La discreci¨®n que pidi¨® G¨¦nova acaba en estr¨¦pito
La nominaci¨®n de Camps pone de relieve la tensi¨®n en el PP entre Madrid y Valencia
El procedimiento para designar candidato a Francisco Camps se plante¨® el pasado lunes con sumo cuidado. Casi como si se tratase del traslado de un valioso jarr¨®n chino. Y acab¨® como si este hubiese rodado por los suelos, con gran estr¨¦pito, lo que oblig¨® ayer a dirigentes populares de todo cargo y condici¨®n a intentar dar una explicaci¨®n coherente que salvase la figura de Camps y la jerarqu¨ªa de G¨¦nova sobre el partido en Valencia. Ello no evit¨®, sin embargo, el estupor y el malestar de muchos cuadros populares que consideran que el proceso de nominaci¨®n de Camps se ha iniciado de manera "chapucera".
El lunes a primera hora de la tarde, la vicesecretaria de Organizaci¨®n del PP nacional, Ana Mato, telefone¨® a Camps al Palau de la Generalitat y le pidi¨® que pusiese en marcha el procedimiento para su nominaci¨®n oficial como candidato, inicialmente previsto para el 5 de mayo en Mallorca. Mato reclam¨® de Camps discreci¨®n, consciente de la grave situaci¨®n judicial en que se halla y de su ansiedad por ser proclamado oficialmente.
Dicho y hecho. Tras acabar la conversaci¨®n con Mato, Camps llam¨® a las 16.30 al presidente del comit¨¦ electoral del PP regional, el senador Pedro Agramunt, y le pidi¨® que reuniese de urgencia a los otros ocho miembros que integran este ¨®rgano, para proponer oficialmente a G¨¦nova su nominaci¨®n como candidato. El grado de secretismo acordado fue de tal intensidad, que se decidi¨® no informar a la mayor¨ªa de altos cargos del PP valenciano, algunos de los cuales -como el consejero y portavoz parlamentario, Rafael Blasco, entre otros- se enteraron por la prensa de que estaba convocado el comit¨¦ electoral a las ocho de la tarde en la sede regional.
A esa hora, los integrantes del comit¨¦ electoral del PP valenciano -a excepci¨®n del parlamentario Ignacio Gil L¨¢zaro, que no pudo acudir- ya estaban listos para firmar el acta en la que figuraba Camps como ¨²nico candidato posible. No hubo ni discusiones, ni debate, conscientes todos de que el futuro de Camps est¨¢ en manos de Rajoy. Apenas 15 minutos despu¨¦s, la direcci¨®n valenciana del PP lanz¨® los comunicados preparados poco antes, tanto el de designaci¨®n como candidato, como los escritos de apoyo por parte de cargos p¨²blicos afines a Camps. Mientras, Agramunt y el secretario del comit¨¦ electoral, Vicente Rambla, verbalizaron el acuerdo ante las c¨¢maras a la puerta de la sede del PP.
Sin embargo, el tono imperativo utilizado en la nota de designaci¨®n del candidato, las reticencias de G¨¦nova a poner en marcha la claque, y el secretismo utilizado por Camps, contribuyeron a levantar una enorme polvareda pol¨ªtica que ha puesto de relieve la enorme tensi¨®n existente en el PP entre Madrid y Valencia. Tanta que ayer, la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, y otros cargos valencianos tuvieron que asegurar en p¨²blico que no hay "ning¨²n desaf¨ªo, ning¨²n reto, ni ninguna presi¨®n" a la direcci¨®n nacional del PP.
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