Cofrentes revisar¨¢ su seguridad tras el asalto de Greenpeace
El Consejo de Seguridad Nuclear pide prolongar 10 a?os la central valenciana
La central de Cofrentes revisar¨¢ su sistema de seguridad despu¨¦s del asalto que protagoniz¨® el martes un grupo de activistas de Greenpeace. El Consejo de Seguridad Nuclear lo indic¨® ayer, al tiempo que anunciaba que ha informado favorablemente sobre la renovaci¨®n de la autorizaci¨®n de la planta por otros 10 a?os.
El CSN se bas¨® para pedir la prolongaci¨®n del permiso en "el correcto funcionamiento de la central y el mantenimiento del nivel adecuado de seguridad". El examen se ha realizado sobre el conjunto del periodo de la autorizaci¨®n actual, que se concedi¨® en 2001 y vence el 19 de marzo. Pero el suceso del martes, en el que 15 activistas de Greenpeace y un fot¨®grafo lograron penetrar en el per¨ªmetro de la base, alcanzar una torre de refrigeraci¨®n, y permanecer all¨ª 10 horas para pedir el cierre de las nucleares, llev¨® al consejo a anunciar una revisi¨®n del sistema de seguridad.
"Ni el vallado ni los vigilantes detuvieron la incursi¨®n", se?ala el consejo
Los guardas aceptan que los ecologistas no fueron violentos, seg¨²n Greenpeace
"El incidente no afect¨® al objetivo principal del sistema de seguridad f¨ªsica, pues durante el mismo no se produjo el acceso a ¨¢reas vitales de la instalaci¨®n", afirma el CSN; "el sistema de seguridad f¨ªsica cumpli¨® su funci¨®n de detecci¨®n y retardo de la intrusi¨®n". "No obstante", matiza, "debido a los medios utilizados por los asaltantes (el grado de violencia sobre las personas y las infraestructuras) ni el vallado ni los vigilantes consiguieron detener la intrusi¨®n en el ¨¢rea protegida".
El consejo examinar¨¢ el incidente con Iberdrola (propietaria de la planta) y realizar¨¢ "un estudio sobre la capacidad de respuesta del sistema de seguridad f¨ªsica de la instalaci¨®n, para identificar las mejoras que procedan a la luz de dicho an¨¢lisis". Se incluir¨¢n "nuevos aspectos gen¨¦ricos de mejora de la seguridad f¨ªsica en una revisi¨®n de la Instrucci¨®n de Seguridad prevista para este a?o". Y se trazar¨¢, con el resto de Administraciones implicadas en la seguridad de las instalaciones, un plan "para mejorar la capacidad de respuesta y de informaci¨®n preventiva ante actos de agresi¨®n, ataque o asalto a cualquier central nuclear espa?ola".
Desde la irrupci¨®n de los miembros de Greenpeace, la preocupaci¨®n no fue el da?o que pudieran causar los activistas, sino la sensaci¨®n de que si ellos hab¨ªan sido capaces, ?por qu¨¦ no iba a poder serlo un comando terrorista con intenciones mucho peores? La facilidad con la que los ecologistas cortaron las alambradas de seguridad y superaron el obst¨¢culo que representaban los cuatro vigilantes de seguridad, daba que pensar.
La central, el CSN y la Delegaci¨®n del Gobierno dieron a entender ayer que la respuesta fue la que fue porque todo indicaba que se trataba de Greenpeace (la organizaci¨®n llam¨® para avisar de la acci¨®n justo antes de emprenderla) y porque los activistas corrieron en una direcci¨®n que los alejaba de los "edificios nucleares" de la planta. ?Qu¨¦ hubiera ocurrido si hubiesen avanzado hacia all¨ª? La respuesta oficial es que las centrales nucleares cuentan con un plan de protecci¨®n, pero que ese protocolo es confidencial.
Un ex alto cargo del Gobierno con conocimiento sobre la materia afirmaba ayer que aunque la imagen de seguridad que se transmiti¨® en la planta fue lamentable, lo cierto es que el da?o que potencialmente pod¨ªa haberse causado en la zona en la que se encontraban los activistas era muy bajo: la planta podr¨ªa haber seguido funcionando sin la torre de refrigeraci¨®n. En caso de ataque, prosigui¨®, el edificio del reactor nuclear, aut¨¦ntico punto cr¨ªtico de la central, hubiese quedado sellado por una coraza de hormig¨®n capaz de resistir la explosi¨®n de una bomba o el impacto de un avi¨®n enemigo. Se trata, concluy¨®, de una medida de protecci¨®n habitual hoy y con la que no contaban centrales sovi¨¦ticas como la de Chern¨®bil.
La propuesta del CSN de mantener abierta 10 a?os m¨¢s Cofrentes, que ahora habr¨¢ de confirmar el Gobierno, era de esperar: entr¨® en servicio en 1984 y el debate sobre el cierre de las nucleares se planteaba, hasta hace poco, a partir de los 40 a?os de vida. El Gobierno parece ahora inclinarse por ampliar ese l¨ªmite, no por reducirlo.
Los activistas que subieron a la torre declararon ayer en el juzgado de Requena y quedaron en libertad con cargos de resistencia a la autoridad, da?os, lesiones, desobediencia y des¨®rdenes p¨²blicos. Seg¨²n la organizaci¨®n, los vigilantes admitieron que los activistas no tuvieron una actitud agresiva ni violenta. Y que nadie fue herido con una sierra radial, como dijo la Delegaci¨®n del Gobierno en Valencia, sino que uno de los guardias se hizo un ara?azo con la verja.
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