"Al poder le gusta el humor, pero en una vitrina"
Antonio Orejudo ha escrito una novela pesimista de risa. En Un momento de descanso, este madrile?o de 1963 mezcla los delirios de la realidad con sus propios delirios y su experiencia de profesor universitario en Espa?a y en Estados Unidos. El resultado es una novela de campus, un g¨¦nero muy cultivado en el mundo anglosaj¨®n, pero muy poco en la narrativa espa?ola.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ hay tan pocas novelas espa?olas de campus?
RESPUESTA. Porque aqu¨ª en Espa?a el referente, la universidad, es tan cutre que el resultado es siempre un sainete o una astracanada. La universidad anglosajona conserva un envoltorio refinado que permite la iron¨ªa.
P. Maniobras para favorecer a un candidato mediocre pero "de la casa", amenazas... ?Qu¨¦ dice su director de departamento?
"La risa sigue siendo subversiva. Adem¨¢s, tenemos una idea penitencial de la lectura: leer tiene que doler"
R. Tienes que exagerar para expresar m¨ªnimamente la realidad, pero los ¨²nicos que no se han sorprendido de esas historias son mis colegas.
P. Usted cita el libro de Jaume Claret
El gran desmoche, que relata el plan del franquismo para...
R. Acabar con toda brillantez. Se trataba de evitar que la brillantez acad¨¦mica fuera caldo de cultivo de oposici¨®n. Ese proyecto tuvo una ayuda inestimable: la mediocridad de aquellos penenes [profesores no numerarios] que en la transici¨®n entraron masivamente en las facultades.
P. ?Lo que aqu¨ª es mediocridad es correcci¨®n pol¨ªtica en Estados Unidos?
R. La universidad anglosajona, virtuosa en muchos aspectos, tiene ah¨ª su tal¨®n de Aquiles. Es una dictadura que adultera cualquier relaci¨®n con los alumnos. Est¨¢s m¨¢s pendiente de que no te denuncie una minor¨ªa que de dar clase.
P. Su novela bromea con minor¨ªas y mayor¨ªas. ?No hay l¨ªmites para el humor?
R. Mi l¨ªmite es mi madre. Cuando escribo, me pregunto: ?podr¨¢ bajar a comprar sin que las vecinas le digan, "mira las cosas que escribe tu hijo Ton¨ªn"? En serio, no tengo un l¨ªmite, pero ni para respetarlo ni para salt¨¢rmelo.
P. ?No piensa si la gente entender¨¢ su humor? No digo que le vaya a caer una denuncia...
R. Mentir¨ªa si dijera que no me importa lo que piense la gente, pero, como el humor me sale de forma natural, me he resignado a que no se me tome muy en serio. Aqu¨ª el humor est¨¢ penalizado. Si alguien escribe una novela, no digo de humor, simplemente alegre, se le mira con sospecha.
P. Y, sin embargo, vivimos con un chiste siempre en la boca.
R. En Espa?a, sobre todo al poder, gusta la risa, pero en la vitrina de un museo, donde es inofensiva. La risa sigue siendo subversiva. Adem¨¢s, tenemos una idea penitencial de la lectura: leer tiene que doler. Si un libro hace re¨ªr se deval¨²a.
P. Su novela es de risa, pero pesimista.
R. Es una alegr¨ªa como de Lazarillo de Tormes, alguien que llega "a la cumbre de su buena fortuna" porque es ?pregonero! Pues mi personaje llega ?a catedr¨¢tico! Es la risa amarga de una eleg¨ªa alegre.
P. Lo menos humor¨ªstico es la relaci¨®n entre uno de los personajes y su hijo.
R. Esa parte es tiernita, s¨ª. Nos hacemos viejos. Uno es padre y... Quer¨ªa contar esa relaci¨®n de ternura y amor no correspondido que es siempre el amor hacia los hijos. Y desde un personaje al que se le viene todo abajo.
P. El desenga?o es casi un personaje m¨¢s.
R. Hijos y desenga?o son sin¨®nimos.
P. ?Sus hijos han le¨ªdo la novela?
R. Son un hombre y una mujer de su tiempo, o sea, no leen. Mi hija ley¨® hasta los 11 a?os, como dicen los patrones. A mi hijo, que sigue bajo mi poder, le obligo. Hemos llegado a un trato: un libro a cambio de una aplicaci¨®n de videojuego. Tambi¨¦n les obligo a comer cosas que no les gustan ?no?
P. Al menos sus alumnos de filolog¨ªa leer¨¢n.
R. Qu¨¦ remedio, pero las humanidades sufren la alarmante p¨¦rdida de cultura general de la sociedad, que no encuentra en ellas lo que demanda: una inversi¨®n de poco esfuerzo y beneficio inmediato. Eso va contra la cultura, que es una inversi¨®n a largo plazo que requiere una actitud activa y, en algunos casos, cierto esfuerzo con un rendimiento que se ve, si se ve, mucho tiempo despu¨¦s.
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