Batida contra las chabolas de las playas en Ferrol
La polic¨ªa tiene localizadas unas 200 viviendas ilegales en el litoral
El Gobierno ferrolano prepara una segunda batida contra las chabolas playeras para evitar que repunten con la llegada del buen tiempo. Hace un a?o, los agentes rastrearon la costa para fotografiar y documentar todas las construcciones ilegales que se amontonan en los accesos a los mejores arenales del municipio. La segunda inspecci¨®n municipal arrancar¨¢ en pocos d¨ªas y abarcar¨¢ m¨¢s superficie a fin de detectar las casetas e infraviviendas que se edificaron en la zona rural. Dos patrullas especiales de la polic¨ªa local ir¨¢n peinando el terreno desde la costa hacia los barrios perif¨¦ricos, en el cintur¨®n urbano de Ferrol.
El equipo de Vicente Irisarri quiere actualizar los informes policiales y el archivo fotogr¨¢fico de la primera inspecci¨®n urban¨ªstica para comprobar si los moradores de unas 200 viviendas ilegales realizaron nuevas obras desde enero de 2010.
El Ayuntamiento quiere tirarlas pese a los problemas burocr¨¢ticos
Hay cinco ¨®rdenes de derribo recurridas en los tribunales
Ferrol tiene 22 kil¨®metros de suelo urbano y 60 de litoral. A lo largo de la franja costera se cuentan unas 150 chabolas ilegales concentradas en los arenales de Doni?os, San Xurxo y Covas. De acuerdo con los datos que maneja Urbanismo, hay otras 50 diseminadas por otras parroquias de la zona rural como Papoi, Mandi¨¢ o Leixa.
Las construcciones se levantaron sobre suelo r¨²stico, terrenos que son competencia directa de la Xunta, y muchas invaden zonas protegidas por la Red Natura, hasta el punto de clavar sus cimientos pr¨¢cticamente en las dunas. La Axencia Galega de Protecci¨®n da Legalidad Urban¨ªstica (APLU) tiene pendientes de ejecuci¨®n cinco ¨®rdenes de derribo para demoler tres casetas ilegales en las playas de Covas, Doni?os y Penencia, y dos m¨¢s en las parroquias de Mandi¨¢ y Catabois.
La demolici¨®n de estas infraviviendas se ejecutar¨¢ tan pronto como se resuelva el aluvi¨®n de alegaciones y recursos interpuestos a ¨²ltima hora por los moradores de estas construcciones ante el juzgado contencioso administrativo de la ciudad, en un intento desesperado por impedir el derribo. Tres son casitas de veraneo, levantadas hace a?os a pie de playa sin ning¨²n tipo de licencia. Las otras dos est¨¢n en el extrarradio de la ciudad, una en el barrio de San Pablo y la otra, camuflada en zona rural. El coste del derribo corre por cuenta de los infractores. Si tras el fallo judicial no lo ejecutan en el plazo previsto, intervendr¨¢ la Xunta.
Hace cuatro a?os que el Ayuntamiento de Ferrol se embarc¨® en una farragosa pelea burocr¨¢tica encaminada a erradicar estas construcciones ilegales que colonizan la costa y degradan el litoral. De las primeras denuncias que se tramitaron en 2008, derivan estas cinco primeras ¨®rdenes de derribo todav¨ªa sin fecha final. "No hay vuelta atr¨¢s", asegura ?ngel Mato, edil de Urbanismo, "las resoluciones son definitivas y todas se van a derribar, pero todav¨ªa no sabemos cu¨¢ndo". Teme que los expedientes urban¨ªsticos se atasquen en los juzgados aplazando varios a?os m¨¢s la demolici¨®n.
Una de las viviendas ilegales pendientes de derribo est¨¢ situada en Punta Penencia, en una peque?a finca de 446 metros cuadrados a escasos metros de la playa de Doni?os, que invade "la servidumbre de Costas y en suelo r¨²stico protegido". A lo largo de 82 folios, el expediente detalla un batall¨®n de irregularidades urban¨ªsticas que se remontan al 27 de febrero de 2008 con la primera denuncia de la polic¨ªa ferrolana. Los agentes advirtieron que en la parcela se "levantaba un cierre de ladrillo sin licencia", alrededor de una peque?a caseta de madera y chapa met¨¢lica con un tejado de uralita a dos aguas. La finca ya ten¨ªa un cierre perimetral y el segundo muro levant¨® las sospechas de los t¨¦cnicos y del Seprona, que tambi¨¦n denunciaron la ilegalidad de la construcci¨®n.
