Caminos de la autoficci¨®n

La visita a la exposici¨®n de Loreto Mart¨ªnez Troncoso (Vigo, 1978) se convierte en un ejercicio de invitaci¨®n, de presentaci¨®n en suspenso, con el objetivo de comprender e identificar al p¨²blico, irremediablemente, como parte activa de su discurso. El mensaje se dirige a una muestra alimentada en el recorrido, donde el espectador debe participar, recomponer y releer fragmentos, en definitiva, expandir la palabra de la artista. Todo narrado en un presente continuo, un aqu¨ª y ahora exteriorizado en la primera planta del MARCO a modo de proyecto pensado desde la reflexi¨®n expositiva, a modo de estado de la cuesti¨®n de lo que significa ser p¨²blico. De esta forma, su trabajo se encamina siempre a un nosotros pr¨®ximo del que solicita su atenci¨®n y complicidad, como viene siendo habitual en su trayectoria, donde los transcursos y las acciones, el tiempo y el proceso, poseen m¨¢s importancia que los resultados. Los componentes de la palabra, la lengua escrita o hablada, y recursos como la conferencia, la disertaci¨®n o la cita configuran sus estrategias dirigidas al receptor, su desv¨ªo art¨ªstico contracorriente, significado desde la reflexi¨®n del propio trabajo en una suerte de autoficci¨®n que nace de lo real para volver sobre la realidad, para revisar los procesos y lenguajes art¨ªsticos. Esa dimensi¨®n de no finalizar en un ¨²nico estado ni alcanzar ninguna etiqueta, evitar objetivos ¨²nicos, junto a la deliberada dispersi¨®n en proyectos colectivos, convierten a Loreto Mart¨ªnez en una de las artistas m¨¢s interesantes del momento actual.

El lenguaje y la construcci¨®n de situaciones componen una propuesta expositiva proyectada a modo de espejo, tanto de la forma de trabajar como del modo de pensar y cuestionar. El montaje m¨ªnimo de piezas, de resultados en suspenso, potencia esta exposici¨®n pendiente del interruptor de cada visitante, el gesto y mirada sobre las obras, dispuestas en diferentes estados: pensamientos escritos sobre la pared ("hay algo que me afecta y necesito reaccionar"), una peque?a biblioteca con t¨ªtulos de Dostoievski, Kafka o Vila-Matas, piezas sonoras (En la noche, 2010), ediciones, proyecciones de im¨¢genes (Pela estrada f¨®ra, 2011) o instalaciones. Todas remarcan la ejecuci¨®n acumulada que resume un campo pret¨¦rito de experiencias y acciones, de obras que surgen a partir de pr¨¢cticas muchas veces colectivas, desde talleres a convivencias. Resulta sorprendente c¨®mo algunos de los trabajos, seleccionados desde 2009 hasta la actualidad, poseen una suerte de nueva traducci¨®n, ampliando su significado, donde el presente adquiere la categor¨ªa de componente fundamental. La temporalidad articula el recorrido, elemento cr¨ªtico traducido desde la memoria, la identidad, la pr¨¢ctica, como bien resume la instalaci¨®n ex profeso [Sobre el miedo, esbozo#1] (2011), donde concreta el lenguaje, la voz, el testimonio, la vida.

Con esta exposici¨®n, que inaugura el Proyecto Entrar en la Obra, comisariado por Agar Ledo e I?aki Mart¨ªnez, se reafirman los giros en la programaci¨®n del MARCO, la tendencia hacia exposiciones producidas y la b¨²squeda de relatos que afectan al proceso y construcci¨®n del espectador. Objetivos de secuenciar problem¨¢ticas que comparten mensajes con la obra de Loreto Mart¨ªnez Troncoso, inherentemente pegada al p¨²blico.