Siempre nos quedar¨¢ Mosc¨²

"?A Mosc¨²!, ?a Mosc¨²"!: el grito vehemente de Irina Sergeievna que expresa el conmovedor y eterno anhelo de las tres hermanas Pr¨®zorov por escapar de sus existencias constre?idas en una vida de provincias volver¨¢ a sonar esta noche en el Teatre Lliure (Montju?c). Vuelve Les tres germanes, de Ch¨¦jov, que ya mont¨® Llu¨ªs Pasqual en la temporada 78-79, ahora dirigida por Carlota Subir¨®s con Alba Pujol como Irina, Mia Esteve como Maixa y Roser Cam¨ª como Olga. La propia Subir¨®s firma una adaptaci¨®n que suprime personajes -de 14 a 11, desaparecen los dos cadetes y Anfissa, la nodriza- y deja la representaci¨®n en algo menos de dos horas que se ofrecen de un tir¨®n. La traducci¨®n (directa del ruso) es de Miquel Cabal.

La directora se?al¨® ayer que Les tres germanes trata sobre c¨®mo asumir el propio fracaso, el descalabro de las ilusiones, las ambiciones y las expectativas. "Habla de la constataci¨®n de que los sue?os se quedan solo en eso, en sue?os". Record¨® que a Ch¨¦jov -"el Bach del teatro por su espiritualidad, nitidez y virtuosismo"- se le ha colgado el sambenito de pesimista que se recreaba con malsana languidez en un desesperanzado y trasnochado clima de fin de ¨¦poca. "Mi sensaci¨®n es precisamente lo contrario: creo que hay un incre¨ªble impulso optimista de seguir adelante, de transformaci¨®n. La met¨¢fora de Mosc¨² invita a huir de la vida peque?a, anquilosada y sin sentido". Subir¨®s cit¨® a Nabokov y su bella consideraci¨®n de que si los personajes de Ch¨¦jov tropiezan y se atascan es porque miran a las estrellas.

Apunt¨® que ese optimismo vital de Ch¨¦jov proviene de su condici¨®n de m¨¦dico. "Sus obras quieren ser curativas, atraviesan el dolor no para recrearse en ¨¦l, sino para buscar la salud". Subir¨®s ha optado por situar la obra en su contexto hist¨®rico. "No se puede trasladar ese universo militar que rodea el desasosiego de las hermanas sin desbaratar la trama, al igual que la relaci¨®n de los personajes con el trabajo". Para la directora es muy relevante la obsesi¨®n de los personajes con el paso del tiempo y lo que pensar¨¢n las generaciones futuras de ellos, algo que expresa especialmente el teniente coronel Verxinin, un Eduard Farelo que recuerda poderosamente al Ferm¨ª Reixach que hizo el papel hace 30 a?os (en el estreno de la obra en 1901 lo encarn¨® ?el propio Stanislavski!). El papel del capit¨¢n Soleoni lo hace Bernat Quintana, que no solo tiene un aire a lo Ch¨¦jov, sino que se ha le¨ªdo a Lermontov.