El ingobernable presupuesto de EE UU
El coraz¨®n de todo Gobierno se encuentra en el presupuesto. Los pol¨ªticos pueden hacer promesas sin cesar, pero, si el presupuesto no cuadra, la pol¨ªtica es poca cosa m¨¢s que meras palabras.
Estados Unidos est¨¢ ahora en ese apuro. En su reciente discurso sobre el estado de La Uni¨®n, el presidente Barack Obama traz¨® un panorama convincente de gobierno moderno, del siglo XXI. Sus oponentes del Partido Republicano se quejaron de que las propuestas de Obama reventar¨ªan el presupuesto, pero la verdad es que los dos partidos est¨¢n neg¨¢ndose a ver la realidad; sin m¨¢s impuestos, una econom¨ªa moderna, competitiva, de EE UU no es posible.
Obama subray¨®, acertadamente, que la competitividad en el mundo actual depende de una fuerza laboral instruida y unas infraestructuras modernas. Eso es cierto en el caso de todos los pa¨ªses, pero es particularmente pertinente para los pa¨ªses ricos. EE UU y Europa est¨¢n en competencia directa con Brasil, China, India y otras econom¨ªas en ascenso, donde los niveles salariales son en algunos casos cuatro veces inferiores (si no m¨¢s, incluso) a los de los pa¨ªses de ingresos elevados. EE UU y Europa solo mantendr¨¢n su alto nivel de vida basando su competitividad en aptitudes avanzadas, tecnolog¨ªas de vanguardia e infraestructuras modernas.
Los dos partidos prefieren reducir impuestos a los ricos, que son quienes les financian las campa?as
Esa es la raz¨®n por la que Obama pidi¨® un aumento de las inversiones p¨²blicas de Estados Unidos en tres sectores: educaci¨®n, ciencia y tecnolog¨ªa e infraestructuras (incluidas las conexiones por banda ancha a la red Internet, los ferrocarriles de gran velocidad y la energ¨ªa no contaminante). Expuso una concepci¨®n del crecimiento futuro en la que las inversiones p¨²blicas y privadas ser¨ªan complementarias, pilares que se sostendr¨ªan mutuamente.
Obama subray¨® esos temas y con raz¨®n. El desempleo en EE UU asciende ahora al 10% de la fuerza laboral, en parte porque en las econom¨ªas en ascenso se est¨¢n creando nuevos puestos de trabajo y muchos de los que ahora se est¨¢n creando en Estados Unidos cuentan con salarios menores que en el pasado, dada la mayor competencia mundial. A no ser que EE UU aumente sus inversiones en educaci¨®n, ciencia, tecnolog¨ªa e infraestructuras, esas tendencias perjudiciales continuar¨¢n.
Pero el mensaje de Obama indicaba un alejamiento de la realidad cuando se refiri¨® al d¨¦ficit presupuestario. Tras reconocer que las pol¨ªticas fiscales recientes hab¨ªan orientado a Estados Unidos por una trayectoria insostenible de aumento de la deuda p¨²blica, dijo que en la actualidad era esencial avanzar hacia el equilibrio presupuestario para conseguir la estabilidad fiscal. As¨ª, pues, pidi¨® una congelaci¨®n durante cinco a?os de lo que el Gobierno de Estados Unidos llama gasto civil "discrecional".
El problema es que m¨¢s de la mitad de dicho gasto va destinado a la educaci¨®n, la ciencia y la tecnolog¨ªa y las infraestructuras: los sectores que, seg¨²n acababa de sostener Obama, se deb¨ªan reforzar. Despu¨¦s de decir a los americanos lo importante que es la inversi¨®n gubernamental para el crecimiento moderno, ?prometi¨® congelar ese gasto durante cinco a?os!
Los pol¨ªticos cambian con frecuencia su mensaje de un discurso al siguiente, pero raras veces lo contradicen tan flagrantemente en el mismo discurso. Esa contradicci¨®n pone de relieve el triste y contraproducente car¨¢cter de las pol¨ªticas presupuestarias de EE UU a lo largo de los veinticinco ¨²ltimos a?os y as¨ª ser¨¢, con mucha probabilidad, en los pr¨®ximos a?os.
