23-F: las Fuerzas Armadas ayer y hoy
Hace unas horas hemos perdido a cinco soldados valerosos. A los sargentos primeros Sergio Valdepe?as y V¨ªctor Manuel Zamora, al sargento Mario Hern¨¢ndez, al cabo primero Javier Mu?oz y al cabo Miguel ?ngel D¨ªaz les sorprendi¨® la muerte mientras se preparaban para salvar las vidas de muchos. Se dispon¨ªan a servir en la misi¨®n de Naciones Unidas en L¨ªbano; algunos de ellos acababan de realizar una extraordinaria labor de desactivaci¨®n en Afganist¨¢n; lugares donde las minas y los explosivos improvisados suponen una indiscriminada y brutal condena de muerte. No cabe mayor generosidad que la de ofrecer la propia vida por la paz y la seguridad de todos. Por eso, a ellos, y a los tres heridos en ese mismo ejercicio de adiestramiento, les debemos nuestra gratitud y nuestro reconocimiento.
Para dos de cada tres ciudadanos, nuestros militares son clave para el prestigio internacional de Espa?a
Espa?a es el segundo pa¨ªs de la UE en presencia de mujeres en sus filas
Apenas un d¨ªa antes conmemor¨¢bamos el trig¨¦simo aniversario del 23-F con diversos actos civiles y militares en los que ha quedado patente ese mismo sentimiento de respeto y admiraci¨®n que hoy sentimos mezclado con un profundo pesar. En estos 30 a?os, Espa?a ha vivido un cambio radical. Pero sin duda, pocas organizaciones han experimentado una transformaci¨®n mayor que nuestras Fuerzas Armadas. En solo tres decenios, nuestros militares han sido capaces de abrirse al mundo, de asumir su plena profesionalizaci¨®n y de recuperar el tiempo perdido mediante un ambicioso proceso de modernizaci¨®n.
Unas Fuerzas Armadas compuestas por hombres y mujeres que, por primera vez en la historia, son plenamente profesionales. Nuestras Fuerzas Armadas encuadran hoy a 130.000 militares que ya no ascienden por la mera antig¨¹edad como anta?o, sino por m¨¦rito y capacidad. Unos militares que se forman de acuerdo con un nuevo modelo de ense?anza que permite a los oficiales obtener un t¨ªtulo de grado en ingenier¨ªa, y a los suboficiales, un t¨ªtulo oficial de t¨¦cnico superior completamente homologable al del ¨¢mbito civil.
Profesionales mucho mejor formados que cuentan adem¨¢s con medios materiales modernos y adecuados a sus misiones. Hasta los a?os setenta, la mayor¨ªa del material empleado en las Fuerzas Armadas espa?olas era sobrante de la II Guerra Mundial o de la de Corea cedido por Estados Unidos. Hoy, nuestros Ej¨¦rcitos disponen de equipos avanzados para llevar a cabo sus misiones y garantizar su protecci¨®n, como los aviones Eurofighter, el carro de combate Leopard y los nuevos veh¨ªculos blindados Lince y RG31. Innovaci¨®n y renovaci¨®n material que ha priorizado adem¨¢s la seguridad de nuestras tropas.
La modernizaci¨®n y la profesionalizaci¨®n se han visto reforzadas, asimismo, por unos cambios organizativos que impulsan la eficacia y permiten a nuestros militares un mejor cumplimiento de su papel constitucional.
Hoy no solo resultar¨ªa impensable que un general lograra por su cuenta sacar los tanques a la calle y declarase el estado de excepci¨®n en su regi¨®n, sino que ser¨ªa imposible en la pr¨¢ctica. La estructura de las Fuerzas Armadas espa?olas ha pasado de un modelo territorial de regiones a otro en el que prima el car¨¢cter funcional y se potencia la acci¨®n conjunta. La organizaci¨®n territorial de las Fuerzas Armadas que heredamos de la Dictadura estaba pensada para la ocupaci¨®n y el control del territorio nacional; hoy est¨¢ dispuesta para que nuestros efectivos puedan ser desplegados donde se requiera garantizar nuestra seguridad. Por otra parte, disponemos de un ¨²nico Ministerio de Defensa (en lugar de un ministerio para cada Ej¨¦rcito como anta?o) y de una estructura de mando unificada, as¨ª como de unas Fuerzas Armadas preparadas para la actuaci¨®n conjunta.
