Los nuevos ancestros
La danza moderna surge de una paradoja. Isadora Duncan, en la g¨¦nesis del siglo XX, mir¨® lo m¨¢s atr¨¢s que pudo y se trajo desde la Grecia de la sabidur¨ªa los preceptos de unos bailes ciertamente primitivos pero poderosamente aut¨¦nticos, que no se hab¨ªan contaminado todav¨ªa con la tiran¨ªa de la t¨¦cnica ni obsesionado con la perfecci¨®n y la l¨ªnea, las dietas estrictas y los castigos corporales. Eran danzas libres conectadas con lo mundano y hedonista, relacionadas con las bacanales y el puro placer de danzar. En la antig¨¹edad hall¨® respuestas a las inc¨®gnitas de la modernidad. Reclamaba Isadora esa libertad. Pero ser¨ªa inexacto decir que imitaba o reproduc¨ªa las danzas hel¨¦nicas. Lo que de verdad les robaba era el esp¨ªritu, el modelo, la filosof¨ªa. Ahora, cien a?os m¨¢s tarde, la m¨¢xima de Isadora sigue vigente. Los artistas m¨¢s arriesgados parecen querer hurgar en las entra?as y ra¨ªces de la danza misma, entrando en di¨¢logo con los ancestros para, desde las tradiciones, sacar a la luz una nueva modernidad.
"Aqu¨ª cabe todo, desde lo cotidiano y actual hasta el libro del 'Apocalipsis', asegura Israel Galv¨¢n"
"Suelen llamarme el core¨®grafo flamenco, pero resulta que soy mitad marroqu¨ª y mitad belga", sentencia Cherkaoui
Akram Khan (Londres, 1974), creador indio-brit¨¢nico, mezcla con inteligencia la danza kathak, tradicional del norte de la India, con la m¨¢s pura contemporaneidad. Israel Galv¨¢n (Sevilla, 1973) ha traspasado el tupido velo que separaba al flamenco del riesgo y la innovaci¨®n, desafiando a los aguerridos cultores de un arte muy cerrado. El colectivo Les Slovaks, anclado en Bruselas, retoma las rotundas danzas folcl¨®ricas de Eslovaquia, a las que aplica improvisaci¨®n y contacto. Sidi Larbi Cherkaoui (Amberes, 1976), inquieto core¨®grafo belga-marroqu¨ª, no hace m¨¢s que reinventar el pasado y colocarlo al servicio de sus deslumbrantes espect¨¢culos h¨ªbridos. Son ellos los insumisos, los nuevos sacerdotes de Isadora en el templo de la globalizaci¨®n. Todos han conectado con la sensibilidad del momento desde la tradici¨®n. Todos tienen ¨¦xito. Todos giran copiosamente. Tanto es as¨ª que esta temporada coinciden en Espa?a.
"Me gusta ir a la fuente, averiguar de d¨®nde vienen las cosas, disfruto escarbando y buscando etimolog¨ªas, saber d¨®nde estaban esas cosas hace cien a?os", asegura convencido Sidi Larbi Cherkaoui, que, con su compa?¨ªa Eastman, lleva a Barcelona su espect¨¢culo Babel (words), ya visto en Madrid. "Con Akram Khan hablamos mucho de esto cuando montamos juntos zero degrees (2005), que investigaba en la danza kathak. Encontr¨¢bamos que hab¨ªa notables coincidencias con el ballet cl¨¢sico y descubrimos que el kathak que nos estaba llegando ya ven¨ªa contaminado, que en una ¨¦poca muchos bailarines indios vinieron a Occidente a ver ballet y se llevaron algunos pasos y poses a su propia danza. Y es que nada se queda como es, todo se transforma. Gran parte de mi trabajo tiene que ver con estas ideas de permanencia y transformaci¨®n de las tradiciones".
El kathak de Akram Khan, intencionadamente, es tambi¨¦n h¨ªbrido e impuro. De la milenaria danza que aprendi¨® cuando era ni?o, de la mano de su madre y del maestro Sri Pratap Pawar, conserva, c¨®mo no, el aire ex¨®tico, pero sobre todo aprovecha sus posibilidades en cuanto a velocidad, virtuosismo, precisi¨®n y estilo para acercarlo a la danza contempor¨¢nea, y crear un personal c¨®digo esc¨¦nico, perfectamente reconocible en sus espect¨¢culos en solitario como Gnosis (2009) o Desh, su nueva pieza en proceso, y en sus coreograf¨ªas grupales como Kaash (2002), ma (2004), bahok (2008) o Vertical Road, la m¨¢s reciente y tambi¨¦n la m¨¢s espiritual, con la que llega a Barcelona esta semana y a Sevilla en dos. "Adoro el arte de contar historias a trav¨¦s del rico vocabulario del kathak", suspira el core¨®grafo. "Me seduce su construcci¨®n r¨ªtmica de la danza. Su est¨¦tica es humana y mec¨¢nica al un¨ªsono, es informe y al mismo tiempo formal, es como el agua".