Por una parte, el Gobierno de EE UU debe invertir m¨¢s para fomentar la competitividad econ¨®mica. Por otra, los impuestos en Estados Unidos son -cr¨®nicamente- demasiado bajos para apoyar el nivel de inversi¨®n gubernamental que hace falta.
La realidad fiscal de Estados Unidos qued¨® dolorosamente clara dos d¨ªas despu¨¦s del discurso de Obama, en un nuevo estudio de la Oficina Presupuestaria del Congreso (OPC), que revel¨® que este a?o el d¨¦ficit presupuestario ascender¨¢ a casi un bill¨®n y medio de d¨®lares, suma casi inimaginable incluso para una econom¨ªa del tama?o de la de EE UU. Al ascender a casi el 10% del PIB, el d¨¦ficit est¨¢ originando una monta?a de deuda que amenaza el futuro de Estados Unidos.
El estudio de la OPC mostr¨® tambi¨¦n con claridad que el acuerdo de diciembre sobre la reducci¨®n de impuestos entre Obama y la oposici¨®n republicana aument¨®, premeditada y deliberadamente, el d¨¦ficit presupuestario de forma abrupta. Diversas reducciones de impuestos acordadas por George W. Bush hab¨ªan de expirar al final del ejercicio 2010. Obama y los republicanos acordaron prorrogar dichas reducciones de impuestos durante al menos dos a?os (probablemente se volver¨¢n a prorrogar a partir de entonces), con lo que se reducir¨¢n los ingresos tributarios en 350.000 millones de d¨®lares este a?o y de nuevo caer¨¢n en 2012. Las reducciones de impuestos para los americanos m¨¢s ricos formaban parte del plan.
La verdad de la pol¨ªtica actual en Estados Unidos es sencilla. La pol¨ªtica fundamental para los dirigentes de los dos partidos pol¨ªticos es la de las reducciones de impuestos, en particular para los ricos. Los dos partidos pol¨ªticos y la Casa Blanca prefieren reducir los impuestos a gastar m¨¢s en educaci¨®n, ciencia y tecnolog¨ªa e infraestructuras, y la explicaci¨®n es sencilla: las familias m¨¢s ricas financian las campa?as pol¨ªticas. As¨ª, pues, los dos partidos atienden sus deseos.
A consecuencia de ello, los ingresos tributarios totales de EE UU como porcentaje de la renta nacional figuran entre los m¨¢s bajos de todos los pa¨ªses con ingresos elevados: el 30%, aproximadamente, frente al 40%, m¨¢s o menos, en Europa, pero el 30% del PIB no es suficiente para sufragar las necesidades en materia de salud, educaci¨®n, ciencia y tecnolog¨ªa, seguridad social, infraestructuras y otras obligaciones gubernamentales fundamentales.
En un sector presupuestario s¨ª que se deben hacer reducciones: el gasto militar. Pero, aun cuando se reduzca profundamente el m¨¢s que excesivo presupuesto militar (y los pol¨ªticos de los dos partidos se resisten a hacerlo), seguir¨¢n siendo necesarios nuevos impuestos.
Las consecuencias econ¨®micas y sociales de una generaci¨®n de reducciones de impuestos est¨¢n claras. Estados Unidos est¨¢ perdiendo su competitividad internacional, desatendiendo a sus pobres -uno de cada cinco ni?os americanos est¨¢ atrapado en la pobreza- y dejando una monta?a de deuda a sus j¨®venes.
Pese a la elevada ret¨®rica del Gobierno de Obama, en sus propuestas en materia de pol¨ªtica fiscal no hay un intento de abordar esos problemas. Para hacerlo es necesario pedir mayores impuestos, y eso -como George H. W. Bush aprendi¨® en 1992- no es un medio para ser reelegido.
Jeffrey D. Sachs es profesor de Econom¨ªa, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y asesor de la ONU. ? Project Syndicate, 2011. www.project-syndicate.org. Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
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