"Queremos romper la barrera del miedo"
Los universitarios yemen¨ªes mantienen las protestas contra el r¨¦gimen de Saleh a pesar del par¨®n de la oposici¨®n
"Vamos a luchar contra el presidente Ali Abdal¨¢ Saleh hasta que logremos que se vaya, como en Egipto", asegura Towhid al Akbari, uno de los coordinadores de la protesta estudiantil en la Universidad de San¨¢. Pero, a diferencia de Egipto, aqu¨ª apenas se manifiestan unos centenares y cuando logran enfilar la avenida que lleva al palacio presidencial, somatenes armados de palos y piedras se encargan de dispersarles. No han logrado atraer a otros grupos sociales. "La gente tiene miedo. Nosotros queremos romper esa barrera", explica Al Akbari.
"Tendr¨ªamos m¨¢s seguidores si la polic¨ªa no bloqueara nuestros movimientos", afirma este estudiante del ¨²ltimo curso de comercio, que ya ha estado detenido varias veces y recibido unos cuantos golpes de los contramanifestantes ("grupos progubernamentales", seg¨²n la prensa oficial, "matones a sueldo", seg¨²n la oposici¨®n). Ayer la polic¨ªa lleg¨® a disparar al aire para dispersarles. Y en Ad¨¦n, al sur del pa¨ªs, se produjeron dos muertos por heridas de bala en una protesta similar.
Dos personas mueren por disparos de la polic¨ªa en una protesta en Ad¨¦n
"Sin enchufe o sin pagar soborno no se encuentra trabajo", dice un estudiante
"Tambi¨¦n en T¨²nez empezaron poco a poco y luego se extendi¨® a todo el pa¨ªs. Eso es lo que queremos lograr", resume Al Akbari sin perder la esperanza.
La revuelta de T¨²nez fue el detonante que sirvi¨® para que los j¨®venes yemen¨ªes se movilizaran. "Lo que ocurri¨® all¨ª rompi¨® la apat¨ªa pol¨ªtica en la que est¨¢bamos sumidos. Nos dimos cuenta de que la juventud puede mover un pa¨ªs y tomar las riendas de su futuro", suelta de un tir¨®n. El objetivo estaba claro: "Acabar con el r¨¦gimen del presidente Saleh".
Los miembros del Comit¨¦ Estudiantil deciden c¨®mo y cu¨¢ndo se manifiestan y se encargan de comunicarlo a sus compa?eros. Olv¨ªdense de Facebook y Twitter. En un pa¨ªs en el que el tendido el¨¦ctrico no alcanza mucho m¨¢s all¨¢ de las principales ciudades e incluso en estas la penetraci¨®n de Internet es a¨²n limitada, recurren a los mensajes de m¨®vil y los pasquines.
"Tenemos una p¨¢gina en Facebook, pero sobre todo utilizamos los SMS", cuenta. "Nuestro plan es una manifestaci¨®n diaria y tambi¨¦n nos gustar¨ªa hacer una sentada permanente, al estilo de la que hicieron en la plaza Tahrir de El Cairo, pero por ahora no tenemos suficiente gente para la rotaci¨®n". Donde s¨ª lo han logrado ha sido en Taiz, la capital agr¨ªcola del pa¨ªs. "All¨ª no se enfrentan a los matones como en San¨¢", apunta Al Akbari.
Aun as¨ª, est¨¢n dispuestos a resistir, en la confianza de que van a ir consiguiendo m¨¢s apoyos. "Los estudiantes queremos demostrar a los partidos pol¨ªticos, a la poblaci¨®n y al r¨¦gimen que estamos en la primera l¨ªnea de fuego y que, una vez que se da el primer paso, no es tan dif¨ªcil", declara.
Y en alguna medida parecen haberlo conseguido. Ayer frente al Ministerio de Justicia coincidieron dos peque?as manifestaciones: un grupo de licenciados en paro denunciando que el ministro solo colocaba a sus allegados, y la familia de un juez encarcelado que ped¨ªa su libertad. "Esto hubiera sido imposible hace dos meses", confiaba un analista. Incluso quienes observan las protestas sin implicarse comparten las denuncias de los activistas.
"En este pa¨ªs, si no tienes enchufes o dinero para un soborno, es imposible conseguir un trabajo", se?ala Wael, un estudiante de relaciones p¨²blicas. "A mi hermano le ha costado cinco a?os encontrar empleo", a?ade. Aun as¨ª, ni ¨¦l ni los amigos que le acompa?an van a unirse a la manifestaci¨®n. "Tenemos examen", justifican.
De momento, son los estudiantes los que mantienen la llama de la protesta contra el r¨¦gimen de Saleh. El foro de partidos pol¨ªticos de oposici¨®n, que convoc¨® las primeras manifestaciones, no ha vuelto a salir a la calle desde que el s¨¢bado anunci¨® que aceptaba negociar con el Gobierno (algo que no se ha concretado). Algunos j¨®venes se han sentido traicionados.
"Cuando los partidos pol¨ªticos nos llamaron, acudimos a sus protestas; ahora nos han dejado en la estacada", critica Abdul, para quien los partidos son tambi¨¦n parte del sistema.
Al Akbari discrepa. "Los partidos pol¨ªticos no han prohibido ni aconsejado a los estudiantes que nos manifestemos. Su camino y el nuestro terminar¨¢n convergiendo", sostiene. ?l mismo es miembro de las Juventudes del Partido Socialista, pero asegura que en el Comit¨¦ Estudiantil est¨¢ a t¨ªtulo personal y que hay afiliados de todos los grupos.
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