La c¨¢rcel se queda vac¨ªa
Desalojado el antiguo m¨®dulo de mujeres de la prisi¨®n de Carabanchel ocupado por medio centenar de rumanos dedicados a recoger chatarra
El antiguo m¨®dulo de mujeres, la ¨²nica construcci¨®n en pie de la antigua prisi¨®n de Carabanchel, se convirti¨® ayer en un ir y venir de personas. De chatarra, de papel usado, de carros de supermercado llenos de todo tipo de enseres. Todo rodeado de suciedad y deshechos. Unos 50 inmigrantes de origen rumano fueron desalojados por la polic¨ªa a media ma?ana, tras seis meses de ocupaci¨®n ilegal en los que se hab¨ªan adue?ado de los restos de la hist¨®rica c¨¢rcel. El propietario del solar, Instituciones Penitenciarias (dependiente del Ministerio del Interior), demoler¨¢ este ¨²ltimo edificio del recinto.
El desalojo comenz¨® a las once de la ma?ana, justo enfrente de la peque?a iglesia de Santa Magdalena, en la calle de Monse?or ?scar Romero. Una docena de polic¨ªas se present¨® junto con los responsables de Instituciones Penitenciarias y comenz¨® el deambular de personas. "?Qu¨¦ vamos a hacer con todo esto? Estoy aqu¨ª con mi familia y no s¨¦ qu¨¦ vamos a hacer esta noche", se quejaba Ionus Huanca, de 23 a?os, que lleg¨® a la antigua c¨¢rcel en septiembre.
Interior pretende demoler el edificio en cuanto reciba el permiso municipal
Los okupas utilizaron cajas y carros para sacar las toneladas de objetos que hab¨ªan acumulado. Dentro, se hab¨ªan fabricado peque?os pisos casi independientes donde viv¨ªan familias enteras. Ten¨ªan zonas de estancia, con sof¨¢s, televisiones de plasma y v¨ªdeos de ¨²ltima generaci¨®n. Al lado, las habitaciones, algunas incluso con cortinas. La antigua piscina se hab¨ªa convertido en un improvisado vertedero al que arrojaban toda clase de desperdicios.
Para contar con luz y agua, hab¨ªan hecho enganches ilegales en las redes de la zona. "Hay un mont¨®n de bobinas de cobre ah¨ª dentro", coment¨® un agente de la comisar¨ªa de Carabanchel.
La zona de seguridad, el espacio existente entre los dos muros de ladrillo, era utilizado como almac¨¦n donde se acumulaban enormes pilas de papeles, coches destartalados y electrodom¨¦sticos. Llegaron a guardar m¨¢s de 30 peque?os frigor¨ªficos procedentes de alg¨²n hotel. Los rumanos aprovecharon que la polic¨ªa les dio dos horas para cargar furgonetas enteras con el papel que hab¨ªa recogido en diversos puntos de la ciudad. El viento se encarg¨® de dispersar parte de esos desperdicios, que inclu¨ªan incluso recibos de la luz y el tel¨¦fono de vecinos de la capital. "Si esto sigue as¨ª, tendremos que volver a Bucarest, pero all¨ª tampoco hay trabajo y no nos alcanza ni para comer", explicaba Enache Petre Florin, de 37 a?os y con dos hijos peque?os. Otros m¨¢s afortunados llamaron a familiares y se marcharon a toda velocidad.
A la una y media de la tarde, tres vigilantes de seguridad se hicieron cargo del edificio que qued¨® cerrado a cal y canto para evitar nuevas ocupaciones. Contaban incluso con perros amaestrados. "En cuanto el Ayuntamiento nos d¨¦ permiso, tiraremos abajo este m¨®dulo, que es el ¨²ltimo vestigio de la c¨¢rcel", concluy¨® un responsable de Instituciones Penitenciarias.
El grueso de la m¨ªtica c¨¢rcel de Carabanchel fue derruido a finales de octubre de 2008, despu¨¦s de desalojar tambi¨¦n en aquella ocasi¨®n a 30 personas que permanec¨ªan en un extremo del recinto. Y eso pese a contar con una gran oposici¨®n vecinal, que quer¨ªa que se mantuviera el edificio y se dedicara a la memoria hist¨®rica. Un momento ¨¢lgido lleg¨® con el derribo parcial de la c¨²pula el s¨¢bado 25 de octubre, que caus¨® un gran estruendo. El solar, de 172.164 metros cuadrados, se destinar¨¢ a un hospital, zonas verdes, dependencias ministeriales y pisos para unos 2.000 vecinos, seg¨²n el convenio firmado entre el Ayuntamiento e Interior.
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