El at¨²n m¨¢s internacional
La empresa familiar de conservas Calvo factura 500 millones de euros y ya vende sus productos en 65 pa¨ªses
La presi¨®n del bajo coste en los pa¨ªses asi¨¢ticos y un acuerdo arancelario de la UE con Pap¨²a Nueva Guinea ha puesto en jaque a la industria conservera espa?ola de productos del mar. Un enjambre de 147 pymes sostiene una actividad que emplea a 15.400 personas. Los ingresos del sector en 2010, de 1.324 millones, apenas mejoraron los registros de ventas anteriores. En esos mares navega el grupo Calvo, que asegura haber superado la crisis que en 2006 estuvo a punto de provocar la venta de la empresa con sede en Carballo (A Coru?a).
Optaron entonces por dar un giro en la gesti¨®n e integrar plenamente a la tercera generaci¨®n familiar. El resultado es que desde hace un lustro sus ventas aumentan: en 2010 alcanzaron los 500 millones, un 17% sobre las registradas en 2009. Man¨¦ Calvo, nieto del fundador, ha tomado las riendas como consejero delegado de un grupo con 3.500 empleados, 10 buques y cuatro f¨¢bricas que preside su t¨ªo Jos¨¦ Luis. Contin¨²an confiando en el eslogan "at¨²n claro, Calvo", que el fallecido Luis Calvo ide¨® en 1979, convirtiendo una sencilla frase en una de las m¨¢s rentables de la historia publicitaria espa?ola.
El grupo tiene 3.500 empleados, diez barcos y cuatro f¨¢bricas
"A Calvo le va muy bien en el exterior, ya estamos en 65 pa¨ªses", dice Man¨¦, lo que les permite seguir creciendo a buen ritmo. "En Espa?a, como marca no nos va mal pese a que la producci¨®n se ha puesto cuesta arriba. Trabajamos con una moneda car¨ªsima y alejados de los centros atuneros mundiales. Aun as¨ª, somos l¨ªderes con un 16% del mercado de at¨²n claro". Un dato llamativo teniendo en cuenta que el 75% de las ventas est¨¢ en manos de las marcas blancas. "Respetamos la marca blanca, pero no producimos para ellas. Si lo hici¨¦semos, nuestro discurso no tendr¨ªa credibilidad". Se refiere a "aplicar unas determinadas condiciones laborales en la flota, a invertir en seguridad". En suma, mantener unos gastos de explotaci¨®n que no les permiten competir por precio.
Tambi¨¦n son l¨ªderes en Brasil, y en Italia, su marca Nostromo es la segunda, con un 12% de cuota. Aunque entre el 45% y el 55% de lo que vende Calvo no es at¨²n, sino mejill¨®n, sardina y otras conservas. En su f¨¢brica de Esteiro (A Coru?a) ensayan nuevos productos: platos preparados, fabada, caldo gallego y pat¨¦s.
Sobre el at¨²n, Man¨¦ niega que los recursos est¨¦n amenazados. Pero hay tempestades en el horizonte, seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco). La Uni¨®n Europea, que hasta ahora firmaba con terceros pa¨ªses los llamados "sistemas de preferencias generalizadas", exigiendo a los proveedores que quisiesen colocar conservas en el continente una serie de condiciones, se ha "saltado", seg¨²n la patronal, todas las garant¨ªas en un pacto con Pap¨²a Nueva Guinea. "Cualquier pescado capturado por cualquiera y reprocesado en Pap¨²a puede llegar a cualquier punto de Europa libre de aranceles", denuncia Calvo. La compa?¨ªa ha empezado a aplicar un plan estrat¨¦gico, aunque se avecinan movimientos en el accionariado. Novacaixagalicia tiene el 11% de Calvo. Otro 11% est¨¢ en manos de varias cajas y el resto pertenece a la familia. Con el mapa financiero tan revuelto, no descartan una salida de las entidades de ahorro. "Si venden, tendremos que decidir qu¨¦ hacer. No s¨¦ si la familia comprar¨¢ acciones, si buscaremos otro socio... en todo caso, encontraremos la mejor salida", traslada el primer ejecutivo.
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