"Algunos expertos pueden no estar de acuerdo", advierte Akram Khan, "pero yo coincido con los investigadores que aseguran que hay una conexi¨®n entre el kathak y el flamenco espa?ol. Me parece tan obvio. No es solamente similar en la forma f¨ªsica sino en la relaci¨®n que se establece entre el bailar¨ªn y los m¨²sicos, en la manera de usar los elementos r¨ªtmicos, en el zapateado". A su vez, el mismo flamenco est¨¢ pasando por un revelador proceso de contaminaci¨®n, que ha cogido por sorpresa, cuando no por disgusto, a los m¨¢s puristas. Hay, especialmente por Espa?a, quien ha estimado chocante, atrevido, incluso sacr¨ªlego, que un belga como Sidi Larbi se deslizara, junto a otra rompedora, la bailaora Mar¨ªa Pag¨¦s, por los vericuetos del flamenco en Dunas (2009). Pero los adversarios quiz¨¢ no repararon en que el core¨®grafo belga estaba siendo consecuente con su propio proceso, que le ha llevado a investigar en artes milenarias como el kung-fu, en su sorprendente Sutra (2008) para 17 monjes del templo Shaolin; en el kathak con Akram Khan o en los meneos p¨¦lvicos africanos, en Bound Southern Comfort, su colaboraci¨®n con el creador surafricano Gregory Maqoma. "A veces, Mar¨ªa quer¨ªa ense?arme y yo le dec¨ªa que no, que yo no quiero ser bailaor, sino moverme en armon¨ªa con el flamenco, respetando sus reglas, pero sin quedarme prisionero en ese lenguaje de danza".
El caso es puntual, es ex¨®tico. Pero desde dentro, del coraz¨®n mismo de Sevilla, ha surgido al un¨ªsono otra voz imponente que ha reinventado el flamenco y lo ha conectado con los grandes centros de la danza moderna internacional. Israel Galv¨¢n triunf¨® antes en el Festival de Avi?¨®n que en la Bienal de Flamenco de Sevilla. Era, de jovencito, la gran promesa, hasta que se le ocurri¨® torcerse. "A mis padres, que dirigen una escuela de flamenco, les gustaba m¨¢s lo que hac¨ªa antes, estaban muy orgullosos, pero cuando cambi¨¦ y abandon¨¦ la l¨ªnea m¨¢s tradicional de baile sintieron que su hijo se estaba perdiendo. Las primeras cr¨ªticas fueron muy duras. Hoy estoy convencido de que como bailaor tradicional a lo mejor no hubiese llegado a ning¨²n lado", dice con modestia este singular core¨®grafo y dotado bailar¨ªn que sigue rodando uno de sus primeros ¨¦xitos, La edad de oro (2005), que se ver¨¢ en el Festival C¨¢diz en Danza este abril, mientras se prepara para estrenar en Espa?a su nuevo solo La curva, en Tenerife primero y en el inminente Festival de Oto?o (en primavera), de Madrid, en mayo. "Tradicionalmente, el flamenco vale por s¨ª solo, pero con Antonio Gades y Antonio, el bailar¨ªn, se teatraliz¨®. Carmen, el Quijote, Don Juan empezaron a ser historias para el flamenco, que comenz¨® a reclamar su derecho de tocar y abordar todos los temas. Descubr¨ª con ellos que aqu¨ª cabe todo, desde lo cotidiano y actual hasta el libro del Apocalipsis", dice refiri¨¦ndose a su aplaudido e inquietante solo El final de este estado de cosas (redux) (2008), que se inspira en el oscuro libro b¨ªblico y en la desoladora pel¨ªcula Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola.
La globalizaci¨®n y el desplazamiento cultural que entra?a tienen su cuota de responsabilidad en este di¨¢logo con los ancestros, que implica conocimiento profundo y capacidad de riesgo. Les Slovaks, un equipo de cinco amigos bailarines de Eslovaquia, son un buen ejemplo. Est¨¢n en Bruselas, han bailado en compa?¨ªas punteras de la vanguardia belga, pero lo que hacen solamente lo pueden hacer ellos. De ni?os bailaban juntos danzas folcl¨®ricas en su pa¨ªs y expandieron esa larga experiencia aliment¨¢ndola con los nuevos lenguajes que les ofreci¨® B¨¦lgica. El resultado es una amalgama imposible de lenguajes que ellos mismos han bautizado como Nueva Danza Tradicional, toda una corriente que aqu¨ª en Espa?a se puede aplicar a la Nova Galega de Danza. Opening Night (2007), la primera coreograf¨ªa de Les Slovaks, cosech¨® ovaciones, y ahora, su segunda incursi¨®n, Journey Home, que clausura el Festival C¨¢diz en Danza y emprende gira por Tenerife, Santiago de Compostela y Ferrol, no es m¨¢s que la reafirmaci¨®n de un modo esc¨¦nico de decir, que inequ¨ªvocamente ya trae impl¨ªcito el asunto de la identidad cultural, un tema que es preocupaci¨®n y obsesi¨®n de todos estos creadores, especialmente de Akram Khan y Sidi Larbi. "A m¨ª suelen llamarme el core¨®grafo flamenco", sentencia Cherkaoui, "pero resulta que yo soy mitad marroqu¨ª y mitad belga. Damien Jalet, con quien monto mis piezas, es franc¨®fono val¨®n. Antony Gormley, el escultor que nos hizo la escenograf¨ªa de Babel (words), es brit¨¢nico. ?Cu¨¢nto de flamenco hay en mis espect¨¢culos?", se pregunta sabiendo la respuesta.
Akram Khan. Vertical Road, del 17 al 20 de marzo, en el Mercat de les Flors (Barcelona), y 25 y 26 de marzo, en el Teatro Central (Sevilla). Sidi Larbi. Babel (words), del 15 al 17 de abril, en el Mercat de Les Flors. Israel Galv¨¢n. La edad de oro, el 27 de abril, en el Festival C¨¢diz en Danza, y La curva, 29 y 30 de abril, en Tenerife, y en mayo, en el Festival de Oto?o, de Madrid. Les Slovaks. Journey Home, en Tenerife, el 25 de abril; en el Festival C¨¢diz en Danza, el 1 de mayo; en Santiago de Compostela, el 5, y en Ferrol, el 8 de mayo.
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