No est¨¢is invitados
Una obligaci¨®n moral de los ministros parece ser la de convertirse en propagandistas del gremio que presiden. As¨ª, el ministro de Sanidad presume de m¨¦dicos, el de Industria de empresas del ramo, el de Fomento de sus maravillosas constructoras y el de Cultura de sus artistazos. Carme Chac¨®n cumple con esta obligaci¨®n, pero en la conmemoraci¨®n de los 10 a?os de la supresi¨®n del servicio militar obligatorio trat¨® de forzar el relato para que se convirtiera en un homenaje a nuestro Ej¨¦rcito. Razones para presumir de ellos hay muchas: profesionalizaci¨®n, democratizaci¨®n, su entrega a causas humanitarias. Pero el final de la mili no fue un instante brillante.
En las televisiones, el acto se tint¨® de ternura nost¨¢lgica. La mili como oportunidad para muchos chavales de salir del pueblo, aprender a conducir, socializarse. Butrague?o, siendo ya una estrella del Madrid, rememor¨® c¨®mo su superior se le present¨® con la advertencia de que era del Aleti. C¨¢ndido M¨¦ndez recomend¨® a su hijo que hiciera la mili. Era tan color de rosa la celebraci¨®n, con tono de El club de la comedia, que hasta Trillo se ha quejado de que no le invitaran. Y tiene raz¨®n. Que fuera el PP quien finiquitara la mili sigue siendo un zarpazo en la autoestima de los socialistas. Demuestra que los programas de los partidos son l¨ªquidos, que unos y otros se adec¨²an al momento. Un art¨ªculo de Miguel Gonz¨¢lez nos recordaba que la supresi¨®n de la mili fue una concesi¨®n de Aznar a los convergentes catalanes en su idilio de investidura, mucho antes de que Espa?a se rompiera, claro.
A nadie se le ocurri¨® asociar la mili con los cientos de muertos en servicio. Ni invitar a tantos mozos que sirvieron de criados a sus superiores o perdieron miserablemente un tiempo gozoso de su vida que hubieran dedicado a amar, estudiar, viajar, antes que a tirarse cuerpo a tierra o armar el cetme. Nadie invit¨® a los familiares de tantos reclutas que se quitaron la vida en alg¨²n instante de angustia o humillaci¨®n. Y a nadie se le ocurri¨® recordar que la mili se suprimi¨® por la resistencia civil de objetores e insumisos que escribieron un ya basta sobre ese cap¨ªtulo de nuestra historia.
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