Cara incompetencia

En contadas ocasiones se puede cuantificar el coste para los consumidores de la falta de competencia en un mercado. Pues bien, la Comisi¨®n Nacional de Competencia (CNC) acaba de publicar un informe en el que calcula que la concentraci¨®n en el mercado de carburantes le cuesta a los conductores espa?oles nada menos que 1.600 millones de euros anuales respecto a los consumidores franceses o alemanes. Esta informaci¨®n es de particular importancia en un momento en el que los precios del crudo en los mercados internacionales tienden a subir, a consecuencia de la crisis libia, porque la ausencia de mercados efectivamente liberalizados aumenta innecesariamente el coste de los carburantes.

El mensaje de la Comisi¨®n va un poco m¨¢s all¨¢, puesto que denuncia que desde 2009, cuando la instituci¨®n alert¨® oficialmente sobre el problema del dominio del mercado de los combustibles (Repsol y Cepsa controlan el 55% de las estaciones de servicio) y propuso correcciones legales para evitarlo, la Administraci¨®n no ha hecho nada para mejorar la transparencia energ¨¦tica. Las propuestas eran pr¨¢cticamente las mismas que se ven¨ªan repitiendo desde que el PP vendi¨® a la opini¨®n p¨²blica el gato de una liberalizaci¨®n petrolera sobre el papel del BOE como si fuera la liebre de una apertura real del mercado. Los ministros de Industria de Rodr¨ªguez Zapatero han sido incapaces de aumentar el n¨²mero de oferentes de gasolina compitiendo en precios. Es verdad que los precios deben reflejar los costes, pero en condiciones de competencia. Si no la hay, no debe existir aval pol¨ªtico para las subidas.

La denuncia de la CNC no solo es acertada y confirma la extra?a evoluci¨®n de unos precios que suben r¨¢pidamente cuando se encarece el petr¨®leo, pero bajan a c¨¢mara lenta cuando se deprecia, sino que deber¨ªa avergonzar al equipo energ¨¦tico del Gobierno y a la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE), cuya direcci¨®n se limita a actuar como una burocracia sin iniciativa, mareando papeles y sellando dict¨¢menes, sin aceptar su papel de defensa del ciudadano. Para acabar con ese sobrecoste por mala gesti¨®n que pagan los consumidores, bastar¨ªa, como recuerda la CNC, con fijar tasas de acceso a la red de transporte de hidrocarburos que no penalicen la entrada de nuevos agentes, examinar con rigor a los solicitantes de estaciones de servicio y facilitar de una vez por todas que las grandes superficies puedan abrir gasolineras, si cumplen los requisitos de seguridad.