Queremos Can Batll¨®
El barrio de La Bordeta en Sants padece un end¨¦mico d¨¦ficit de zonas verdes y equipamientos, que es resultado de la previsi¨®n hecha en el Plan General Metropolitano de 1976, de unos equipamientos concentrados en la zona de Can Batll¨® y de la antigua estaci¨®n de Magoria, que nunca se han realizado.
Y si Can Ricart en Poblenou se convirti¨® en 2005 en emblema de la lucha por el patrimonio y por la calidad de vida, el proceso de Can Batll¨®, el otro gran conjunto industrial que se mantiene en Barcelona, ha sido distinto. Hace unos a?os se estableci¨® un pacto posibilista entre el Ayuntamiento y los vecinos y vecinas, que aceptaron no exigir una fuerte conservaci¨®n del patrimonio industrial a cambio de que estos equipamientos se realizaran ya; y para realizarlos la clave era aceptar la rentable operaci¨®n de la inmobiliaria Gaudir, propiedad de los herederos del due?o de Can Batll¨®, Julio Mu?oz Ramonet. Parte de las plusval¨ªas de la promoci¨®n de unas lujosas torres ajardinadas, alineadas al eje financiero de la Gran Via, servir¨ªan para financiar parques, equipamientos y viviendas sociales. Lo que no se previ¨® en el momento del pacto, en la ¨¦poca del irresponsable optimismo inmobiliario, fue la aguda crisis que lo ha dejado todo estancado, sin compradores ni fondos para indemnizaciones y equipamientos. Ante este previsible atasco, hace ya m¨¢s de un a?o, las entidades agrupadas en la Plataforma Can Batllo ¨¦s pel Barri, plantearon un ultim¨¢tum al Ayuntamiento: si el 1 de junio del 2011 no se ha abierto la f¨¢brica, cumpliendo con un m¨ªnimo de los requisitos pactados, los vecinos van a ocupar y recuperar el espacio del conjunto fabril. Las reivindicaciones se basan en que este recinto cerrado, que ahora causa la degradaci¨®n del entorno, sea accesible como espacio p¨²blico provisional; que haya un aparcamiento temporal para los habitantes del barrio, ya parcialmente realizado; que los vecinos y los industriales afectados sean indemnizados y realojados; que se inicien las viviendas sociales de realojo previstas, y que dos de las naves se recuperen como equipamientos temporales para el barrio.
?Ser¨¢ capaz Barcelona de aprovechar buenas ideas que resuelven problemas o continuar¨¢n la inercia y el abandono?
Durante todo este proceso, las argumentaciones municipales para dar contenido a las naves que se salvan han sido equ¨ªvocas. Para dar uso a la antigua nave m¨¢s cercana a la Gran Via se propon¨ªa la sede del Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo, cuando esta iniciativa hace casi tres a?os que fue desestimada por el mismo ex-Ministerio de Vivienda que lo promov¨ªa. Y se aseguraba que el equipamiento p¨²blico que dar¨ªa uso y sentido a la gran nave central ser¨ªa la nueva sede del Departamento de Medio Ambiente, una posibilidad remota que ha desaparecido hace unos meses con el mismo departamento.
En esta situaci¨®n, han sido j¨®venes arquitectos quienes han aportado ideas y proyectos para desencallar la desesperante falta de equipamientos en La Bordeta y sacar partido del patrimonio infrautilizado. Por una parte, el proyecto final de carrera de Carles Baiges propone recuperar la Lleialtat Santsenca como centro de recursos vecinales, siguiendo las sugerencias de la ampl¨ªsima plataforma creada con tal efecto, con m¨¢s de 50 entidades, tanto del barrio como nacionales. Y por otra, otros tres estudiantes de la Escuela de Arquitectura de Barcelona -Lali Dav¨ª, Arnau Andr¨¦s y Pol Massoni- acaban de presentar proyectos finales de carrera que dan sentido a las antiguas naves de Can Batll¨®, de las cuales conservan un mayor porcentaje que el pactado, y al espacio libre de la estaci¨®n de Magoria. El m¨¢s impactante es el de una Escuela de Reutilizaci¨®n propuesta en una de estas naves, imaginando un nuevo tipo de actividad industrial relacionada con el reciclaje, la formaci¨®n, la autogesti¨®n y la artesan¨ªa.
A la espera de si este recinto cerrado y desaprovechado se convierte en permeable, accesible y ¨²til, de comprobar qu¨¦ ocurre tras las elecciones municipales, qu¨¦ hace el Ayuntamiento y qu¨¦ hacen los vecinos que reclaman Can Batll¨®, el reto es ahora para toda la ciudad: ?va a ser Barcelona capaz de saber aprovechar y llevar adelante unas ideas brillantes y creativas, que resuelven problemas, o van a continuar la inercia, el abandono y la desafecci¨®n?
Josep Maria Montaner es arquitecto.
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