Cuesta abajo y pegando tumbos

Hay algo chejoviano en el comienzo de esta comedia desencantada del autor David Mamet, en esas parrafadas insustanciales trufadas de sentencias con las que el chamarilero Donny Dubrow pretende aleccionar a Bobby, su protegido. Tambi¨¦n Teach, el ladronzuelo oportunista, lo pone todo perdido de palabras para no decir lo que piensa: lleva la verdad por debajo del discurso. En American Buffalo pasa poca cosa: la vida cotidiana, aunque parece que siempre est¨¢ a punto de pasar algo grande. Sus protagonistas hablan mucho para no reventar: hace tiempo que tocaron fondo y no saben c¨®mo salir de all¨ª. La aparici¨®n de un coleccionista de monedas que paga 90 euros por una con un b¨²falo troquelado, espolea su imaginaci¨®n y desata una espiral de sospechas y malentendidos con final imprevisible.

Julio Manrique, protagonista tiempo ha en Par¨ªs de un montaje de Peter Brook, ha orquestado un espect¨¢culo minucioso, atento sobre todo a la interpretaci¨®n, al conflicto y al ritmo, como a Mamet le gusta, pero tambi¨¦n a la necesidad de crear una verdad esc¨¦nica tan fuerte como la realidad. La escenograf¨ªa de Lluc Castells e Irene Mart¨ªnez recrea una tienda tan atiborrada de trastos usados que para Teach es dif¨ªcil circular entre ellos sin llevarse alguno por delante en la interpretaci¨®n huracanada de Marc Rodr¨ªguez. La luz de Jaume Ventura, fijada in situ con l¨¢mparas dom¨¦sticas, y la estupenda selecci¨®n musical de Dani Aznar (que en cada momento proviene de puntos de emisi¨®n diferentes) terminan por hacer del escenario un lugar hiperreal, tallado casi tan al detalle como las escenograf¨ªas documentales de los espect¨¢culos del let¨®n Alvis Hermanis y su Jaunais Riga Teatris.

El trabajo de los tres actores, gradado con metr¨®nomo (un pizzicato ahora, luego un crescendo, finalmente un estallido de fuegos artificiales), da cr¨¦dito a la actitud permanentemente recelosa de Teach, a la opacidad mental de Bobby (Pol L¨®pez) y a la frustraci¨®n introspectiva de Donny, que interpretado por Iv¨¢n Benet es una caldera humana a presi¨®n sin v¨¢lvula de escape: al mal tiempo pone perenne cara de p¨®quer. La caracterizaci¨®n de Ignasi Ruiz hace de ellos un tr¨ªo genuinamente estadounidense, al borde del ataque de nervios en la segunda parte, cuando est¨¢n preparando lo que creen ser¨¢ un gran golpe de mano. A American Buffalo le va este tipo de trabajo, que roza por momentos el hiperrealismo sucio, siempre dentro de una estilizaci¨®n formal en la que cabe una ir¨®nica pantomima silenciosa con sombreros (montada sobre la m¨²sica del tango Cambalache), que nos vuelve a hacer pensar en el l¨ªmpido trabajo de Hermanis.