Sarkozy se apoya en un resucitado Jupp¨¦ para relanzar su presidencia
El mandatario franc¨¦s acomete el cuarto cambio de Gobierno en un a?o
Las carreras pol¨ªticas en Francia son largas y en ellas tanto caben ca¨ªdas en desgracia en apariencia definitivas como resurrecciones imprevisibles. Este es el caso del veterano Alain Jupp¨¦, de 64 a?os, condenado en 2004 por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos a 18 meses de c¨¢rcel -sin cumplimiento de pena- y a un a?o de inhabilitaci¨®n. Su futuro pol¨ªtico parec¨ªa entonces finiquitado, pero reconvertido. Sin embargo, tras la ¨²ltima reforma del Gobierno de Sarkozy del domingo, Jupp¨¦ ha sido encumbrado al puesto de ministro de Exteriores y es ya una pieza clave del Gabinete. Entre sus misiones se cuenta la de revitalizar la maltrecha diplomacia francesa tras el fiasco de Mich¨¨le Alliot-Marie -salpicada por sus relaciones con la dictadura tunecina- y, de paso, la de insuflar aliento a la alica¨ªda marcha de Sarkozy en los sondeos ante las dif¨ªciles elecciones presidenciales de 2012.
A pesar de las muchas reformas, el presidente sigue bajo en los sondeos
Sarkozy disfraz¨® ayer su minirreforma ministerial, la d¨¦cima de su legislatura y la cuarta en lo que va de a?o, con cambios en los determinantes ministerios de Interior, Defensa y Asuntos Exteriores como respuesta a la revoluci¨®n que experimenta el mundo ¨¢rabe. Pero hay algo m¨¢s: la necesidad de reconquistar a la ciudadan¨ªa que le apoy¨® en 2007 y que le da la espalda ahora, seg¨²n las encuestas de opini¨®n. El 14 de noviembre, tras la aprobaci¨®n de la pol¨¦mica y muy contestada reforma de las pensiones, Sarkozy cambi¨® tambi¨¦n el Gobierno y por la misma raz¨®n. Pero no ha funcionado. Los sondeos le siguen situando en la zona m¨¢s baja desde su elecci¨®n: entre otras razones, se cuentan las pol¨¦micas vacaciones de Alliot-Marie en T¨²nez y las algo menos pol¨¦micas -pero tambi¨¦n muy criticadas- del primer ministro Fran?ois Fillon en Egipto. De nada ha servido por ahora, de cara a su popularidad, la presidencia del G-20 y el G-8, en las que el jefe del Estado franc¨¦s ha puesto muchas esperanzas de proyecci¨®n.
Por eso, a 15 meses de las elecciones, Sarkozy busca otra vez la tecla buena. Tal vez sea tarde. Brice Teinturier, director de la empresa de sondeos Ipsos France, comentaba ayer a Le Monde: "Es prematuro decir que Sarkozy est¨¢ acabado. Pero, en buena l¨®gica, ¨¦l no conseguir¨¢ un segundo mandato".
Jupp¨¦, nombrado en noviembre ministro de Defensa, un¨¢nimemente reconocido como un excelente ministro de Exteriores entre 1993 y 1995, ha puesto sus condiciones -un margen de maniobra considerable- y se ha comprometido con algo en lo que ¨¦l no cre¨ªa del todo en un principio: en agosto, cuando Sarkozy le ofreci¨® un puesto en su nuevo Gobierno, Jupp¨¦, seg¨²n Le Figaro, le respondi¨®: "Hoy por hoy, no est¨¢ claro que t¨² resultes reelegido. ?Me interesa subirme al Titanic?". No solo se ha subido, sino que ahora, junto a Sarkozy, lo dirige, transformado de hecho en una suerte de primer ministro bis, casi a la altura de Fillon, que ha visto c¨®mo ha perdido terreno en cuatro meses.
La minirreforma del domingo tambi¨¦n afecta a uno de los ministerios m¨¢s queridos, seguidos y explotados desde el punto de vista electoral por el actual presidente de la Rep¨²blica: el de Interior, hasta el domingo en manos de Brice Hortefeux, amigo personal de Sarkozy desde hace 30 a?os. Adem¨¢s de que las tasas de delincuencia no acaban de mejorar, Hortefeux fue condenado en 2010 por injurias racistas. En junio se decide el recurso. Y Sarkozy no quiere m¨¢s medi¨¢ticos embrollos judiciales con los miembros del Gabinete. Para sustituirle ha elegido a Claude Gu¨¦ant, hasta ahora secretario general del El¨ªseo y un poder en la sombra: en resumen, otro hombre de confianza para un ministerio que Sarkozy considera crucial para su futuro.
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