"El vino es un ente vivo al que le llega la muerte"

Ser hija de madre chilena y padre italiano pudo m¨¢s que haber nacido en una peque?a ciudad costera de un pa¨ªs de tabaco y ron. En casa de Carmen Cataldi, en San Pedro de Macor¨ªs, al este de Santo Domingo, se tomaba vino. "A veces hasta se discut¨ªa de ello". Tras estudiar Ciencias de los Alimentos, convirti¨® el vino en motivo de vida en Rep¨²blica Dominicana, hasta llegar a ser la profesional de referencia en el pa¨ªs. Por eso la llamaron, en enero pasado, para maridar la cena en la que se presentaron los Nirea, los caldos del cocinero vasco Mart¨ªn Berasategui, en el hotel Paradisus Punta Cana.

Sentada en el restaurante, un local con cierto aire vintage al que ha acudido con su iPhone y su fino Mac -"a base de mamporrearlos estoy aprendiendo a usarlos"-, rememora sus inicios como docente de nutrici¨®n y diet¨¦tica a finales de los setenta. Fuera del programa daba lecciones sobre su pasi¨®n: "Tuve que decirles a los alumnos hasta que al vino no se le echa hielo". En 2007 se inscribi¨® en un programa para formar sumilleres, que trajo a profesores de Italia. "Fueron nueve meses intensos". En su tarjeta de presentaci¨®n consta que est¨¢ certificada por la Asociaci¨®n Italiana.

La sumiller dominicana sacia su sed literaria con la revista 'Mea Culpa'

El almuerzo arranca con queso crema con mermelada de tomate para untar en panecillos -"el pan es algo a lo que no me puedo resistir"-, cortes¨ªa de la casa. Para el plato fuerte, do?a Carmen, como se le conoce, decide que el dorado pueda m¨¢s que el bacalao. Y para beber, vino blanco.

De acuerdo con un estudio de junio de 2010, entre 2007 y 2010 las importaciones de vino por Rep¨²blica Dominicana aumentaron unos siete millones de litros. De acuerdo al mismo informe, "Rep¨²blica Dominicana representa un mercado con gran potencial y uno de los m¨¢s grandes, y a la vez m¨¢s joven, de toda Centroam¨¦rica y las Antillas". Lo que hace unos a?os se ve¨ªa como un privilegio y una bebida clasista, reconoce Cataldi, se ha ido convirtiendo en un h¨¢bito: "El vino es un nutriente intelectual y sensorial. Con ¨¦l se aprende geograf¨ªa, bioqu¨ªmica, meteorolog¨ªa...".

Asesora en la construcci¨®n y mantenimiento de bodegas, entre sus funciones est¨¢ eliminar los vinos fallecidos. "Es un ente vivo al que tambi¨¦n le llega la muerte". Cataldi r¨ªe mientras recuerda c¨®mo ha tenido que decir a algunos clientes que en la cava no pueden guardar cigarros, jam¨®n o embutidos.

Con la segunda copa de vino, Cataldi cuestiona a quienes compran caldos solo por prestigio. "A veces ni les gustan". Recuerda que, un d¨ªa, la due?a de una casa en la que preparaba una polenta le dio un vino valorado en 2.000 d¨®lares para dar un toque de sabor a la mezcla. "Le dije que era muy caro, pero ella insisti¨®. Cuando lleg¨® su marido, tremendo grito". Y mayor disgusto.

Do?a Carmen comenta que mientras haya salud mental hay que seguir estudiando. "De lo contrario, mejor retirarse". Cree que "vino sin alcohol no es vino" y evade decantarse por una denominaci¨®n de origen. Al final, mientras saborea su mousse de chocolate, desvela un secreto: "A m¨ª lo que me gusta es escribir, y si tuviera cuartos, me ir¨ªa a un campo a hacerlo". Mientras, Mea Culpa, su revista especializada en vinos, apacigua su impulso literario.