Los regalos del PP a la Cat¨®lica
Las universidades p¨²blicas pagan por el terreno que la privada obtiene gratis - El ¨²ltimo favor a la instituci¨®n de la Iglesia es la cesi¨®n de suelo para un hospital
En siete a?os, la Universidad Cat¨®lica de Valencia San Vicente M¨¢rtir ha crecido un 430% en alumnado, se ha convertido en el primer centro privado valenciano (dejando por el camino a la universidad CEU-Cardenal Herrera) y, probablemente, superar¨¢ en poco tiempo en estudiantes a dos universidades p¨²blicas: la Jaume I de Castell¨®n y la Miguel Hern¨¢ndez de Elche. Nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo decidido que ha recibido este centro acad¨¦mico de la Iglesia por parte del Partido Popular ya sea desde el Gobierno de la Generalitat, la Diputaci¨®n de Valencia o de distintos Ayuntamientos. Y todo, a costa de recursos p¨²blicos.
El ¨²ltimo favor prestado a la Cat¨®lica tuvo lugar esta misma semana. El viernes, el Ayuntamiento de Valencia aprob¨®, con los votos del PP, el cambio de uso de un solar educativo del barrio de Campanar a petici¨®n de Inversiones Sociosanitarias (Inverso), sociedad participada por la Fundaci¨®n Universidad Cat¨®lica de Valencia, que quiere levantar en estos terrenos un hospital y una facultad privada. El primer teniente de Alcalde, Alfonso Grau, defendi¨® que esta operaci¨®n contaba con el visto bueno de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n. Es el primer paso de un tr¨¢mite administrativo, que acabar¨¢ con una concesi¨®n demanial (uso y disfrute exclusivo de un bien p¨²blico) sobre este suelo municipal a la universidad cat¨®lica por espacio de 75 a?os.
El centro privado incumple dos legados en campus de Valencia
Alzira, X¨¤tiva, Paterna, Torrent o Carcaixent han cedido terrenos
La Universitat tuvo que pagar 42 millones por el campus de Tarongers
La Diputaci¨®n y la Generalitat 'aportaron' la sede de Medicina
A pesar de que Educaci¨®n admite una demanda de 7.000 plazas escolares en la zona y pese al grave d¨¦ficit de colegios p¨²blicos en el casco urbano de Valencia, la consejer¨ªa opina que hay suelo suficiente para atender estas necesidades. A?os antes, el mismo equipo de Gobierno ya cedi¨® en el mismo barrio el uso de la Alquer¨ªa de Ric¨®s, de titularidad municipal, a la universidad privada para ubicar un centro infantil de integraci¨®n y atenci¨®n temprana de 0 a 3 a?os.
La diferencia de trato resulta sangrante no ya con otras universidades privadas (l¨¦ase la Cardenal Herrera-CEU) sino, sobre todo, con las p¨²blicas, que parad¨®jicamente forman parte de la administraci¨®n auton¨®mica. Las universidades p¨²blicas tienen que pagar por el suelo municipal en el que construyen sus centros y facultades. El campus de Tarongers, la ¨²ltima gran ampliaci¨®n de la Universitat de Val¨¨ncia, cuyo desarrollo se inici¨® con gobiernos socialistas y continu¨® despu¨¦s con el PP en el poder, le cost¨® 7.000 millones de pesetas (42 millones de euros) en los a?os 90.
El suelo del campus de Tarongers ya estaba reservado para instalaciones universitarias (al contrario que en la reciente operaci¨®n del Ayuntamiento de Valencia), pero ten¨ªa due?os. La Universitat de Val¨¨ncia tuvo que elegir entre intentar adquirir el suelo de cada propietario o expropiar y se inclin¨® por lo segundo. Pag¨® las expropiaciones y tuvo que costear tambi¨¦n la urbanizaci¨®n de la zona.
Es cierto que el dinero de la Universitat de Val¨¨ncia proviene, en gran medida, de la Generalitat. Por eso es una universidad p¨²blica. Pero comprar terrenos donde despu¨¦s construir facultades e institutos siempre ha condicionado su capacidad de maniobra. La Miguel Hern¨¢ndez de Elche, la universidad creada por el expresidente Eduardo Zaplana, en cambio, obtuvo los terrenos gratuitamente.
"Me parece muy bien que la Generalitat haya decidido que tiene seis universidades p¨²blicas en vez de cinco", comenta un exdirigente universitario incluyendo a la Cat¨®lica en la cuenta, "pero entonces que lo digan". El trato de favor al centro privado, a?ade, exigir¨ªa alguna respuesta por parte de los actuales responsables de las universidades p¨²blicas. Pero eso resulta complicado si alguno de ellos tiene la perspectiva de pasar a formar parte del Consell.
Como en el caso del futuro hospital de Campanar, en la obtenci¨®n del edificio San Carlos Borromeo de Valencia, sede de la Facultad de Medicina de la universidad de la Iglesia, tambi¨¦n tuvo un importante papel el PP. Lo que no consigui¨® la Iglesia en la agon¨ªa del r¨¦gimen franquista, lo logr¨® gracias a los votos populares en la Diputaci¨®n de Valencia hace algo m¨¢s de una d¨¦cada.
