Mientras Europa dormita
"Hay algo en el alma que clama por la libertad", dijo Obama, citando a Martin Luther King, para dar finalmente, tras muchas dudas, la luz verde a la revuelta en Egipto. Su pragmatismo, que gu¨ªa su presidencia por encima de cualquier consideraci¨®n ideol¨®gica, ha hecho que Estados Unidos caiga en el lado bueno de la historia. Por el momento. Obama podr¨ªa pasar a la historia como el presidente de Estados Unidos que apost¨® por la democracia en el mundo ¨¢rabe, deshaciendo el determinismo de la perversa f¨®rmula estabilidad igual a autocracia, o como el que perdi¨® el gran Oriente Medio para los intereses estrat¨¦gicos de Occidente. Los dados est¨¢n echados. Los ciudadanos egipcios nos han gritado: "No somos los otros, somos vosotros". Es una revoluci¨®n generacional, que evoca la ilusi¨®n del mayo parisino de 1968. Pero con un Ej¨¦rcito como comadrona de la democracia. El mayor pa¨ªs ¨¢rabe afronta el enorme reto de construir una cultura civil. Como dec¨ªa una opositora a Mubarak: "Una cultura no militar, no religiosa, sino civil". ?C¨®mo construir un estado laico moderno para gente religiosa?
La UE ha hecho poco y tarde. El terremoto nos afecta directamente: en el Mare Nostrum
Pasada la euforia inicial de la Revoluci¨®n del 25 de Enero, en El Cairo, los ni?os se fotograf¨ªan en las torretas de los tanques, mientras en la peque?a isla-Estado de Bahr¨¦in, del tama?o de Menorca, unida por una autopista sobre el mar a Arabia Saud¨ª, la gasolinera del mundo, los carros de combate abortan las protestas impidiendo repetir en Manama la operaci¨®n cairota de la Plaza de la Liberaci¨®n. Parece improbable que la casa de Saud tolere una revoluci¨®n en su puerta trasera, base adem¨¢s de la V Flota de EE UU, clave para contener a Ir¨¢n y asegurar el flujo del petr¨®leo hacia Occidente. Lo que vale para Egipto tambi¨¦n vale para Ir¨¢n, asevera el presidente norteamericano, que ya ha destapado la botella que conten¨ªa al genio. ?Tambi¨¦n para Arabia Saud¨ª? Y para Libia, donde el excoronel Gadafi, 42 a?os en el poder, usa el fuego real para reprimir la ola que ya ha tocado tierra en el este del pa¨ªs, la Cirenaica rebelde. Y para Yemen, pa¨ªs fallido nodriza de Al Qaeda con otro aut¨®crata eternizado en el poder. O para Argelia, donde manda inflexible el Ej¨¦rcito, tras Buteflika, pero que dispone a¨²n de rentas petrol¨ªferas para anestesiar a la poblaci¨®n. O Marruecos, donde algunos piensan que la monarqu¨ªa, que mezcla h¨¢bilmente el poder civil con el religioso, es compuerta segura contra la rebeli¨®n de los humillados por el sistema semidemocr¨¢tico conducido desde una corte arcaica y corrupta. Un vasto y fascinante oto?o de los patriarcas est¨¢ en marcha. El cubo de la historia ya lo han abierto Ben Ali y Mubarak. ?Y el pr¨®ximo es...? Los reg¨ªmenes afectados son distintos y distantes. La revista The Economist ha intentado objetivar la vulnerabilidad de las diferentes dictaduras. Lo titula el ¨ªndice de los lanzadores de zapatos. La vulnerabilidad a la revoluci¨®n es m¨¢xima en Yemen, con un 85% de probabilidades. Le siguen Libia, Egipto, Siria e Irak, por encima del 60%, y a continuaci¨®n, todos por encima del 50%: Mauritania, Arabia Saud¨ª, Argelia, Jordania, T¨²nez y Marruecos. El ¨ªndice sopesa con un 35% a la porci¨®n de la poblaci¨®n de cada pa¨ªs menor de 25 a?os; un 15% al tiempo que el Gobierno lleva en el poder; un doble 15%, la corrupci¨®n y la ausencia de democracia; 10%, la renta per capita; 5%, el nivel de censura, y un ¨²ltimo 5%, el n¨²mero total absoluto de gente m¨¢s joven de 25 a?os.
Mientras asistimos fascinados a esta fiebre de libertad , Europa dormita. No sin dosis de mala conciencia, por haber apoyado durante tanto tiempo a los aut¨®cratas, que supuestamente conten¨ªan al fundamentalismo isl¨¢mico y que nos garantizan el petr¨®leo. ?En qu¨¦ lado de la historia hemos ca¨ªdo? Estados Unidos se ha adelantado a una Europa desaparecida, incapaz de proyectarse internacionalmente como un todo. Van Rompuy, Ashton, lady ausente; Merkel, Sarkozy, Zapatero. Demasiado poco y demasiado tarde. Y el terremoto nos afecta directamente: es el Mare Nostrum, son nuestras fronteras. Estamos encogidos de miedo ante la eventual llegada de una oleada de nuevos inmigrantes. Italia ya ha dado la luz de alarma. Pa¨ªs fundador de la Comunidad Europea, s¨¦ptima econom¨ªa del mundo, tiene como primer ministro a un acusado de prostituci¨®n de menores y abuso de poder. Berlusconi se permiti¨® la humorada de apostar por Mubarak. Pat¨¦tico el papel de la Francia de Sarkozy, con su ministra de Exteriores aceptando favores y haciendo negocios con el s¨¢trapa tunecino, al que ofreci¨® ayuda policial para reprimir a su pueblo. Y nuestra diplomacia risue?a, aprovechando el maremoto ¨¢rabe para enviar una misi¨®n de halago diplom¨¢tico al dictador Obiang en Guinea Ecuatorial. ?Qu¨¦ l¨¢stima de Europa!
fgbasterra@gmail.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.