, precisamente, un problema de ritmos. Distribuidores y consumidores encuentran frustrante que una vez presentadas las colecciones hayan de esperar seis meses para poder comprarlas. Lo veo ya, lo quiero ya. Burberry ha sido una de las primeras marcas en romper la baraja: cada mes pondr¨¢ a la venta en sus boutiques una nueva fracci¨®n de sus colecciones. "?Para eso hemos crecido?, ?para eso hemos evolucionado?, ?para convertirnos en beb¨¦s que chillan y lloran cuando no tienen lo que quieren inmediatamente?", se pregunta con cierto enojo Dumas.
En Herm¨¨s no solo son at¨ªpicos en su relaci¨®n con la fulminante sucesi¨®n de tendencias, sino tambi¨¦n en la gesti¨®n del proceso creativo. Cada temporada se inspira en "el tema". El tema -el de 2011 es Artesan¨ªa contempor¨¢nea- determina todas las colecciones: las de ropa, bolsos, pa?uelos, joyas, zapatos, porcelanas y lozas, ropa de cama... Dumas lo elige personalmente. Y revisa las propuestas de los 14 metiers o divisiones objeto a objeto. Controla hasta la ¨²ltima argolla. A diferencia de la mayor parte de las marcas, Herm¨¨s no tiene licencias: no da permiso a otras empresas, o elabora junto a ellas, productos que lleven su imagen. Cada una de las miles de creaciones que salen a la venta cada a?o tiene el visto bueno del director creativo. ?l asegura que es humanamente posible. "Tengo una gran memoria visual. As¨ª que si pido que hagan un cambio en un objeto y no lo hacen, me doy cuenta. Creo que la clave es ir al detalle cuando es necesario y luego elevarse para tener una visi¨®n global. Puede que una bufanda sea muy bonita, pero yo quiero ver c¨®mo encaja con sus hermanos y hermanas peque?as en la misma colecci¨®n, y si se sale demasiado, no sirve", sentencia. Una forma de hacer y pensar residual, no solo en la moda, sino en un mundo donde el verdadero lujo es, cada vez m¨¢s, poder tomarse tiempo.
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