Este edificio, un antiguo convento y una iglesia, formaba parte del complejo del hist¨®rico hospital General de Valencia -situado junto a la avenida Guillem de Castro-, hasta el punto de que el convento funcionaba como una estancia m¨¢s del centro sanitario. El hospital fue trasladado a las actuales dependencias de la avenida de Cid y la Iglesia inscribi¨® a su nombre varios edificios del entorno bajo la f¨®rmula administrativa de "posesi¨®n inmaterial". Sin embargo, varios de ellos ya se hab¨ªan registrado (en la d¨¦cada de 1940) a nombre de la Diputaci¨®n, propietaria del hospital. En 1974, el arzobispado trat¨® de deslindar las propiedades p¨²blicas y eclesiales, y no recibi¨® respuesta. Tampoco en un segundo intento en 1986 con una Diputaci¨®n gobernada por los socialistas. Finalmente, a finales del siglo pasado, la Diputaci¨®n accedi¨® a la cesi¨®n del edificio de San Carlos y terrenos circundantes para ampliar el inmueble a cambio de la renuncia del arzobispado de solares recayentes en la calle Quevedo. Adem¨¢s del acuerdo, la Generalitat sufrag¨® con 900.000 euros la reforma del edificio que actualmente alberga la facultad de Medicina de la Cat¨®lica.
Una de las grandes bazas de la Universidad San Vicente Ferrer es precisamente la carrera de Medicina. La Cat¨®lica tiene mucho que agradecer al PP no solo sus esfuerzos en la cesi¨®n del edificio y las obras de rehabilitaci¨®n. Tambi¨¦n en la autorizaci¨®n de la Facultad de Medicina gracias a una pol¨¦mica decisi¨®n del Consell en 2007. El permiso que no obtuvo el CEU lo logr¨® la Cat¨®lica en un procedimiento que vulner¨® decretos y leyes auton¨®micas. Hasta tal punto, que en la inauguraci¨®n de los estudios, en septiembre de 2008, la facultad no ten¨ªa permiso del Estado para conceder titulaciones oficiales.
Otras sedes de la Cat¨®lica tambi¨¦n han acabado en manos de la universidad privada de la Iglesia de forma poco ortodoxa. Es el caso de los campus de San Juan Bautista (Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas, Derecho, Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte, Gesti¨®n Econ¨®mico Financiera y Antropolog¨ªa) y Marqu¨¦s de Campo (Fisioterapia y Podolog¨ªa).
Estas dos sedes ocupan edificios construidos por acaudalados burgueses de la segunda mitad del siglo XIX. Jos¨¦ Campo, marqu¨¦s de Campo, y Juan Bautista Romero, marqu¨¦s de San Juan, levantaron cada uno de ellos un asilo destinado a acoger y educar a ni?os sin recursos. As¨ª lo registraron en los estatutos de las entidades encargadas de gestionaron los inmuebles para que su voluntad permaneciera inalterable a lo largo del paso de los a?os. Sin embargo, ninguno de los dos cumple ya con esta funci¨®n. En un caso (San Juan Bautista) los herederos decidieron alquilar las instalaciones a la Cat¨®lica, una decisi¨®n que ha sido llevada a los tribunales por una rama familiar. En otro, (Marqu¨¦s de Campo) aprovechando la p¨¦rdida de las escrituras de la titularidad del edificio en la Guerra Civil, la Fundaci¨®n Marqu¨¦s de Campo, presidida por el arzobispado, se hizo con el dominio del inmueble en 2005. As¨ª, en ambos centros, la Universidad Cat¨®lica ha acabado por ocupar los edificios y vulnerar los deseos de sus impulsores.
La universidad de la Iglesia no solo cuenta con campus en Valencia. Distintos acuerdos con Gobiernos municipales del PP han permitido al centro privado extenderse a numerosos municipios a costa de recursos p¨²blicos. Es el caso de Carcaixent, donde el Ayuntamiento cedi¨® un solar por un plazo de 35 a?os o de X¨¤tiva, donde el Consistorio ha aportado un antiguo centro de educaci¨®n secundaria, el IES Simarro, para que la Cat¨®lica imparta los grados de Ciencias de la Actividad F¨ªsica y el Deporte, Educaci¨®n Infantil y Educaci¨®n Primaria. Tambi¨¦n Torrent ha ofrecido para los pr¨®ximos 35 a?os un solar para el campus de L'Horta Sud donde se impartir¨¢ el Grado en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y el Deporte. O Alzira, donde la universidad ha levantado un moderno edificio sobre terrenos municipales cedidos por un periodo de 50 a?os. A ellos se suma Paterna. En noviembre del a?o pasado, este municipio acord¨® prestar gratuitamente durante 30 a?os una parcela en las inmediaciones del Parque Cient¨ªfico de la Universitat de Val¨¨ncia.
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