Acceso a las fuentes
La conmemoraci¨®n del 30? aniversario del 23-F ha vuelto a poner de manifiesto el gran desconocimiento que existe sobre la gestaci¨®n, el desarrollo e incluso el desbaratamiento de aquel intento de golpe contra la democracia. A pesar de que poco a poco algunos de los protagonistas y ciertos historiadores van aportando y desvelando nuevos datos, muchos de los papeles y de las grabaciones de lo sucedido en aquellos d¨ªas permanecen ocultos, de forma deliberada, 30 a?os despu¨¦s.
El 23-F es solo uno de los m¨²ltiples ejemplos en los que no se ha podido conocer toda la verdad debido, en gran parte, a la deficiente legislaci¨®n espa?ola en materia de libertad de acceso a la informaci¨®n. Pese a que el programa del PSOE, tanto en 2004 como en 2008, conten¨ªa una propuesta de ley de acceso a la informaci¨®n, esta a¨²n no se ha llevado a cabo. Espa?a es uno de los dos o tres pa¨ªses de Europa que todav¨ªa no disponen de una garant¨ªa de libre acceso a la informaci¨®n al estilo de la Ley de la Libertad de Informaci¨®n (FOIA) estadounidense, donde los funcionarios est¨¢n obligados a entregar los documentos p¨²blicos solicitados por el periodista en un plazo de 20 d¨ªas, aunque a veces se demore.
Las fuentes de informaci¨®n son la base de todo trabajo period¨ªstico, y el libre acceso a los documentos p¨²blicos, parte fundamental del imprescindible ejercicio de control del periodismo sobre la funci¨®n p¨²blica. Mientras no se pueda acceder de forma transparente y legal a los papeles oficiales, desgraciadamente solo queda esperar a que, como ha ocurrido con los cables de Wikileaks, alg¨²n funcionario consiga filtrar a los periodistas aquellos documentos que la Administraci¨®n intenta ocultar.
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