Las vidas que da un coraz¨®n sin pulso
Andaluc¨ªa extiende los trasplantes de fallecidos de paro cardiaco
"C¨®digo Alfa". El coordinador de trasplantes recibe la llamada de emergencias con un potencial donante en asistolia y activa el dispositivo. Los ¨®rganos proceden de personas que sufren una parada cardiorrespiratoria fuera del hospital y no responden a las t¨¦cnicas de reanimaci¨®n durante 15 minutos.
El hospital Virgen de las Nieves de Granada ha conseguido ya 11 donantes de estas carater¨ªsticas durante el programa piloto iniciado hace m¨¢s de un a?o. Se han conseguido nueve ri?ones, un h¨ªgado y el 40% del total de tejidos donados en 2010. Un centenar de personas se ha beneficiado. El ¨¦xito permitir¨¢ a la Consejer¨ªa de Salud ampliar este programa al resto de la comunidad. El pr¨®ximo centro en aplicarlo ser¨¢ el Virgen del Roc¨ªo de Sevilla, donde empezar¨¢n a hacerse donaciones en asistolia este a?o. Le seguir¨¢ el hospital regional de M¨¢laga.
"Es un esfuerzo del que hay que sentirse orgulloso", dice un coordinador
Estas donaciones son una alternativa al progresivo descenso de donaciones por muerte cerebral. "La gente sigue ingresando en las listas de espera [5.500 personas en toda Espa?a] y uno de cada diez fallece antes de recibir un ¨®rgano", recuerda el coordinador sectorial de trasplantes, Jos¨¦ Miguel P¨¦rez Villares. El desarrollo normativo y nuevas t¨¦cnicas de extracci¨®n y preservaci¨®n de ¨®rganos permiten impulsar esta compleja modalidad.
Hasta ahora se realizaban solo en grandes n¨²cleos urbanos, Madrid y Barcelona, pero la experiencia andaluza en Granada demuestra que no hay que descartar ciudades con menos poblaci¨®n de referencia. Logro?o tiene previsto ponerlo en marcha antes del verano.
La respuesta coordinada y ¨¢gil tanto del equipo extrahospitalario como del intrahospitalario, entrenado en maniobras de preservaci¨®n, facilita todo el proceso. "En los C¨®digo Alfa no se inventa, se sigue el protocolo", repite insistentemente el coordinador.
El equipo lo forman unos 50 profesionales que, por turnos, est¨¢n de guardia. Los tiempos son muy limitados. No se pueden superar los 15 minutos desde el aviso del 061 y el diagn¨®stico. En menos de hora y media debe llegar el fallecido a la UCI de Traumatolog¨ªa, donde espera un equipo compuesto por dos coordinadores de trasplantes, un cirujano cardiovascular y un enfermero de respuesta r¨¢pida.
Atender a los familiares, realizar las pruebas pertinentes para descartar enfermedades, conseguir la autorizaci¨®n judicial, el permiso de donaci¨®n y el consentimiento son tareas a contrarreloj. El cuerpo permanece en preservaci¨®n. Cuentan con dos horas o cuatro, seg¨²n el sistema de perfusi¨®n (introducci¨®n de l¨ªquidos) que se utilice.
Tras un a?o y un mes de funcionamiento, "hemos conseguido tener 13 posibles donantes, uno que se descart¨® por negativa familiar y otro que recuper¨® pulso y dej¨®, por tanto, de ser posible donante a paciente con parada cardiaca recuperada", explica P¨¦rez Villares.
Celadores, administrativos, polic¨ªas, agentes de la Guardia Civil, enfermeros, cirujanos... todos tienen un papel primordial y realizan un "esfuerzo del que hay que sentirse orgulloso", abunda Manuel Burgos, coordinador intrahospitalario.
La calidad de los ¨®rganos es buena, puesto que se trata generalmente de donantes m¨¢s j¨®venes (de siete a 60 a?os) que los de muerte cerebral, y est¨¢n muy bien seleccionados.
Los profesionales defienden la rentabilidad: "Si un paciente con di¨¢lisis cuesta unos 40.000 euros al a?o, tras un trasplante se reduce a 6.000, sin contar la calidad de vida que gana".
"El drama de mi alegr¨ªa"
Carlos Moreno-Torres (Granada, 1962) empieza a notar el "inmenso beneficio" del trasplante, pero hasta llegar a este momento ha recorrido un camino "complicado". "Todo es muy intenso y, aunque lo esperas, siempre te pilla por sorpresa", reconoce. Llevaba cinco a?os enfermo y dos en di¨¢lisis. "Ya no juego a la loter¨ªa de Navidad. Me toc¨®, no es justo que pida m¨¢s".
Hab¨ªa recibido varias alertas hasta que lleg¨® la suya. Cada una se vive con "emoci¨®n, esperanza y miedo". Pero el momento previo a la operaci¨®n lo recuerda casi dram¨¢tico. "Me temblaban las piernas y pens¨¦ que no me hab¨ªa dado tiempo a decirle nada a mis hijos, que estaban en el colegio".
Cuando se despert¨® en reanimaci¨®n sab¨ªa que ten¨ªa por delante d¨ªas aislados, con dolor y complicaciones que se convirtieron en un proceso "humanamente un poco duro". Adem¨¢s, "sab¨ªa que hab¨ªa sido asistolia y tuve muy en mente el drama que hab¨ªa significado mi alegr¨ªa". "No pod¨ªa agradec¨¦rselo a su familia, pero fue muy conmovedor".
Salir a la calle fue otro momento gratificante, aunque sin duda prefiere la llegada a casa y el abrazo de su hijo peque?o, de 11 a?os, que no hab¨ªa podido entrar a visitarlo ni un d¨ªa. Luego le contaron que, cuando se enter¨® de que trasplantaban a su padre, sali¨® corriendo a comprar una tarta de dieta para celebrarlo. "Pensaba que volver¨ªa en un rato, como al coche que le cambian el radiador", recuerda todav¨ªa emocionado. La tarta la congelaron.
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