Ra¨²l desquicia Mestalla
En una actuaci¨®n plet¨®rica, el delantero espa?ol del Schalke desarbola al Valencia
?l solito, Ra¨²l, se encarg¨® de amargar la noche al valencianismo. En una actuaci¨®n plet¨®rica, como en sus mejores tiempos, el 7 del Schalke recondujo un partido que el Valencia cre¨ªa perfectamente encarrilado. Sinti¨¦ndose superior el conjunto de Emery, jugando en campo alem¨¢n y esperando matar la eliminatoria, Ra¨²l le tumb¨® todos sus planes. Se interpuso entre la pareja de centrales y la burl¨® por arriba y por abajo, por aqu¨ª y por all¨¢. Exhibi¨® todos los trucos que han acompa?ado su carrera hasta desesperar a la grada de Mestalla, que bram¨® contra sus defensores. Y, mal hecho, contra Ra¨²l, mejor cuanto m¨¢s le abucheaban. Conven¨ªa no enfurecer a la bestia, que ya es el m¨¢ximo goleador en las competiciones europeas: 71 dianas.
VALENCIA 1 - SCHALKE 1
Valencia: Guaita; Miguel, David Navarro, Ricardo Costa, Mathieu (Jordi Alba, m. 77); Topal, Banega (Joaqu¨ªn, m. 68), Tino Costa, Chori Dom¨ªnguez (Vicente, m. 68); Aduriz y Soldado. No utilizados: C¨¦sar; Bruno, Maduro y Pablo Hern¨¢ndez.
Schalke: Neuer; Uchida, Howedes, Metzelder, Schmitz; Farf¨¢n (Draxler, m. 79), Matip, Kluge, Jurado (Edu, m. 82); Ra¨²l y Huntelaar (Hao, m. 90). No utilizados: Schober; Sarpei, Karimi y Gavranovic.
Goles: 1-0. M. 16. Soldado. 1-1. M. 64. Ra¨²l.
?rbitro: Aleksei Nikolaev (Rusia). Expuls¨® a Schmitz por doble amarilla (m. 93) y amonest¨® a Matip, Ricardo Costa y Jurado.
Unos 50.000 espectadores en Mestalla.
A los 33 a?os, el exmadridista logr¨® el r¨¦cord de goles en Europa: 71
Los de Emery, con todo a favor, menos la frescura del Chori y la punter¨ªa de Aduriz
El Valencia le meti¨® ritmo y ganas de poner la proa desde el primer momento. Emery repiti¨® la idea del ¨²ltimo partido liguero en casa, ante el H¨¦rcules, de retirar a los extremos, Joaqu¨ªn y Pablo, a cambio de reforzar el juego interior con el tr¨ªo de argentinos: Tino Costa, Banega y Dom¨ªnguez. En el primer cuarto, sin embargo, al Valencia le cost¨® avanzar, demasiado horizontal, sin escalonarse para progresar, absorbidos por la defensa adelantada del Schalke. En ese lapso, Huntelaar pifi¨® un remate claro ante las barbas de Guaita. Pero todo cambi¨® por una jugada. Aduriz cay¨® a la banda izquierda y esper¨® a que lo desdoblara Mathieu, que llegaba como una flecha. El centro del franc¨¦s lo remat¨® de primeras Soldado, rapid¨ªsimo, al primer palo, su sexto tanto en el torneo. Lecci¨®n aprendida: el conjunto de Emery ten¨ªa la obligaci¨®n de irrumpir en las alas a trav¨¦s de los laterales. Lo entendi¨® Mathieu y tambi¨¦n Miguel por la otra orilla.
Animado por la ventaja, el Valencia disfrut¨® de un rato de f¨²tbol. Apuntalado por las largas piernas de Topal en la medular y sublimado por Dom¨ªnguez desde la mediapunta. A punto de ser traspasado al Juventus en el mercado invernal, el enganche argentino fue la piedra angular de su equipo en esos instantes que encendieron Mestalla suministrando con precisos pases a los dos delanteros, Aduriz y Soldado, que se escoraban a las bandas y bajaban constantemente a recibir el bal¨®n.
Mestalla cre¨ªa que era el momento de aniquilar al Schalke y bram¨® el nombre de Tino Costa cuando este se dispon¨ªa a lanzar una falta desde la frontal. "?Tino, Tino, Tino!". Tratando de sorprender al meta, Neuer, se le adelant¨® Dom¨ªnguez, cuyo disparo se march¨® alto. Fue como si ese tiro errado apagara la luz de Dom¨ªnguez, fundido en el tramo final de la primera parte. Lo aprovech¨® el Schalke para presionar arriba y mostrar que Ra¨²l, list¨ªsimo como toda la vida, estaba ah¨ª para cambiar de rumbo la eliminatoria.
A los 33 a?os, el que fuera delantero del Madrid todav¨ªa est¨¢ para los peque?os y los grandes detalles, aqu¨ª un pase al primer toque, all¨ª una dejada de cabeza o un desmarque. Siempre en beneficio de su equipo. Siempre una amenaza para el rival. Mestalla lo tem¨ªa y no pod¨ªa ser de otra manera conociendo los precedentes. Era, de largo, el mejor del conjunto de Magath.
El Schalke repiti¨® una jugada muy estudiada: pase en largo de Neuer, prolongaci¨®n de cabeza de uno de los dos puntas, Huntelaar, y remate de Ra¨²l con la derecha que repeli¨® Guaita. En la otra ¨¢rea, tanto Soldado como Aduriz eran muy superiores a los centrales germanos: en velocidad, en potencia, en todo. El Valencia lo ten¨ªa todo a favor para poner tierra de por medio. Todo menos la frescura del Chori ni la punter¨ªa de Aduriz.
La que le sobr¨® a Ra¨²l a la primera ocasi¨®n. Al centro raso desde la izquierda de Jurado se adelant¨® Ra¨²l, claro, birl¨¢ndole la cartera a Navarro, antes de elegir el palo m¨¢s alejado de Guaita para marcar. Ra¨²l lo celebr¨® como si hubiese marcado en el Camp Nou, lleno de la furia que ha jalonado su carrera, consciente de que reivindicaba su acierto una vez m¨¢s ante su p¨²blico y para la eternidad.
Emery despidi¨® a dos de sus argentinos (floj¨ªsimo Banega y desmejorado Dom¨ªnguez) retornando a los extremos con Joaqu¨ªn y Vicente. El Valencia se lanz¨® a un ataque desesperado y an¨¢rquico, parti¨¦ndose en dos, e invitando a Ra¨²l a hurgar en la herida, como ese pase final a Hao que volvi¨® a salvar Guaita. Tras su recital, Ra¨²l se march¨® de Mestalla aplaudiendo al escaso p¨²blico que quedaba. Hab¨ªa impartido su en¨¦sima lecci¨®n.
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