Los atenienses americanos
Jos¨¦ Bonifacio de Andrade e Silva (1763-1838), el gran patriarca de la independencia de Brasil, naturalista y escritor, de aristocr¨¢tica familia portuguesa, pero nacido en Santos, escribi¨® en su tiempo: "Los brasile?os son entusiastas del bello ideal, amigos de su libertad, pero que malsufren perder cualquier regal¨ªa que alguna vez adquirieron. Obedientes a lo justo, enemigos de lo arbitrario, soportan mejor el robo que el vilipendio. Ignorantes por falta de instrucci¨®n, pero llenos de talento por naturaleza; de imaginaci¨®n brillante y por ello amigos de las novedades que prometen perfecci¨®n y ennoblecimiento; generosos, pero con jactancia; capaces de grandes acciones, pero siempre que no se exija atenci¨®n exigente y que no requieran trabajo asiduo y mon¨®tono; apasionados del sexo por clima, vida y educaci¨®n. Emprenden mucho, acaban poco. Ser¨ªan los atenienses de Am¨¦rica si no fueran comprimidos y tiranizados por el despotismo".
Los brasile?os viven hoy un momento de euforia tras cinco Gobiernos estables
Liberados hace tiempo de todo despotismo, los brasile?os contempor¨¢neos viven hoy un tiempo euf¨®rico, con el tambi¨¦n euf¨®rico Lula como s¨ªmbolo mundial, que idolatra la izquierda por su origen obrero y respeta la derecha por sus pol¨ªticas econ¨®micas ortodoxas. La econom¨ªa crece, la desocupaci¨®n baja y el pa¨ªs se prepara a organizar, en 2014, un campeonato mundial de f¨²tbol y dos a?os despu¨¦s unos Juegos Ol¨ªmpicos.
?Son ya los atenienses de que hablaba el "padre de la patria"? Que aman los bellos ideales y su obediencia nunca pasa de lo justo, es verdad; que soportan mucho m¨¢s el robo que el vilipendio, es comprobable; que las mulatas pueblan todos los sue?os de los varones y que ellas gustan de lucir sus encantos, basta ir a una playa; que tienen vocaci¨®n de grandeza, se percibe hasta en el modo de hablar y adjetivar, aunque tambi¨¦n son menos constantes que imaginativos y mucho m¨¢s ingeniosos que perseverantes. Hoy disfrutan de la confortable continuidad de cuatro Gobiernos estables y un quinto que comienza con saludables perspectivas.
La prosperidad de hoy indudablemente est¨¢ provocada por los valores superlativos de las materias primas y los alimentos, con la soja como vanguardia, pero tambi¨¦n es cierto que si el orden financiero de Fernando Henrique Cardoso no hubiera sido continuado por Lula, hoy no estar¨ªa recibiendo el aluvi¨®n de inversi¨®n extranjera que alimenta su ritmo econ¨®mico.
A partir de esta realidad, se alternan logros y desaf¨ªos. El Banco Central de Brasil anunci¨® que sus reservas superan los 300.000 millones de d¨®lares; reconoce que la inflaci¨®n est¨¢ superando la meta propuesta (4,6%) y anda rondando por un ya peligroso 6%.
Se comprueba una baja consistente de la pobreza, pero el nivel de su educaci¨®n, seg¨²n los informes PISA, sigue por debajo de vecinos peque?os como Uruguay y Chile... Ha descubierto fabulosas reservas petrol¨ªferas, pero en estos mismos d¨ªas lucha con los apagones el¨¦ctricos. Se dio uno general en el noroeste en febrero, que se replic¨® enseguida en San Pablo, la deslumbrante megal¨®polis. Y todo indica que, junto al crecimiento acelerado, seguir¨¢ padeciendo esa expresi¨®n de subdesarrollo.
?Qu¨¦ le pasa? Que ha invertido muy poco en energ¨ªa y en general en infraestructura: solamente el 2,18 % del PIB. Por eso mismo, sus aeropuertos est¨¢n totalmente rebasados y un pa¨ªs que es el tercer exportador de aviones del mundo padece de un sistema aeron¨¢utico considerado de los peores. Debe r¨¢pidamente revertir esta situaci¨®n. Por eso mismo, la presidenta Dilma (as¨ª se le nombra hasta en los diarios), que muchos tem¨ªan que actuara con un sesgo ideol¨®gico m¨¢s a la izquierda que su promotor y predecesor, comenz¨® su mandato anunciando precisamente la privatizaci¨®n de los aeropuertos y de la empresa reguladora del sistema.
La criminalidad en R¨ªo ha bajado, pero hubo que empe?ar al Ej¨¦rcito en esa lucha, una verdadera guerra contra las mafias de la droga, soberanas hasta ahora en el territorio de las favelas que albergan a los pobres de las grandes ciudades. La poblaci¨®n ya roza los 200 millones y vive en un 75% en ciudades, que alcanzan niveles modelos de urbanizaci¨®n como Curitiba o que sufren cat¨¢strofes como la que en enero pasado se cobr¨® m¨¢s de 800 vidas, bajo el agua y el barro, en Nova Friburgo, Teres¨®polis y Petr¨®polis, pintorescas ciudades serranas del Estado de R¨ªo de Janeiro, cargadas de historia y de encanto, pero v¨ªctimas de la imprevisi¨®n.
La nueva presidenta no es una pol¨ªtica avezada. Es una t¨¦cnica del Estado. Disfruta, sin embargo, de una mayor¨ªa que no tuvo Lula. Es ahijada de Lula, pero no es Lula para lidiar con socios y fantasiosos. Su lema es la lucha contra la pobreza, que hoy afecta a unos 40 millones de brasile?os, nueve de los cuales en situaci¨®n extrema. Para ello tendr¨¢ que abrir a¨²n m¨¢s la econom¨ªa, todav¨ªa sesgada por un viejo reflejo proteccionista, para recoger capitales, potenciar el crecimiento y poder redistribuir desde un Estado hipotecado por obligaciones tan fabulosas como las de su sistema de jubilaciones p¨²blicas.
"Continuar no es repetir", ha dicho el canciller Antonio Patriota, exembajador en EE UU. Eso se espera: la continuidad de una l¨ªnea b¨¢sica que lleva ya cuatro Gobiernos de dos partidos distintos, pero con algunos toques de cambio; por ejemplo, que no se repitan aventuras como los abrazos de Lula con Ahmadineyad.
Julio Mar¨ªa Sanguinetti, expresidente de Uruguay, es abogado y periodista.
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