Lula torpedea la visita de Obama

Aunque ya es solo expresidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva se ha convertido en protagonista de la visita a Brasil de Barack Obama por su negativa a acudir al almuerzo que la presidenta del pa¨ªs, Dilma Rousseff, ofreci¨® ayer a su colega norteamericano y en el que participaron todos los dem¨¢s jefes de Estado que esta democracia ha tenido desde su inicio. Este episodio se suma a otras pol¨¦micas cancelaciones que han dejado en evidencia las tensiones entre Brasil y Estados Unidos y pueden arruinar este viaje.

La presidenta Rousseff suspendi¨® la conferencia de prensa conjunta con Obama, probablemente para evitar preguntas inc¨®modas sobre la actitud de Lula y sobre la negativa del presidente norteamericano de respaldar la candidatura brasile?a para ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Las declaraciones de ambos destacando la voluntad de intensificar sus lazos econ¨®micos se vieron silenciadas por las pol¨¦micas y por la candente actualidad internacional en otras latitudes.

Brasilia est¨¢ molesta por la falta de apoyo para sentarse en el Consejo de Seguridad

Cancelado el acto de masas de Obama que estaba previsto para hoy en R¨ªo

Obama cancel¨®, a su vez, el discurso que hoy ten¨ªa previsto pronunciar al aire libre en la plaza Cinelandia de R¨ªo de Janeiro ante 40.000 personas, en lo que se esperaba como uno de los hitos de esta gira, un gran acontecimiento de masas que deb¨ªa certificar la popularidad del presidente norteamericano en Brasil y en Am¨¦rica Latina.

En lugar de eso, Obama tendr¨¢ que conformarse con una intervenci¨®n en un teatro cerrado con un aforo de 2.400 personas.

Pese a que no se ha dado una explicaci¨®n oficial de ese cambio, parece relacionado con las manifestaciones de rechazo a Obama y a Estados Unidos que el viernes tuvieron lugar en R¨ªo y que pod¨ªan reproducirse con mayor fuerza hoy. La presidenta Rousseff hab¨ªa pedido a los miembros de la principal organizaci¨®n de la izquierda brasile?a, el Partido de los Trabajadores, que no participaran en manifestaciones contra la visita del presidente norteamericano. Lula mantiene una considerable influencia sobre esa formaci¨®n.

Estos sucesos han empa?ado una visita que Estados Unidos consideraba crucial para incrementar su presencia pol¨ªtica y econ¨®mica en este gigante sudamericano, donde en los ¨²ltimos a?os ha ido paulatinamente perdiendo terreno en beneficio de China. Lula, que fue en gran parte responsable de ese alejamiento norteamericano durante su presidencia, parece ahora ejercer tambi¨¦n un papel en la sombra para dificultar la reconciliaci¨®n que busca Rousseff.

La negativa a participar en el almuerzo de ayer, adem¨¢s de un gesto contra Obama, es una descortes¨ªa para la propia presidenta brasile?a, que fue quien curs¨® la invitaci¨®n. Todos los dem¨¢s expresidentes, Fernando Henrique Cardoso, Itamar Franco, Fernando Collor de Melo y Jos¨¦ Sarney, acudieron al encuentro, celebrado en el palacio de Itamaraty.

En la declaraci¨®n que sustituy¨® a la conferencia de prensa, Rousseff elogi¨® protocolariamente "el legado de Lula" y su esfuerzo por "rescatar a los marginados", pero desde su llegada al poder, con una pol¨ªtica menos ideol¨®gica y m¨¢s pragm¨¢tica, ha hecho varios gestos de aproximaci¨®n que Washington ha recibido con gran esperanza. Esos gestos no suponen a¨²n, sin embargo, una ruptura con la pol¨ªtica de su antecesor, que mantiene, por ejemplo, gran influencia en la conducci¨®n de las relaciones con Am¨¦rica Latina -especialmente con Cuba y Venezuela- gracias a la permanencia en el actual Gobierno de su estrecho amigo y colaborador Marco Aurelio Garc¨ªa. Brasil fue uno de los cinco pa¨ªses que se abstuvo el jueves en la votaci¨®n en la que la ONU autoriz¨® el uso de la fuerza en Libia.

En esas circunstancias, no se ha despejado del todo el camino para que Estados Unidos respalde la presencia de Brasil en el Consejo de Seguridad como miembro permanente. El Gobierno de Brasilia confiaba en que lo hiciera despu¨¦s de que el a?o pasado manifestara en Nueva Delhi su apoyo a las id¨¦nticas aspiraciones de India. Son, sin embargo, dos casos distintos: en India, Estados Unidos puede encontrar un contrapeso a China, mientras que, hasta ahora, Brasil ha definido su pol¨ªtica exterior en contrapunto a Washington.

Eso se consum¨® en los ¨²ltimos dos a?os pese a los esfuerzos de Obama de acercarse a Lula. Lula fue, en marzo de 2009, el primer presidente sudamericano recibido en el Despacho Oval, donde Obama dijo que siempre hab¨ªa sido "un gran admirador de Brasil y un gran admirador del liderazgo progresista que el presidente Lula ha demostrado en Am¨¦rica Latina y en el mundo". Unos d¨ªas despu¨¦s, cuando ambos se encontraron en la cumbre del G-20 en Londres, Obama describi¨® a Lula como "el pol¨ªtico m¨¢s popular de la Tierra" y se fotografi¨® junto a ¨¦l haciendo el siguiente comentario: "Este es mi hombre, amo a este hombre".

Lula le contest¨® reuni¨¦ndose con el presidente de Ir¨¢n, Mahmud Ahmadineyad, y votando en contra de las sanciones a ese pa¨ªs aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Lula hab¨ªa recibido dos veces a George Bush en Brasil durante su presidencia y permaneci¨® en Cuba, sin hacer comentarios de condena, cuando le sorprendi¨® all¨ª la muerte tras una huelga de hambre del preso pol¨ªtico Orlando Zapata.