Kak¨¢ se harta de Mourinho

Le ven llegar a Valdebebas prolijo, planchado y limpio, como un director de finanzas. Casi siempre, imperturbable. Se guarda las sonrisas para las campa?as publicitarias y se mueve con seriedad y distancia. Como si flotase. Como si el f¨²tbol y sus accidentes no le hicieran mella ni para bien ni para mal. Como si el matrimonio y la paternidad no le hubieran impuesto cargas. Como si para ¨¦l, arrobado por su n¨®mina de nueve millones de euros netos, la vida transcurriera sin novedades. A sus 29 a?os, Kak¨¢ pasa sus d¨ªas casi inadvertido en el vestuario del Madrid. Sin embargo, en los despachos del club han tenido noticias suyas. El rumor circula desde el gimnasio hasta el Bernab¨¦u pasando por la sede de ACS, aposento habitual del presidente, Florentino P¨¦rez: Kak¨¢ est¨¢ harto. Harto de no entrar en los planes de Jos¨¦ Mourinho.

"Es cosa del jugador y los m¨¦dicos", advierte el t¨¦cnico; "no se siente feliz"

El malestar comenz¨® el 13 de febrero. Los jugadores suelen repasar el calendario y distinguir entre partidos de calidad y de tr¨¢mite. Los de calidad son aquellos en los que hay mucho que ganar y poco que perder. El 13 de febrero, en Cornell¨¤, Kak¨¢ sinti¨® que hab¨ªa llegado su momento. Que, despu¨¦s de marcar goles contra el Getafe y la Real Sociedad, frente al Espanyol deb¨ªa jugar su partido lanzadera. El acontecimiento que le permitir¨ªa establecerse en el equipo que disputar¨ªa en Lyon la ida de los octavos de final de la Champions. No fue as¨ª. Mourinho le dej¨® en el banquillo. No le dio ni un solo minuto. Al regresar a Madrid, el brasile?o concluy¨® que su futuro estaba se?alado: para su entrenador, no era m¨¢s que un futbolista de acompa?amiento. Muchos jugadores toleran el meritoriaje con entereza. Pero los que han ganado un Bal¨®n de Oro no suelen acomodarse en esa categor¨ªa. Kak¨¢ considera que se ha ganado una consideraci¨®n especial. No est¨¢ dispuesto a ser la rueda de auxilio de nadie.

Despu¨¦s de dos semanas de disgusto observando c¨®mo Mourinho le ignoraba, lleg¨® el partido de Riazor. Kak¨¢ estaba desmoralizado. Hab¨ªa asistido al partido de Gerland sin poder salir del banquillo. No aguantaba m¨¢s. Su sustituci¨®n y el gesto despectivo de Mourinho en la banda le acabaron por humillar. Y dicen en el club que por aquella ¨¦poca hizo algo que desde que lleg¨® repite como una rutina social: llamar a Florentino P¨¦rez.

El presidente, cort¨¦s, le atendi¨® con el afecto especial que reserva a aquellos futbolistas que se encarg¨® personalmente de contratar. Kak¨¢ fue la piedra fundamental de su segundo proyecto al frente del club y siempre le escucha. Dicen que Kak¨¢ le manifest¨® que Mourinho no ha hecho nada por recuperarle. Nada por darle esperanzas de que volver¨¢ a ser un jugador incuestionable. Y dicen que el presidente le dio la raz¨®n.

Desde hace d¨ªas sus compa?eros le ven entrenarse sin ganas. Suele ocurrir con las grandes figuras cuando se sienten poco valoradas. Kak¨¢ ha perdido est¨ªmulos. Coincidiendo con esta situaci¨®n, se repiti¨® algo que ya hizo el a?o pasado. Acudir a los m¨¦dicos en busca de un buen parte. El resultado fue publicado en el tabl¨®n de anuncios de Valdebebas: "Sobrecarga de la cintilla del m¨²sculo iliotibial". El diagn¨®stico apunta a tres semanas de baja.

Mourinho fue todo lo expl¨ªcito que le permiti¨® su olfato ayer al mediod¨ªa. Nunca dijo que la decisi¨®n de quitarlo de la lista de Santander fuera suya: "Yo no tengo nada que contar. Es cosa de Kak¨¢ y el departamento m¨¦dico. A m¨ª me llega la informaci¨®n por parte del jugador de que tiene un peque?o dolor en el tensor que le limita sus movimientos, su agilidad y su condici¨®n en el campo. Que no se siente feliz cuando no siente que est¨¢ al m¨¢ximo. Y por esta raz¨®n, entre ¨¦l y el departamento m¨¦dico han decidido que para la autoestima del jugador y para su propia confianza lo mejor ser¨¢ que vuelva cuando est¨¦ convencido de que se encuentra absolutamente bien. Y yo, de verdad, lo prefiero as¨ª".

Kak¨¢ es el primero en manifestar ante el vestuario su sentimiento de desenga?o hacia Mourinho. Un s¨ªntoma de insatisfacci¨®n que puede extenderse si hoy el Madrid no gana en El Sardinero.