El etarra Lasarte promete irse de Euskadi para no herir a las v¨ªctimas
El juez deniega los permisos al disidente de la banda, preso por los asesinatos de Gregorio Ord¨®?ez y Fernando M¨²gica
Resarcir a una v¨ªctima de un delito de sangre es imposible. No se puede devolver la vida. Pero la ley penal, que tiene como fin la reinserci¨®n, ha fijado unas pautas para que los presos por terrorismo puedan acogerse a beneficios penitenciarios: exige a los etarras que pidan perd¨®n, paguen las indemnizaciones y rechacen la violencia pasada y futura. Valent¨ªn Lasarte, con m¨¢s de 300 a?os de c¨¢rcel a sus espaldas por siete asesinatos, entre otros los del concejal del PP en San Sebasti¨¢n Gregorio Ord¨®?ez y del dirigente socialista Fernando M¨²gica, cumpli¨® estos requisitos y fue acercado a prisiones del Pa¨ªs Vasco. En enero fue trasladado a Nanclares de Oca (?lava), donde Interior agrupa a los disidentes de la banda. Ahora Lasarte ha dado un paso m¨¢s, no exigido en la ley: ha prometido que no volver¨¢ a residir en San Sebasti¨¢n, su ciudad natal, ni en ning¨²n otro lugar de Euskadi donde viva alguna de sus v¨ªctimas para no herir su sensibilidad y evitar la posibilidad de un encuentro.
Carmen Gisasola, exjefa del 'comando Vizcaya', tampoco saldr¨¢ por ahora
As¨ª consta en una carta recibida este viernes por el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Luis de Castro, en la que pide que su declaraci¨®n les sea comunicada a las v¨ªctimas de sus delitos si se considera conveniente. Lasarte ha pedido permisos para salir de la c¨¢rcel -est¨¢ preso desde 1996-, pero el magistrado se los ha denegado. No porque no cumpla los requisitos de arrepentimiento y perd¨®n del C¨®digo Penal, sino porque no ha cumplido la parte de la condena que exige la ley.
Rechazar la violencia de ETA y pedir perd¨®n no es suficiente. Ning¨²n preso puede acceder a permisos o a un r¨¦gimen de semilibertad hasta cumplir una cuarta parte de la pena, y los disidentes de ETA, tampoco. Firmar la carta con la que se apartan de la banda y pedir perd¨®n es el requisito extra que la ley exige a los etarras, pero no es suficiente para acceder a los beneficios penitenciarios. Carmen Gisasola, por ejemplo, ex jefa del comando Vizcaya y en prisi¨®n desde 1990, ha abjurado de la violencia y tambi¨¦n forma parte del grupo de disidentes de Nanclares de Oca. Tampoco, y por la misma raz¨®n que Lasarte, puede acceder a los permisos que ha solicitado.
A ambos les ocurre lo mismo que a otros muchos presos por terrorismo condenados a decenas o incluso centenares de a?os. Para que puedan cumplir el requisito de haber liquidado la cuarta parte de su condena, su ¨²nica posibilidad es que se acumulen sus penas. Esta labor corresponde al tribunal sentenciador, que en casos de terrorismo es la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Si se lleva a cabo la acumulaci¨®n, seg¨²n la ley, el tiempo m¨¢ximo de cumplimiento no puede exceder del triple de la pena m¨¢s alta que se haya impuesto al preso.
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