Esta acci¨®n conjunta y el nuevo papel del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) en la supervisi¨®n y preparaci¨®n de la fuerza contribuyen al cumplimiento de las nuevas misiones que la Ley Org¨¢nica de la Defensa Nacional encomienda a nuestras Fuerzas Armadas. Entre ellas, la que quiz¨¢ mejor sintoniza con la vocaci¨®n internacional de la sociedad espa?ola: nuestras misiones en el exterior. Desde 1989 hasta hoy, nuestras Fuerzas Armadas han participado en 65 misiones en el exterior en cuatro continentes, siempre en apoyo de organismos internacionales como Naciones Unidas, OTAN, OSCE y Uni¨®n Europea.
En total, 122.249 militares espa?oles han participado en estas misiones, de los cuales 159 perdieron su vida en ellas. Otros, como los cinco militares que fallecieron el jueves en Hoyo de Manzanares, murieron dentro de nuestras fronteras mientras se adiestraban para servir en el exterior.
En la actualidad, Espa?a participa en siete misiones: cuatro con efectivos desplegados y tres con observadores militares. Las misiones de L¨ªbano (UNIFIL), Somalia (EUTM-Somalia) y Lucha contra la Pirater¨ªa en el ?ndico (Atalanta) se encuentran bajo el mando de un militar espa?ol. En definitiva, hemos pasado de unos Ej¨¦rcitos aislados internacionalmente a unas Fuerzas Armadas plenamente integradas en la OTAN y que participan en las organizaciones internacionales de seguridad y defensa.
Probablemente, uno de los cambios acaecidos en nuestras Fuerzas Armadas con m¨¢s trascendencia sociol¨®gica haya sido el acceso de las mujeres a la profesi¨®n militar. Ante todo, porque supon¨ªa reparar una injusticia que imped¨ªa a la mitad de la poblaci¨®n ejercer el derecho a defender su pa¨ªs. Pero tambi¨¦n porque este trascendental cambio ha permitido a nuestros militares, ahora ya hombres y mujeres en pie de igualdad, demostrar su capacidad de adaptaci¨®n a los cambios sociales. Hace 30 a?os, muchas profesiones, no solo la de las armas, estaban vedadas a las mujeres; pero en pocas se ha producido un acceso tan igualitario y pleno, y tan normal en lo cotidiano. Un modelo que, a diferencia de lo que ocurre en otros pa¨ªses, hace posible el acceso de las mujeres a todos los destinos y a todos los empleos, despu¨¦s de superar los mismos procesos selectivos que los hombres. Todo ello contribuye a que Espa?a sea el segundo pa¨ªs de la Uni¨®n Europea en presencia de mujeres en sus filas: casi 16.000, lo que representa un 12,2% del total de efectivos. Y a que 1.782 de ellas sean cuadros de mando. Muy por delante, en ambos casos, de pa¨ªses que introdujeron la igualdad en los cuarteles mucho antes que nosotros.
Estos profundos cambios son obra de todos: de la sociedad espa?ola en su conjunto, de Gobiernos de distinto signo y de los propios militares, que los han hecho posibles con su comportamiento ejemplar.
Gracias a esta radical transformaci¨®n, nuestras Fuerzas Armadas son desde 2008 la organizaci¨®n m¨¢s valorada por la sociedad espa?ola; una posici¨®n que se ha consolidado en 2010, y de modo muy especial entre los j¨®venes. Adem¨¢s, dos de cada tres ciudadanos consideran hoy que las Fuerzas Armadas son un factor decisivo para el prestigio internacional de Espa?a y ha aumentado sin cesar desde hace veinte a?os la confianza que los espa?oles tienen en sus militares. Muy atr¨¢s han quedado los recelos entre la calle y los cuarteles, que la intentona del 23-F quiso convertir, sin ¨¦xito, en una brecha insalvable.
En medio del dolor que hoy sentimos, el orgullo y la gratitud por los logros colectivos nos colman de razones para hacer balance de estos ¨²ltimos treinta a?os. A veces en la historia, como en las pel¨ªculas defectuosas, se introduce un fotograma negro. Como aquel 23-F. Habr¨¢ quien piense que hubiera sido mejor no conmemorar aquel par¨¦ntesis, que era preferible pasar p¨¢gina o mirar hacia delante. Sin embargo, es el futuro el que nos exige honrar y transmitir ese legado a las generaciones venideras, el que nos obliga a rendir homenaje a quienes dieron su vida por los dem¨¢s. Para seguir siendo nosotros mismos y ahondar en lo que nos une.
Porque recordar a quienes contribuyeron a evitar el triunfo del golpe y a quienes durante estas tres d¨¦cadas han entregado su vida por nuestra paz y nuestra seguridad es algo m¨¢s que conjurar un peligro mediante el recuerdo: constituye un ejercicio c¨ªvico y de pedagog¨ªa pol¨ªtica que ning¨²n pa¨ªs decente puede permitirse el lujo de pasar por alto.
Carme Chac¨®n es ministra de Defensa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.