Un mercado de barrio a la altura de la 'milla de oro'
La galer¨ªa de Torrijos devuelve a la zona de Salamanca el comercio tradicional
"?Si vamos a tener de todo! ?Qu¨¦ bueno!", comenta Carmen mientras pasea ilusionada por el nuevo mercado de Torrijos, en el barrio de Salamanca. La galer¨ªa, inaugurada ayer tras cinco a?os de obras, es uno de los cuatro mercados que hay en el distrito junto con los de La Paz, Diego de Le¨®n y San Cayetano.
Para celebrar la recuperaci¨®n de este espacio se ha invitado a desayunar a los vecinos un chocolate con porras, se les han regalado rosas, tazas y peque?os costureros y cada local ofrec¨ªa degustaciones de sus mejores productos. Todo, al son de un pasacalles al estilo de Nueva Orleans con aires de jazz, ofrecido por la festiva The Brass Band.
Durante el paseo los nuevos clientes han podido ver los 70 puestos, de los cuales 58 estaban ya en el antiguo edificio -levantado durante la Segunda Rep¨²blica-. La familia de Tom¨¢s es una de las veteranas en Torrijos. Tres generaciones de pescaderos han pasado por el puesto en el que bromea en presencia de boquerones, berberechos y cigalas vivas. "Para lo que ten¨ªamos antes me parece hasta demasiado, muy bonito", comenta el pescadero mientras observa las iluminadas cintas mec¨¢nicas que suben hasta la primera planta. "Hemos tardado cinco a?os, porque ha pasado lo que pasa siempre. Cuando haces una obra en tu casa, te dicen que tarda un mes y luego tarda dos", explica.
Cuando en 2006 se derrib¨® el antiguo edificio despu¨¦s de que el Ayuntamiento se lo vendiera a la Inmobiliaria Espacio, dijeron que las obras durar¨ªan dos a?os. Pero fueron cinco, porque cuando acab¨® la reforma y entregaron los puestos, los comerciantes no estaban conformes con las instalaciones, as¨ª que formaron una sociedad -Torrijos Plaza XXI- para gestionar el mercado, que ahora es privado, y adecuarlo a sus necesidades.
Las nuevas instalaciones son luminosas y modernas, y en ellas hay 10 locales dedicados a la restauraci¨®n. Hay un aparcamiento de 175 plazas, un espacio para carga y descarga subterr¨¢neo y un bloque de viviendas encima. Entre los comercios hay de todo, de pasta fresca, una oleoteca, fruter¨ªas, una poller¨ªa, un supermercado y hasta una parafarmacia. Y los productos lucen tan renovados y sugerentes como el propio edificio: frutas tropicales, tabletas de chocolate artesano, hogazas de pan... Y a un lado y a otro del mostrador, el mismo gesto: una sonrisa de satisfacci¨®n por la recuperaci¨®n del comercio tradicional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.