La Ertzaintza vuelve a protestar en la calle
La manifestaci¨®n convocada para el martes por los sindicatos refleja el desasosiego que afecta a la Polic¨ªa vasca - La ¨²ltima reivindicaci¨®n multitudinaria se remonta a 1998
Casi dos a?os despu¨¦s del relevo en Ajuria Enea, los ertzainas escenificar¨¢n pasado ma?ana en la calle el malestar que impera en la plantilla tras unas perspectivas de cambio defraudadas. Cientos de agentes, convocados por cuatro (Erne, Esan, Sipe y Euspel) de los seis sindicatos de la Polic¨ªa vasca, se manifestar¨¢n por Bilbao para reivindicar un nuevo convenio, ya que el actual suma casi cuatro a?os prorrogado. Tratar¨¢n de denunciar tambi¨¦n el talante "autoritario" del consejero de Interior, Rodolfo Ares, a quien acusan de "falta de voluntad negociadora". Ser¨¢ la principal protesta desde 1998, cuando cerca de 2.000 efectivos del Cuerpo protagonizaron una movilizaci¨®n similar.
Los cambios de Ares no han satisfecho las expectativas que ten¨ªa la plantilla
Las centrales critican el talante "autoritario" del consejero
La falta de dinero ha limitado la negociaci¨®n del departamento
El endurecimiento de posturas ha llevado la disputa al plano p¨²blico
La manifestaci¨®n es reflejo de la compleja situaci¨®n que atraviesa la Ertzaintza. La ruptura entre los representantes de la plantilla y la consejer¨ªa es casi total a d¨ªa de hoy. Las modificaciones impulsadas por Ares distan de las previstas por unos sindicatos que hab¨ªan puesto su ilusi¨®n en el relevo del anterior titular del departamento, Javier Balza, con el que los enfrentamientos fueron tambi¨¦n constantes y sonados. Pero el escenario actual es m¨¢s desolador si cabe, debido a la desmotivaci¨®n imperante. No en vano, las expectativas depositadas derivaron inicialmente en un desenga?o que ha degenerado en malestar y en la convocatoria del principal acto de protesta en 13 a?os.
La fecha no es casual, pese a que el descontento generalizado no es reciente y se remonta en el tiempo. Las centrales otorgaron una especie de a?o de gracia al consejero para que perfilara las l¨ªneas maestras de su mandato. El fin del per¨ªodo previsto, sin embargo, apenas concedi¨® una oportunidad de reacci¨®n a los sindicatos antes de la campa?a electoral que afrontaron en octubre. No ten¨ªa sentido plantear una respuesta a largo plazo en un marco temporal tan limitado. La atomizaci¨®n de fuerzas derivada de los comicios forz¨® una unidad de acci¨®n, como estrategia de negociaci¨®n frente a Interior, de la que solo se descolg¨® inicialmente ELA.
Los avances, sin embargo, han sido limitados desde entonces. Los representantes de la plantilla entregaron en enero al titular de Interior un documento con 18 reivindicaciones consensuadas, pero la situaci¨®n econ¨®mica aprieta y Ares no est¨¢ dispuesto a negociar con los representantes de la plantilla acuerdos que puedan conllevar un importante desembolso econ¨®mico. Como trasfondo late la indisposici¨®n del consejero a que las centrales adopten las decisiones pol¨ªticas de su departamento, como entiende que acostumbraron a hacer durante las anteriores legislaturas. Los sindicatos sostienen, por su parte, que ante una posici¨®n tan herm¨¦tica, "de poco se puede debatir".
El resultado de tal distanciamiento no ha tardado en evidenciarse y en dibujar un escenario sindical dif¨ªcil de imaginar hace tan solo unos meses. Erne, Esan y Sipe, con el apoyo de Euspel, han abandonado la mesa de negociaci¨®n y el consejo de la Ertzaintza, donde se debaten las cuestiones laborales y econ¨®micas de los agentes. En el segundo de los ¨®rganos solo permanece ELA, pese a los desencuentros que mantiene con el Gobierno socialista en otros sectores de la Administraci¨®n. En el primero, tambi¨¦n CC OO. Curiosamente, las dos ¨²nicas centrales confederales del Cuerpo.La unidad de acci¨®n ha endurecido una oposici¨®n sindical que se entend¨ªa l¨®gica en el marco de la campa?a electoral de finales de 2010, pero que resulta m¨¢s dif¨ªcil de argumentar a posteriori. El resultado de los comicios, sin embargo, apunta una posible tendencia de futuro que justifica una batalla a largo plazo y una lucha de los sindicatos sectoriales por posicionarse como el principal azote de la consejer¨ªa. Si Erne necesita ratificar su imagen beligerante para evitar las acusaciones de seguidismo y consolidarse como la primera fuerza, Esan aspira a liderar la cr¨ªtica nacionalista al departamento. Sipe, por su parte, ha adquirido con sus demandas en los tribunales un protagonismo del que hasta ahora carec¨ªa.