El infractor, un vecino de Nar¨®n, levant¨® en primer lugar los muros exteriores para evitar que desde fuera se viese el interior de la obra. Oculto tras las nuevas paredes, deshizo por completo la primera construcci¨®n y se construy¨® una peque?a mansi¨®n sin planos ni permisos. Entre el 27 de febrero y el 21 de abril, transform¨® la vieja caseta en una gran casita de planta baja, cubierta de teja y mayor superficie.
El propietario lleg¨® a solicitar la licencia municipal para una obra distinta a la que ejecut¨®, pero mientras esperaba un permiso que se le deneg¨®, sigui¨® reformando su casa de verano. Le coloc¨® puertas nuevas, ventanas de aluminio, suelo de baldosa y una canasta, ignorando todas las ¨®rdenes de paralizaci¨®n.
El expediente se remiti¨® a la Demarcaci¨®n de Costas y a la Xunta. A partir de ah¨ª, un chorreo de resoluciones auton¨®micas instaron al infractor, primero, a reponer la legalidad urban¨ªstica (4 de noviembre del 2008), y un a?o despu¨¦s, la Conseller¨ªa de Medio Ambiente orden¨® la demolici¨®n de la construcci¨®n con cargo al propietario "en el plazo de tres meses y con multas reiteradas de 1.000 a 10.000 euros hasta lograr su ejecuci¨®n". El afectado acudi¨® al juzgado y la demolici¨®n est¨¢ congelada desde finales del 2009.
La guerra a las chabolas playeras se recrudeci¨® en enero del 2010. Un equipo especial de cuatro agentes de la polic¨ªa local patrull¨® todo el litoral. Contabilizaron cerca de 200 casetas irregulares, pero se toparon con un grave problema de competencias urban¨ªsticas para poder derribarlas. "La inmensa mayor¨ªa est¨¢n en la franja litoral. Ni puede actuar el Ayuntamiento ni la Xunta. Es competencia de Costas en Galicia, y por tanto, del Ministerio de Medio Ambiente", resume el edil ferrolano.
El Ayuntamiento busc¨® alg¨²n gancho legal que les facultase para intervenir y paralizar la obra, como un muro sin licencia o una pista de acceso que se estuviese adecentando para cazar al infractor in fraganti y precintar la actuaci¨®n. Se abrieron 82 nuevos expedientes de infracci¨®n que remitieron a Conseller¨ªa de Medio Ambiente, de la que depende la APLU, que tramita su resoluci¨®n caso a caso. "Falta agilidad porque faltan medios", diagnostica Mato.
Chabolismo de verano
Uno de los casos m¨¢s singulares del chabolismo playero en Ferrol lo personaliza un ciudadano italiano. Cada verano, sin falta, aterriza en la playa de San Xurxo y pasa sus vacaciones mirando al mar desde la puerta de su caseta. La construcci¨®n es ilegal, pero eso no le impidi¨® comprarla y disfrutarla durante a?os con total impunidad. "La situaci¨®n es tan rid¨ªcula que tiene un pino de 60 cent¨ªmetros de di¨¢metro metido en su parcela", apunta Manuel Varela, presidente de los montes mancomunados de San Xurxo. Asegura que por la zona est¨¢n en venta "otras tres o cuatro casetas".
Las primeras construcciones se levantaron a finales de los setenta. Empezaron como peque?os cobertizos para guardar la ca?a de pescar y los aperos de labranza, y acabaron como casitas de veraneo con porche y jard¨ªn. Con paciencia y disimulo, sus moradores las han ido refinando hasta convertirlas en aut¨¦nticas mansiones a pie de playa. Hay chabolas modestas, de madera y l¨¢minas met¨¢lica, y otras m¨¢s ostentosas con tabiques de ladrillo y cemento, que se adornan con cortinas, pozo, antena parab¨®lica, buz¨®n e incluso garaje. Trampean los enganches de la luz y el agua. Muchos de estos chabolistas estivales les compraron hace d¨¦cadas un trocito de monte a los vecinos de la zona y colocaron encima su caseta prefabricada. Sus moradores guardan las escrituras de los terreno para justificarse. "Todav¨ªa no sabemos a d¨®nde van sus residuos, aunque suponemos que a la playa", lamenta Varela.
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