El escenario, pese a todo, no es para Interior tan hostil como en principio sugiere. En la consejer¨ªa son conscientes de que tras la aparente unidad de acci¨®n sindical laten importantes discrepancias entre las centrales que dificultar¨¢n el mantenimiento de una posici¨®n conjunta. La atomizaci¨®n de fuerzas, adem¨¢s, ha convertido los ¨®rganos de negociaci¨®n en una especie de jaula de grillos que fortalece las tesis de Ares. En el departamento comprenden la "frustraci¨®n" que ha podido invadir a los agentes que confiaban en una soluci¨®n definitiva a los problemas estructurales de la Ertzaintza, pero esgrimen que adem¨¢s de dinero, los cambios requieren tiempo.
El consejero tiene como aval los acuerdos a los que ha llegado con los sindicatos en los dos ¨²ltimos a?os, entre los que destacan la renovaci¨®n del vestuario laboral de los ertzainas, la rebaja de la edad de jubilaci¨®n a los 60 a?os o el reconocimiento de los seis d¨ªas libres para asuntos propios de los agentes. Logros que esgrime como ejemplo de que la imagen de conflicto que intenta trasladar la mayor¨ªa sindical "realmente no existe". Quiz¨¢ por ello, Ares no ha dudado en endurecer tambi¨¦n su cr¨ªtica a las centrales con acusaciones p¨²blicas de "mentiras" y "manipulaci¨®n" que no se recordaban desde la ¨¦poca de Balza.
Hasta la sede del PSE en Bilbao
La manifestaci¨®n prevista para el pr¨®ximo martes, en Bilbao, aspira a ser multitudinaria, pese a que no se celebrar¨¢ en el horario m¨¢s c¨®modo, para adaptarse a la jornada laboral de los
ertzainas.
La marcha comenzar¨¢ a las diez de la ma?ana desde la plaza del Sagrado Coraz¨®n y recorrer¨¢ la Gran V¨ªa hasta la Plaza Moyua, donde se desviar¨¢ por la Alameda Rekalde para finalizar, tres cuartos de hora m¨¢s tarde, ante la sede del PSE. Es el lugar simb¨®lico que han elegido los sindicatos para mostrar su malestar al partido que sustenta el Gobierno, al que consideran responsable de su situaci¨®n.
Erne, Esan, Sipe y Euspel, como centrales organizadoras de la protesta, se han marcado como "logro" el modesto objetivo de superar los 500 participantes, aunque algunas fuentes sindicales no descartan superar el millar e incluso aproximarse a los 2.000 de hace 13 a?os. Resultar¨¢ casi imposible superar esa cifra, pese a que el Cuerpo lo integran en la actualidad m¨¢s agentes. A tres cuartas partes de la plantilla le coincidir¨¢ la manifestaci¨®n con su horario de trabajo y buena parte del resto solo tendr¨¢ la oportunidad de participar tras finalizar su turno de noche, con el consecuente desgaste f¨ªsico.
Tampoco Interior ha facilitado la participaci¨®n. En una decisi¨®n "sin precedentes", seg¨²n las centrales, la consejer¨ªa ha fijado para el mismo d¨ªa la obligatoria celebraci¨®n de los consejos de las distintas unidades que integran la Ertzaintza, lo que imposibilitar¨¢ tomar parte en la marcha a cerca de 300 altos cargos. Como r¨¦plica a las trabas, y conscientes de la relevancia simb¨®lica del acto, los sindicatos han decidido fletar autocares para acercar hasta Bilbao a los agentes de otras provincias. Cerca de una decena partir¨¢n desde San Sebasti¨¢n, Ir¨²n, Vitoria, Laguardia y Castro Urdiales.
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